El Gobierno inglés planea suprimir el veto a los católicos para acceder al Trono

Así lo ha anunciado en el Parlamento el ministro de Justicia, Jack Straw, durante la presentación de diversas modificaciones que afectan a aspectos de la «Constitución no escrita» del Reino Unido. Lo hizo en una Cámara de los Comunes que nunca ha tenido tantos diputados católicos como en este momento.

En su intervención en el Parlamento, Straw señaló que una reforma de la ley es complicada, «debido a la posición que ocupa Su Majestad como cabeza de la Iglesia Anglicana», pero añadió que el Gobierno está dispuesto a considerarlo.

Jim Devine, uno de los trece diputados católicos escoceses, indicó que la centenaria disposición es un sectarismo legalizado que no tiene cabida en el siglo XXI. A sus voces se han unido también las de políticos protestantes, como el presidente del Gobierno de Escocia, Alex Salmond, presbiteriano como Gordon Brown.

Pero la idea no ha sido bien recibida por quienes consideran que el «Act of Settlement» es básica para que la Iglesia de Inglaterra siga siendo la iglesia «establecida», en una suerte de Estado confesional «sui generis».

Esta ley fue aprobada en su momento por el Parlamento inglés para fijar la sucesión al trono en Sofía de Hanover, una nieta de Jacobo I, y sus herederos protestantes. Estipula que si una persona se casa con un «papista» -como entonces se designaba despectivamente a los seguidores de Roma- pasa a ser incapaz para heredar, poseer o gozar la Corona.

Esta disposición estuvo especialmente presente cuando el Príncipe de Gales anunció su intención de casarse con Camila Parker-Bowles. Unas primeras informaciones insistieron en que ella se había convertido al catolicismo para casarse con su anterior marido. Pero esto nunca se había producido, por lo que, como anglicana, no perjudicaba al Príncipe en su condición de heredero.