Tíbet acusa a Pekín de una campaña «sin precedentes» para suprimir la libertad religiosa

La condecoración es el máximo reconocimiento otorgado por el Legislativo estadounidense a la trayectoria pública de individuos excepcionales. Entre los ganadores se encuentran la madre Teresa de Calcuta, el ex presidente de Sudáfrica Nelson Mandela y el papa Juan Pablo II.

Bush se convertirá en el primer mandatario estadounidense que aparece en un acto público con el Dalai Lama, gesto que ha irritado a las autoridades de Pekín porque creen que el objetivo final del líder budista es conseguir la independencia del Tíbet.

El portavoz del Dalai Lama señaló que el líder budista de 72 años aseguró a Pekín en el año 1979 que el objetivo del Tíbet no era la independencia, sino una genuina autonomía regional.

Gary, el portavoz del líder espiritual, concluyó diciendo que lo único que quieren es la completa aplicación de lo que ya les han prometido, que implica, además de la libertad religiosa, el respeto a la cultura, el idioma y el control de sus recursos.

Insistió en la importancia clave de la religión en la vida de los tibetanos y recordó que la única ocasión en la que estos se han mostrado dispuestos a oponer resistencia física frente a la opresión de Pekín es cuando se produce un asalto a la libertad religiosa, como ocurrió a mediados de la década de los 50.

En otro orden de cosas, se refirió a las protestas pacíficas de los monjes budistas birmanos contra el régimen militar del país, en la que ya se ha dado a conocer como la "revolución azafrán".

El Dalai Lama realiza estos días una gira por varias ciudades estadounidenses, como Nueva York, donde hace unos días fue recibido por una audiencia multitudinaria y posteriormente tiene previsto visitar Washington.

El Dalai Lama fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1989 en reconocimiento a la infatigable campaña a favor del respeto de los derechos del pueblo tibetano que inició tras verse forzado al exilio en 1959.