Afortunadamente el fuego no prendió al edificio y todo ha quedado nada más que en un susto. La policía estuvo haciendo sus investigaciones y tomando algunas fotos, abriendo finalmente un expediente.
Desde Turquia, el pastor Carlos Madrigal pide oración porque aunque Eskishehir es una ciudad universitaria por un lado, también tiene sectores islámicos que son de los más conservadores de Anatolia.
Sin ir más lejos, tras los asesinatos de Malatya del pasado 18 de abril, el lider del partido BBP (Partido de la Gran Unidad Nacional) de Eskishehir, acusó en prensa a los misioneros de provocar el incidente para ser vistos como víctimas lo que levanta aún mas la contienda y las represalias.
EL ASESINATO DE MALATYA VISTO POR LOS CRISTIANOS
Ofrecemos a continuación una carta traducida y resumida, en la que hemos eliminado los detalles más escabrosos, sobre lo sucedido el fatídico 18 de abril en Malatya, cuando tres cristianos protestantes fueron torturados y asesinados (enviado por Darlene N. Bocek, 24 de Abril de 2007).
«La mañana del miércoles 18 de Abril de 2007 el misionero alemán de 46 años y padre de tres hijos, Tilman Geske, se preparó para ir a su oficina, se despidió con un beso de su esposa y se tomó un momento para abrazar a su hijo, dejándole el inolvidable recuerdo: "Adiós, hijo. Te amo".
Tilman alquiló una oficina de la Editorial Zirve donde estaba preparando sus notas para el nuevo Estudio Bíblico Turco. Zirve era también la ubicación de la oficina de la Iglesia Evangélica de Malatya. Como un ministerio de la iglesia, Zirve imprime y distribuye literatura cristiana a Malatya y ciudades cercanas de Turquía oriental. En otra área de la ciudad, el pastor de 35 años Necati Aydin, padre de dos hijos, se despidió de su esposa, partiendo también hacia la oficina. Ellos tenían un estudio bíblico matinal y un encuentro de oración al que también asistirían otros creyentes de la ciudad. De igual manera Ugur Yuksel se dirigió al mismo estudio bíblico.
En el otro lado de la ciudad, diez jóvenes, todos de menos de 20 años de edad, ultimaban los detalles de su acto de manifestación de su amor por Alá y su odio a los infieles que sentían que estaban socavando al Islam. Estos jóvenes, uno de los cuales es el hijo del alcalde de la provincia de Malatya, son parte de un "tarikat", o un grupo de "fieles creyentes" en Islam. Los miembros de un tarikat son altamente respetados aquí. Se asemeja a una fraternidad. Tenían armas, cuchillos para cortar pan, sogas y toallas.
Llegaron, y aparentemente el estudio bíblico comenzó. Según se ha sabido, luego que Necati leyó un capítulo de la Biblia el ataque comenzó. Los muchachos ataron las manos y los pies de Ugur, Necati y Tilman a las sillas y mientras filmaron su faena con sus móviles, torturaron a nuestros hermanos por casi tres horas.
Mientras tanto, otro creyente, Gokhan, y su esposa llegaron a la oficina alrededor de las 12:30. La puerta estaba cerrada por dentro. Ugur oyó lamentos y extraños ruidos. Telefoneó a la policía, y el oficial más próximo llegó en unos cinco minutos. Golpeó la puerta. "Policía, ¡abran!".
Uno de los atemorizados atacantes quitó la llave de la puerta y el policía entró para encontrarse con una horripilante escena. Tilman y Necati habían sido degollados. Ugur aún vivía. Tres asaltantes arrojaron sus armas y huyeron. Emre Gunaydin trató de descender por la cañería de desagüe para pero se precipitó hacia el suelo. Al parecer era el líder principal de los atacantes. Otro asaltante fue hallado escondido en un balcón inferior.
Para desentrañar la historia necesitamos remontarnos a seis años atrás. En abril de 2001, El Consejo de Seguridad Nacional de Turquía (Mili Guvenlik Kurulu) comenzó a considerar a los cristianos evangélicos como una amenaza a la seguridad nacional, a la par de Al Kaeda y el terrorismo PKK. Después de estas declaraciones, los ataques y amenazas sobre iglesias, pastores y cristianos cpmenzaron.
En una respuesta oficial televisada desde Ankara, el Ministro del Interior de Turquía sonrió maliciosamente cuando se refirió al ataque contra nuestros hermanos. En medio de la indignación pública y las protestas contra el suceso a favor de la libertad de religión y la libertad de pensamiento, los comentarios de los medios y las declaraciones oficiales resonaron con el mismo mensaje: "Esperamos que hayan aprendido la lección. No queremos cristianos aquí".
Cuando Susanne Tilman expresó su deseo de sepultar a su marido en Malatya, el Gobernador trató de impedirlo, y al entender que no podría detenerla, se difundió el rumor de que "es un pecado cavar una fosa para un cristiano".
En un acto que acaparó los titulares de los periódicos más grandes de Turquía, Susanne Tilman, en una entrevista televisiva, expresó su perdón. Ella no quería venganza, dijo a los periodistas.
En un país donde la venganza es "sangre por sangre", estas palabras de Susanne Tilman han cambiado vidas. Un columnista escribió: "Ella hizo con sus palabras lo que mil misioneros en mil años jamás podrían predicar".
Reportado por Darlene N. Bocek (24 de Abril de 2007)»
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