Argentina: el Evangelio llega a «Gran Hermano» con Ricardo Montaner

Gran Hermano es uno de los programas mas populares de Argentina (como ocurre en el resto del mundo). Su audiencia asciende a mas de 7 millones de personas, que siguen la vida de los concursantes encerrados y aislados por mas de 40 días dentro de una casa. Pero este pasado sábado 21 de abril recibieron una visita que les impactó de una forma muy diferente a la habitual.

En los días previos la música del cantante Ricardo Montaner sonó en la casa más famosa para los seguidores del reallity. Los participantes no se mostraron muy entusiasmados, y criticaron su música, y pidieron a Gran Hermano que por favor la quitaran del fondo musical de la casa.

Pero a pesar de eso, la sorpresa fue que el propio cantante -bajo un paraguas negro y con una botella de vino bajo el brazo- entró de visitante en la casa. Recibido con alegría por los chicos, rápidamente entró en confianza con ellos. Sentados en la mesa donde los concursantes habitualmente comen, Montaner en la cabecera, charló casi íntimamente con los chicos.

El cantante advirtió a los participantes de lo que hay afuera: “lo que me preocupa de ustedes es su vida futura fuera de la casa. No deben quedar en la historia como ese participante que estuvo en Gran Hermano. Cada uno debe hacer su propia historia aprovechando esta oportunidad que tuvieron”.

Luego agregó que “se les van a abrir puertas que ustedes ni se imaginarían que se les fuesen a abrir. Tienen una ganancia mayor al dinero que puedan ganar porque la plata se va rápido. Tiene que salir de acá con un propósito, así como fueron rápidamente conocidos, la gente rápidamente los olvida”.

Ya en el salón de usos múltiples, el cantante entonó acompañado por un pianista, que tenía órdenes de no hablar, sus grandes éxitos junto a los chicos. “Tan enamorados”, “Me va a extrañar”, “A la cima del Cielo”, y “Déjame llorar” sonaron una tras otra, emocionando a los participantes que acompañaron como pudieron las melodías.

Para el final y antes de la despedida, en un momento de máxima audiencia, Montaner sacó su veta más espiritual y casi como un predicador explicó a los chicos los beneficios de estar cerca de Jesucristo, de seguirle y recibir su amor.

Ya en plana despedida, y después de ofrecerles su teléfono y su e-mail, saludó uno a uno y aseguró que “esta visita me sirvió de mucho. A través de sus ojos me llevo los ojos de la gente. Quise sembrarles optimismo para el futuro. Quiero que confíen en Jesucristo, que Dios los bendiga”.