Houston: el «Jesús-hombre» José Luis de Jesús Miranda se proclama también Anticristo

Hay quien jura que Elvis sigue vivo, y otros como José Luis de Jesús Miranda, aseguran ser la encarnación de Jesucristo. Este puertorriqueño afincado en Houston se ha convertido en la cabeza de un ministerio mundial que cuenta ya con más de 300 congregaciones en más de dos docenas de países.

Miranda, de 60 años, predica que no existe el mal o el pecado, y es visto por muchos cristianos como un farsante. Algunos expertos temen que lleve a sus feligreses a un destino tan macabro como el que encontraron los Davidianos del «profeta» David Koresh en la matanza de Waco, Texas, en 1993.

Pero el fundador de «Creciendo en Gracia», como se llama su ministerio (una secta, para muchos) afirma que el espíritu que habita en él es el mismo que estaba en Jesús de Nazaret, lo que le convierte en el mismo Dios. Se calcula que Miranda podría tener más de un millón de seguidores.

Nacido en Puerto Rico, Miranda creció en una familia pobre y desde niño se dedicó al robo y el trapicheo. Su adicción a la heroína le puso en la cárcel, desde donde fue a un centro de rehabilitación cristiano evangélico en la ciudad de Nueva York, donde tuvo un encuentro con Jesús. Parece ser que «nació de nuevo».

Años más tarde, ya en EE UU, Miranda fundaba en Miami “Creciendo en Gracia” con un rumbo propio y alejado de la doctrina evangélica. Era en 1986 y aunque entonces aún no reclamaba ser Dios, ya enseñaba a quien se pusiera por delante sobre la ausencia del pecado. Fue en 1998 cuando Miranda anunció ser la reencarnación del apóstol Pablo. Finalmente, hace dos años, en una convención de “Creciendo en Gracia” en Venezuela se declaró a sí mismo como «Jesucristo hombre».

A finales del pasado mes de enero añadió a su persona el título de Anticristo, basado en extrañas teorías de que Jesús y el Anticristo son la misma persona. Y exhibió orgulloso un tatuaje con el número «666» en el antebrazo. Aunque esa cifra se asocia normalmente el demonio, el puertorriqueño asegura que en realidad el 666 y el Anticristo nunca han sido bien entendidos.

Miranda ha amasado también en los últimos años una gran fortuna. El año pasado se embolsaron 1,4 millones de dólares que administra Joane, la tesorera e hija de Miranda. Las aportaciones de su rebaño permiten al «pastor» llevar una vida confortable, como muestran los anillos de diamantes que lucen sus manos, sus relojes Rolex y los BMW y Lexus blindados a las puertas de su casa.

Sus extravagancias han motivado un extraordinario interés de los diferentes medios de comunicación de EEUU y Latinoamérica, donde ha intervenido en muchos programas de gran audiencia.

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