El voto de los evangélicos brasileños, decisivo en la reelección de Lula

No en vano el presidente Lula se reunió en septiembre con Manoel Ferreira, uno de los líderes de una de las denominaciones evangélicas más importantes de Brasil, las Asambleas de Dios, y recibió el respaldo del grupo de pastores dirigidos por ese líder religioso.

Con 10 millones de fieles, las Asambleas de Dios están presentes prácticamente en todo Brasil y tiene singular fuerza en las ciudades de Sao Paulo, Río de Janeiro, Belo Horizonte y Porto Alegre, los centros urbanos más poblados. Como las Asambleas de Dios cuenta con un gran número de miembros, acaba teniendo un poder político grande y haciendo una diferencia en la elección.

Lula ha procurado aliarse con el Partido Republicano Brasileño (PRB), creado en Río de Janeiro con la firma de 600.000 fieles evangélicos y encabezado por uno de sus "obispos", el senador Marcelo Crivella.

De modo que las iglesias evangélicas no sólo son una importante fuente de votos, sino que también cuentan con miembros cada vez más activos en la vida pública.

Adarley Martins, quien predica en uno de los templos de las Asambleas de Dios en las afueras de Sao Paulo. Él comparte que algunos de los pastores acaban abriendo un espacio en el templo para que los políticos vengan y hablen en las reuniones, incluso realizan reuniones para decidir a qué postulante respaldar.

La postura oficial de las Asambleas de Dios es que queda a criterio de cada pastor hablar de política en el templo y recomendar a un candidato.

Sin embargo Lourdes Sola, analista política de la Universidad de Sao Paulo, no cree que los religiosos sean todopoderosos a la hora de captar votos; pero lo cierto es que si los evangélicos formaran un solo partido, serían la tercera fuerza en la Cámara de Diputados.