El Presidente peruano electo, Alan García, asistirá a un culto evangélico de acción de gracias

Será la primera vez en los 185 años de vida republicana del país, que un presidente concurre a un acto de este género en una iglesia evangélica. Hay mucha expectativa en la comunidad cristiana evangélica de poder impactar a la nación, entregando el país en las manos de Dios e intercediendo a favor de las autoridades.

Los que no asistirán son los líderes del Concilio Nacional Evangélico (CONEP), por tratarse de un acto que "no tiene el carácter institucional, y que por lo tanto no compromete a toda la comunidad evangélica".

Al acto, que se transmitirá en directo por la televisión nacional, han sido invitados los ministros, congresistas y otras autoridades del país. La iniciativa correspondió a un grupo de pastores que pidieron al presidente electo que les permitieran compartir un culto para orar por el país y pedir sabiduría para los nuevos gobernantes.

La presencia del presidente García en el culto evangélico, uno de sus primeros actos públicos tras su investidura, muestra la importancia de lo que serán los nuevos tiempos para el Perú.

La ceremonia religiosa constará de una primera parte de cánticos y alabanzas, a las que seguirán una reflexión bíblica del pastor Miguel Bardales, de la Iglesia Bíblica Emmanuel, y momentos de oración por el país y las nuevas autoridades.

PROTESTA ADVENTISTA
Según Marco Huaco, abogado adventista y especialista en temas de igualdad religiosa, un acto como el anunciado, es una violación a los principios de Laicidad y de Igualdad, al propiciarse la asistencia de autoridades y funcionarios, a cultos religiosos públicos.

Este hecho le suscita a Huaco algunas preguntas, como por ejemplo que ocurriría si los musulmanes, los judíos, los anglicanos, los luteranos, los adventistas, los "mormones", los budistas, los Testigos de Jehová, etc., también invitaran al Dr. García a sus respectivos cultos de consagración.

Huaco sostuvo que se intenta justificar estas actividades, aludiendo a la importancia numérica y sociológica del catolicismo y de las iglesias evangélicas en el Perú, pero este argumento, aseguró, volverá como un boomerang sobre las los ministros protestantes.

Precisó que en una sociedad verdaderamente cristiana, el Estado es laico y no favorece a ninguna religión.