Han pasado casi cuatro años desde que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU pasó revista a España, en un análisis que el organismo internacional realiza periódicamente a todos los países miembros.

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La Alianza Evangélica Mundial, a instancias de la Alianza Evangélica Española, había presentado en su reclamación la situación de los pastores jubilados sin pensión: aquellos que durante el franquismo no pudieron cotizar debido a la falta de reconocimiento de su labor por parte del Estado.

Aquel 16 de julio de 2020, el representante español admitió el problema y dijo que España trabajaba en una solución. “Se está preparando una normativa para los pastores que no pudieron pagar sus contribuciones”, expresó entonces por carta Cristóbal González-Aller Jurado.

Sin embargo, el asunto sigue congelado desde entonces, dado que el Gobierno aún no ha dado los pasos necesarios para que la situación se resuelva definitivamente.

La “inexplicable” tardanza

En una entrevista realizada en Protestante Digital, el secretario general de la Alianza Evangélica Española hizo un repaso de la situación y explicó cómo este tema supone una falta democrática inexplicable en un país que pretende tener una democracia consolidada.

“La administración franquista no permitió que los pastores pudieran cotizar. Un gobierno democrático, progresista, no puede permitir que la transición siga sin completarse en este aspecto. Esta es una lacra que arrastra la democracia y debe resolverse ya”, expresó Suárez.

La Alianza Evangélica Española ha llevado también el asunto a Europa, por medio de la Alianza Evangélica Europea. “La presión política en instancias internacionales es eficaz porque todos los países son sensibles a la imagen pública que están dando -explica Suárez-. Y en este caso, la imagen pública que está dando la administración española es mala. Nuestra función es hacérselo ver”.

¿Por qué no responden?

La AEE ha expresado su apoyo a la FEREDE en su mediación con la administración, buscando que este asunto se resuelva cuanto antes. “La defensa de los derechos y libertades forma parte del ADN de la Alianza. Como protestantes, siempre hemos estado en la avanzada de la defensa de las libertades y contra todo tipo de discriminación”, añadió.

La falta de iniciativa por parte de tantas administraciones -gobiernos del PP y del PSOE, dado que hace más de 20 años que sigue sobre la mesa- “no es fácil de comprender”, admite Suárez. Pero incide en que “el gobierno actual no puede ir por la vida diciendo que defienden a los colectivos minoritarios sin atender esta demanda”.

Para Suárez, a pesar de vivir en un ambiente de libertades, España continúa dando la espalda a los evangélicos. “Mi percepción es que en el pasado fuimos discriminados por ser disidentes religiosos, y en el presente, por ser religiosos. Si estoy equivocado, que se me demuestre”, expone, e invita a los evangélicos también a reflexionar sobre la necesidad de “tener un mayor peso político, más presencia pública”.

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“Tenemos que dar un paso adelante, perdiendo nuestro miedo a la indiscreción, a lo políticamente correcto. Si uno no se puede hacer respetar, es difícil que se nos respete. Quizá sea necesario dar algún paso más”, finalizó el secretario general de la Alianza Evangélica Española.

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