Casi 500 personas venidas de toda la Comunitat Valenciana se acercaron a la Plaza del Ayuntamiento de Valencia para celebrar el Día de la Reforma Protestante, llenando hasta la última butaca el auditorio del Ateneo Mercantil de la ciudad.

El acto, formal pero dinámico, incluyó oraciones, lecturas y entrega de premios, con la intervención de una quincena de personas de varias denominaciones evangélicas. De la música se encargó el coro de la Iglesia Bautista de calle Quart, al que se unieron miembros de otras iglesias.

La centralidad de la Palabra se mostró en la práctica con lecturas de la Biblia (Romanos 5:1-5, Salmo 46, Filipenses 2:10-11) y cánticos a los que se unió el público como “Esto es lo que creo” o “Déu és l’auxili, un ferm castell” (Castillo Fuerte es nuestro Dios, de Martín Lutero).

“Hoy, 506 años después, nos reafirmamos en los 5 principios básicos de la Reforma”, decía el manifiesto impreso en el programa que se repartía a los asistentes al llegar al recinto, que desarrollaba los principios de Sola Scriptura, Solus Christus, Sola Gratia, Sola Fide y Soli Deo Gloria.

Estas 5 Solas hilaron el contenido de un acto que supo combinar el mensaje cristiano de un culto evangélico habitual con la formalidad de un acto público. Entre los invitados estaban, entre otros, la Consejera de Justicia e Interior de la Generalitat Valenciana, Elisa Núñez, el director del Departamento de Filosofía de la Universidad de Valencia, Francisco Arenas, y representantes de las comunidades católica, adventista e islámica.

El evento lo organizaba el Consell Evangèlic de la Comunitat Valenciana (CECVA), y contaba con el incentivo de ser el primero que se emitía en Á Punt. Cámaras de la televisión autonómica emitieron todo el acto, aunque sólo en streaming a través de su página web, no dentro de la programación general.

El poder la Palabra en forma de música

El historiador y pastor Pau Grau fue el encargado del mensaje central, que abordó la visión de Martín Lutero como traductor y músico. Fue pionero de la himnología congregacional porque “intuyó que la música, acompañada de buena letra, sobre todo cuando visita y medita sobre las Escrituras, tiene un poder de transmisión y pervivencia que traspasa los siglos”, dijo Grau. El objetivo del reformador alemán era “impregnar la vida del día a día con la Palabra de Dios, sin mediación sacramental”.

El Salmo 46, inspiración más famoso himno de Lutero, “nos recuerda algo que no debemos olvidar: que la obra de Dios no es nuestra, que todo lo que somos y tenemos pasará, que sólo el Reino de Dios quedará, y que mientras tanto, su Espíritu nos guiará y sostendrá”.

El acto termina con la canción La Bendición, que cantan todos los asistentes. Esto es de las cosas que define a los evangélicos: cualquier canción interpretada desde el frente se convierte automáticamente en congregacional. pic.twitter.com/1b3hBPSmMJ

— Joel Forster (@joelfwal) October 31, 2023

El predicador enfatizó que “el pensamiento reformado desplazó el acento del misterio eucarístico al redescubrimiento de la Palabra de Dios, la Biblia”. Esto, “para entender la Escritura como algo vivo, Dios mismo actuando y redimiendo, sobre todo a través del Verbo encarnado, la última y definitiva Palabra de Dios en favor de nuestra salvación”.

La Reforma Protestante del siglo XVI “no es punto de llegada, más bien un punto de partida”, y debe ser un llamado “a salir de nuestras cuatro paredes para salar e iluminar el mundo, trabajando por la dignidad de todo ser humano y especialmente por los débiles, oprimidos y marginados”, concluyó Grau.

La libertad religiosa y Gaspar de Centelles

Anteriormente, se habían entregado los Premios Gaspar de Centelles a la defensa de la libertad religiosa a Elisabet Pérez por su trabajo pionero en la implementación de la Enseñanza Religiosa Evangélica en la región, a José Martí por promover las relaciones entre diferentes movimientos evangélicos, y a Samuel Escobar, por su trayectoria ministerial y de referencia. Por motivos de salud, los dos últimos no pudieron asistir personalmente a recoger el premio.

Gaspar de Centelles fue “un valenciano ilustre” nacido en 1510 que en Italia conocería las ideas de Lutero y Erasmo, referenciaron Lola Sánchez y Josep Sampedro. Centelles crearía el Grup Pedralba, un “núcleo de pensamiento disidente con una nueva fe y espiritualidad protestante”, que sería después aplastado por la Inquisición.

Tras serle confiscados todos los libros y juzgado en un proceso en el que renunció a defenderse, el 17 de septiembre de 1564 sentenciado como “hereje abominable, pertinaz e impenitente” y quemado vivo en los extramuros de Valencia, junto al río Túria.

“Es posible que las nuevas generaciones piensen que la libertad es como un recurso natural, como el agua o el oxígeno, que son gratis, abundantes e inagotables”, añadieron desde el púlpito. “Ahora sabemos que esto no es verdad, tampoco respecto a los recursos naturales, pero es aún más incierto en materia de derechos y libertades. Hoy hacemos memoria histórica para no olvidar, para actualizar nuestra conciencia histórica y para estar prevenidos ante a la ignominia de la intolerancia y el olvido, que matan dos veces”.

Todo el acto fue conducido por el pastor Jorge J. Pastor e incluyó hacia el final una oración y bendición conjunta del presidente de la CECVA, Francisco Javier Piqué y responsables de las diferentes fraternidades de pastores de la región.