El pasado 19 de mayo, Ibai Cereijo llevó a su hijo de 10 años a su escuela en Laukiz (Vizcaya) como cualquier otro día. Sin embargo, al regresar de las clases, el menor explicó a sus padres que le habían impartido una sesión alternativa sobre sexualidad. “El profesor, más allá de las enseñanzas sobre biología o anatomía de la reproducción o de las relaciones sexuales, ha entrado en un contenido que juzgo absolutamente inapropiado, con profundas implicaciones morales y de cuya instrucción soy, junto a su madre, el único y privativo responsable en lo que respecta a mi hijo”,aseguraba Cereijo en una primera carta de protesta enviada al centro, Laukizko Lauaxeta Eskola.

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“Nunca jamás imaginé llevar a mi hijo de 10 años al colegio para que le enseñaran qué es un ménage à trois, un trío, una relación sexual entre tres personas, presentándola como algo natural y una práctica neutra desde el punto de vista ético y moral”, aseguraba con indignación en su escrito.

En su protesta a la escuela, Cereijo, periodista de oficio y miembro de una iglesia evangélica bautista, señalaba que, como familia, sentían “indignación e indefensión ante un cuerpo de profesores y una administración educativa que consideran que exponer a un niño de 10 años a enseñanzas sobre la naturalidad de la promiscuidad, la bondad de las relaciones sexuales múltiples y el sexo libre pueda ser remotamente apropiado”. Además, remarcaba su derecho como “único responsable” a instruir al menor “en estas materias que pertenecen a un área de la instrucción ética y moral”.

Falta de información y segunda carta

En declaraciones a Protestante Digital, Ibai Cereijo ha asegurado que desde la escuela no recibieron ninguna información previa a la sesión. “Mi protesta ha sido tan enérgica porque en septiembre ya le pedimos verbalmente a la jefa de estudios que nos avisaran de estas charlas porque no queremos que nuestro hijo asista, y no han cumplido el compromiso”, lamenta.

Además, Cereijo ha enviado una segunda carta al centro en la que pide para su hijo “una educación neutral y desprovista de cargas ideológicas contrarias a sus principios o a los de sus progenitores”, que les faciliten información “sobre cada actividad complementaria que se tenga previsto impartir a los alumnos y que afecte de manera directa a la educación moral de los mismos”, y “que se garantice el derecho a decidir sobre la participación del alumno” en este tipo de actividades.

[photo_footer]Ibai Cereijo. / Cedida.[/photo_footer]

Según explica la propia escuela, este tipo de talleres los llevan a cabo “técnicos especializados provenientes de la Mancomunidad”. Para Cereijo, se trata más bien de “activistas externos de organizaciones muy militantes en la causa LGTBI y otras, y al parecer hay un tipo de norma que impide que haya profesores en las aulas, es decir, no rinden cuentas ante nadie”.

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“Las charlas LGTBI no son un bulo, no son una leyenda agitada políticamente. Están ocurriendo”, ha señalado Cereijo a este medio. “Representan una flagrante vulneración del derecho a la libertad de conciencia, a las convicciones religiosas y morales del menor. Es un ataque contra el derecho de las familias a preservar su identidad, cultura, religión y convicciones. Creo que es hora de que los evangélicos salgamos de la comodidad de nuestras iglesias y de la protección de nuestros cultos dominicales y nos unamos para hacer frente a la intoxicación de los niños, al adoctrinamiento ideológico y la dictadura del movimiento LGTBI. Y creo que ésta es una batalla en la que tenemos que unir fuerzas con los católicos y con otros colectivos que defiendan el derecho de las familias a educar a sus hijos según sus propias convicciones éticas y morales, tanto si emanan o no emanan de una posición de fe”, añade.

Respuesta del centro

Desde Laukizko Lauaxeta Eskola han respondido a las cartas de Cereijo afirmando que “el taller de sexu-genero aniztasuna es un actividad que se lleva a cabo todos los años” y que continuarán realizándola con el personal asignado desde la Mancomunidad. 

Además, aseguran que “el taller es en horas lectivas, por lo que su asistencia, como al resto de actividades, es obligatoria”. En este sentido, Cereijo ya había manifestado en su primera comunicación con el centro que la segunda sesión del taller, que se imparte este viernes 26 de mayo, “podría coincidir con una consulta médica en el dentista, de carácter inaplazable”, que su hijo debe atender. 

Desde el centro le han respondido que, “en el caso de que no pueda acudir por que tiene que ir al dentista, como en cualquier otro caso, [tendrían que] mandarnos el justificante por la no asistencia de ese día”. “He recibido una respuesta que podría haberse dado perfectamente si mi hijo hubiera llegado con el zumo de la mochila explotado, es decir, algo parecido a un bueno sin más, gracias por dejarnos saber tu opinión, pero nosotros vamos a seguir”, ha dicho Cereijo a El Debate.

“Estamos con la convicción de plantar cara”

Según a explicado Cereijo a Protestante Digital, su hijo “está perfecto” y le mantienen al margen de la “batalla” con la escuela. “Estamos bien. Con la convicción y la voluntad de plantar cara a esta tiranía ideológica, que recuerda a los peores momentos del adoctrinamiento soviético o a las clases de Formación del Espíritu Nacional que impartían ‘técnicos’ de la FET de las JONS”, dice.

Preguntado por el impacto del caso en su entorno cercano, asegura que todavía no saben cómo está siendo. “Habrá gente que nos apoye y otra gente a la que le pareceremos unos retrógadas fascistas y homófobos. Pero ésa es precisamente la clave de esta batalla”, remarca. “Su plan es que tengas miedo a las represalias, y también a la estigmatización social de tu entorno. Para progresar en esta batalla, es esencial que lo que piense la gente te importe un pimiento y que actuemos con valentía, con arrojo y sabiendo que, sin lugar a dudas, Dios está con nosotros. Hay que resistir la tentación de ser popular. No lo hacemos para ganar adhesiones, lo hacemos porque es lo correcto”, agrega.

La Alianza Evangélica Española ya publicó en octubre de 2022 un comunicado ante la proliferación de casos del estilo conocidos por la prensa. Hechos, todos ellos, que según la entidad “ponen en evidencia que se está desarrollando un programa que va más allá de unas iniciativas aisladas y conforma una verdadera agenda”. Además, la Alianza criticó este tipo de talleres y actividades porque suponen, según su parecer, “la promoción de la desvinculación de los niños de sus padres y la usurpación de la responsabilidad de los padres sobre sus hijos, con la consecuente desintegración de la familia”.