La Biblia sale a la calle en Gijón

Las restricciones a causa de la pandemia han provocado dificultades a las iglesias evangélicas para realizar grandes actos públicos en los últimos meses. Sin embargo, hay iniciativas que se han desarrollado justo en este contexto, simplificando las estructuras y con una planificación respetuosa con las normas.

Un excelente ejemplo se encuentra en Gijón, donde la Iglesia Evangélica de Hermanos ha puesto en marcha el programa “Biblia en la calle”. El programa nació al considerar que, con motivo de la pandemia, “las calles estarían más vacías de lo habitual, y la gente casi encerrada en casa, pero no tenía por qué ser lo mismo para la Biblia, pues la Palabra de Dios nunca está presa”, explica Pablo Losa, miembro de la iglesia, a Protestante Digital.

De esta forma, desde la iglesia planearon salir a leer la Biblia de forma pública en un lugar de la ciudad, respetando todas las medidas impuestas por las autoridades sanitarias, y lo han venido haciendo varios sábados desde enero, durante los días festivos de Semana Santa, y ahora también de forma mensual.

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Para ello han seleccionado varios pasajes del Nuevo Testamento, enfocándose en aquellos que muestran el nacimiento de Jesús, su preexistencia como Hijo de Dios, su carácter, su predicación, y finalmente su pasión y resurrección. La lectura pública termina con la Gran Comisión, o mandamiento de Jesús a sus discípulos de ir y hacer más discípulos “enseñando a los demás a guardar todas las cosas que enseñó Jesús”, y con la apoteosis final de Apocalipsis 21: Ya todo está hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tenga sed le daré a beber gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que salga vencedor heredará todo esto, y yo seré su Dios y él será mi hijo (Ap. 21:6-7), en el que Dios muestra sus buenos deseos para el ser humano y extiende su invitación a ir a Jesús.

La idea es que de esta forma las personas puedan escuchar el mensaje del evangelio. Algunos ralentizan su paso al escuchar a personas leer algo en voz alta en medio de la calle, otros se paran de forma curiosa a escuchar durante unos minutos. “Es Dios quien va a trabajar en el corazón de aquellos que le buscan”, explica Pablo Losa. Desde la iglesia también obsequian a quienes se muestran interesados con un evangelio o Nuevo Testamento.