El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Entrevista en Religión Digital a Pedro Tarquis con motivo de los actos de celebración del 500 aniversario de la Reforma protestante en Madrid (11-15 de julio de 2017).
El diario Religión Digital, uno de los principales diarios de información religiosa, ha entrevistado a Pedro Tarquis (director de Protestante Digital) como parte del equipo de prensa que difunde los actos del quinto centenario del inicio de la Reforma protestante.
Jesús Bastante.- Este año celebramos el 500 aniversario de la Reforma protestante. Un punto de inflexión en la historia de Europa, y una efeméride muy especial para los dos millones de evangélicos que residen en España, tal y como nos contó Pedro Tarquis, bloguero en RD e integrante del comité organizador de los actos conmemorativos que se celebrarán en este país.
En algunos lugares, en la Iglesia Católica y en otros sitios, se habla sobre la diferenciación entre celebrar y conmemorar. Es una efeméride y hay que recordarla, unos con más alegría y otros con menos, yo no entiendo por qué no se tiene que celebrar.
Pedro Tarquis.- Sí, las palabras cobran diferente sentido según uno quiera. Pero, en definitiva, lo que hacemos es recordar un punto en el que cambió la historia de la Europa de aquel momento, y como consecuencia, el mundo entero.
JB.- ¿Qué celebramos/conmemoramos/recordamos?
PT.- El hecho en sí, puntual, que sale en las películas, es cuando en 1517, el 31 de octubre, el monje Martín Lutero clavó 95 tesis en las puertas de la Iglesia del Palacio de Wittenberg, fundamentalmente en contra de lo que era la venta de indulgencias que se estaba produciendo, claramente, como un negocio para construir la Basílica de San Pedro.
A partir de ahí, las bases teológicas en las que se apoyaba para cuestionar esto fueron avanzando y derivaron en cuestionar un gran número de aspectos de lo que era la estructura eclesiástica; el papel del Papa, el papel intermediario de la Iglesia y, sobre todo, lo concluyó siendo el "Solo fe, Solo gracia, Solo Escritura", que significaba que la Biblia estaba por encima de la tradición y del magisterio, que tienen su valor pero supeditado a la Biblia. Y a partir de ahí, ya se montó el pollo, que dirían hoy los jóvenes.
JB.- Se montó un buen cirio, que 500 años después sigue ahí pero de una manera un poco más civilizada. Como también las sociedades lo son, por fortuna.
PT.- Civilizado, debe ser por definición porque, si no, estaríamos contradiciendo lo que es el propio espíritu del Evangelio. Y en ese sentido, las diferencias creo que permanecen. Pero, lo que es la relación, yo creo que sí, que claramente ha mejorado.
JB.- Luego hablaremos de esa relación, porque siempre que entrevistamos a alguien no católico, tendemos a hablar de ecumenismo y de unidad. Que está muy bien, pero vamos a centrarnos en los actos de celebración de los 500 años de la Reforma en España.
¿Cómo os planteáis este acontecimiento desde FEREDE y desde las distintas confesiones cristianas en España?
PT.- Hay muchos actos; en todas las autonomías y ciudades se está celebrando. En España, y fuera de España, también. Hace poco, en la Puerta de Brandemburgo estuvieron Merkel y Obama, dos protestantes, con motivo de este V Centenario.
Pero los dos actos centrales son, un Congreso que va a haber ahora del 11 al 15 de julio, aquí en Madrid, con muchísimas actividades. Y después, como es lógico, el 31 de octubre, con un culto de conmemoración.
Y después, habrá un gran Congreso con una parte cúltica y otra de deliberación de quiénes somos, qué queremos y a dónde vamos, en base a los principios de la Reforma aplicados a cuestiones de hoy en día, porque la Biblia no habla de todas las cosas, sino de principios que hay que aplicar.
JB.- ¿Y en octubre?
Posiblemente, tengamos dos celebraciones, porque hay una que va a ser retransmitida por TVE y tiene que ser un sábado, que sería el 28 de octubre. Y después, queremos hacer uno formal, el 31 de octubre, de cara a la sociedad y a las autoridades.
JB.- España es un país donde la Reforma no caló por muy diversas razones. Pero hoy, hay una presencia de evangélicos y de distintas ramas del protestantismo, bastante potente. No es una cuestión hablar de números, sino de presencia. ¿Cuál es la presencia?
PT.- De la presencia se habla según el criterio con el que valoremos: de afiliados, hablando como si fuera un partido político, o simpatizantes o área social. Si hablamos en términos numéricos equivalentes a la idea de presencia de católicos, habría unos 2.000.000 de personas evangélicas, que incluye residentes en España, nacidos en España, y también inmigrantes, pero estos últimos, no creo que sean más del 40%. Incluyendo residentes de Europa, tanto del este, sobre todo rumanos. Y alemanes o ingleses, que residen en España más de seis meses, es decir que cotizan y votan aquí.
JB.- Una presencia potente.
PT.- Y además, nuestras parroquias funcionan con una intensa actividad local que cubre muchos aspectos, como es la ayuda social a las personas. Los inmigrantes reciben una ayuda para la integración. Tenemos ayuda social hasta en las iglesias más pequeñas. Y cuando hay iglesias que se agrupan en lo que son denominaciones, hay una actividad intensa.
Hace poco, FEREDE hizo un inventario de cuánto dinero cubre la Iglesia Evangélica en España, y está a nivel de Cruz Roja, Médicos sin Fronteras, etc., subvencionado por nosotros mismos.
JB.- Es una de las Iglesias-ejemplo de que es posible la auto-financiación. Aunque es cierto que no estaría de más algún tipo de reconocimiento por parte del Estado.
PT.- Nosotros tenemos dos líneas, una, que es la famosa casilla. Y otra, que tiene bastantes personas que la apoyan, y que sería que nos desgravasen como si fuéramos una fundación. Es decir: actualmente sostenemos la Iglesia, la obra social, a los pastores y el local de culto, pero se nos reconoce solamente una parte de todo ese dinero que damos. Y nos gustaría que eso se desgravara como si se tratase de una fundación. Al fin y al cabo, es un bien social, altruista.
JB.- Pretendía no hablar de la Iglesia Católica todavía, pero el viernes pasado alguien nos aseguraba que las exenciones fiscales de la Iglesia están dentro de la ley de mecenazgo y de fundaciones, etc., en la que están todas las confesiones religiosas que tienen acuerdo con el Estado. FEREDE lo tiene.
PT.- Tiene el acuerdo con el Estado, pero, a nivel económico, lo único que hay es una ayuda directa de la Fundación Pluralismo y Convivencia. De cualquier forma, no hay una desgravación, como la de la ley de mecenazgo. Ya nos gustaría, porque damos mucha cantidad de dinero. Nosotros, sostenemos prácticamente al 100% nuestras iglesias.
JB.- Es solo para que sepa, por si alguien piensa que la información no es totalmente cierta. Conviene dejarlo claro.
Estamos hablando de 2.000.000 de fieles y, ¿de cuántas iglesias?
PT.- Sé que en la ciudad de Madrid hay 300 iglesias y, a nivel nacional, es la Iglesia que tiene más templos después de la católica. Además, es la que más crece en España. Más que musulmanes incluso y que judíos, que son una minoría. Pero el número, no sé si serán 3.000. Lo estoy diciendo un poco imprecisamente.
JB.- Más allá de los números, en el ámbito político, cultural y social, todavía es muy desconocida.
PT.- Sí, ahí tenemos un déficit. Creo que tampoco podemos echarle toda la culpa a la sociedad, porque en parte es responsabilidad nuestra. Pienso que uno de los factores responsables, en este sentido, es que estamos tan involucrados a nivel local, con tantas actividades de estudiar la Biblia, obra social, actividades con jóvenes, predicar el Evangelio, etc. que al final no te queda tiempo, prácticamente, de salir hacia afuera. Lo estamos intentando. Estamos teniendo relación con los partidos, aunque, generalmente, lo que más les interesa es el número de votos.
JB.- ¿Cómo crees que os ven los partidos políticos y la sociedad?
Yo pienso que aquella parte de partidos políticos que tienen compromiso social, nos valoran muchísimo. Esto es interesante porque ven la labor que hacemos, que es una labor de base. Los que están alejados de eso, nos ven como una religión un poco foránea o extraña.
JB.- ¿Sigue existiendo esta relación de no-católico con extranjero?
PT.- Sí, por lo menos de extraño. Y además, junto a un profundo desconocimiento. Yo creo que hoy día hay un desconocimiento de la cultura y la religión, incluso la católica, bastante grande. A veces, leo cosas y pienso: "qué barbaridad, decir esto de los católicos", porque no tiene nada que ver. Y ya no digamos de los evangélicos. A colación de esto, se suele contar lo que dijo aquella vez Carrillo cuando habló a un evangélico: "Mire, no creo en la religión católica, que es la verdadera, así que, mucho menos en la suya".
Nos pasa muy a menudo; el otro día, no voy a decir quién, pero un alto cargo del Gobierno con el que coincidí en la celebración del 2 de mayo, a quien le dije: "Díganos algo del 500 aniversario de la Reforma" me contestó: "pues, cumpleaños feliz".
JB.- Estamos hablando de 500 años, que hay pocas instituciones a nivel global que puedan decir que han perdurado tanto en el tiempo. La Iglesia Católica Romana, evidentemente sí que lo es, pero las Iglesias de la Reforma también. ¿Cómo se está celebrando en otros países del mundo?
En general, con mucha intensidad. Alemania desde luego, que tiene a la propia Merkel, que es hija de un pastor protestante, Obama, que asiste a una iglesia protestante en EE. UU. y tienen actos continuamente. En los países nórdicos, también. En Latinoamérica, donde hay muchos evangélicos, ellos han recuperado esas raíces. Decías de los 500 años de la Reforma; puntualizar que la Reforma, lo que intentó fue volver al cristianismo primitivo. No es que fuera una nueva religión o una nueva Iglesia.
En Brasil, han sacado un sello conmemorativo. Y en países como República Centroafricana, Namibia...
JB.- Hasta en el Vaticano han sacado un sello. Sin embargo, por lo que contabas el otro día, no ha habido ninguna actuación en España, en este sentido.
PT.- Fue muy doloroso. Se ha demostrado, un poco, que todavía la gente vive de espaldas al hecho cultural protestante, ya no digo la religión. Sigue siendo indiferente. Siendo, en todo el mundo un acto tan importante.
Nosotros pedíamos que en el sello figurase la portada de la Biblia del Oso, que, como sabes, es la primera traducción al castellano de los textos originales, y que Muñoz Molina, hace poco, en un encuentro que tuvimos al que tú también asististe, dijo sobre ella que era una joya literaria equivalente al Quijote; algo cultural e histórico con lo que, además España tiene una deuda ahí adquirida.
Dijeron que no, a pesar de que lo pidieron FEREDE, Alianza Evangélica y todas las denominaciones. Yo creo que fue un clamor popular como nunca había habido, y se lo dieron al Camino de Santiago y al cardenal Cisneros, que ya tienen muchos sellos. Te duele porque, aunque no creo que hay mala intención, sí que hay ausencia de buena voluntad.
JB.- Ya, pero tampoco es una cuestión económica, se deben de fabricar muchísimos sellos en este país y la dedicación de alguno a los 500 años de la Reforma, tampoco sería ninguna herejía, hablando en broma.
Vosotros habéis solicitado al Ministerio de Justicia que el 31 de octubre fuera una fecha significativa, también. O bien en el calendario laboral o en el calendario de efeméride.
PT.- Bueno, no nos importa que no fuese festivo. Al revés, yo creo que el día de la Reforma, con la ética protestante del trabajo, me parece muy bien que no sea festivo. Sería una contradicción. Pero sí nos gustaría que constara en el calendario. Hay tantos santos y tantas efemérides de tanto tipo, y que no haya algo que, de alguna forma, enlace con la historia de los protestantes en España, pues es triste.
Pedíamos algo como una efeméride, que figurase en el calendario, que lo recuerde. Igual que hay un día de la mujer maltratada o de los minusválidos.
JB.- Y, ¿se ha negado? ¿No hay respuesta?
PT.- Se está estudiando. Eso puede significar cualquier cosa, pero, por lo menos no es un no, de momento.
JB.- En Madrid se celebran, como bien decías, buena parte de los actos centrales. ¿Cuál está siendo la acogida y la colaboración de las administraciones? Tanto de la local como de la regional.
PT.- La Comunidad de Madrid nos está acogiendo bastante bien, y vemos que sí que hay un apoyo. El ayuntamiento de Madrid, nos está costando; no hay esa fluidez que esperábamos en cuanto a permisos. Sí que nos los han concedido finalmente, pero ha sido una labor difícil de tramitar. Aunque tampoco podemos decir que haya habido una obstaculización para la Fiesta de la Esperanza, que será el sábado en la plaza de Neptuno. Estamos contentos, en general. Pero, la que se ha comportado bien es la Comunidad de Madrid.
JB.- Esperáis que esos actos permitan una visibilización del movimiento de la Reforma y que se pueda conocer y normalizar (aunque sea una palabra horrible) vuestra presencia en un país, en el que primero se persiguió, luego se ignoró y ahora está también un poco marginado.
PT.- Tampoco estamos obsesionados por tener esa visibilidad. La normalidad la encontramos en la labor que hacemos día a día y la ganamos en nuestros barrios, en nuestros sitios. Pienso que eso se consigue. Ahora bien, yo creo que cualquier colectivo quiere esa visibilización, porque es importante para una proyección hacia a fuera.
En este sentido, este congreso tiene una parte hacia adentro; nosotros no tenemos conferencia episcopal, no tenemos dogmas inamovibles salvo las verdades básicas de la fe. Y este congreso, que se hace cada ocho o diez años, sirve para que diferentes familias protestantes que habitualmente no estamos cerca, debatamos sobre temas de actualidad y nos pongamos al día, confrontemos ideas, y, a lo mejor, hasta discutamos con respeto. Eso es la parte interna, que es muy importante.
En cuanto a la parte externa, sí esperamos que, por un lado, nuestros jóvenes, que son muy activos, darán sangre, habrá flashmob en diferentes lugares de Madrid, conciertos, música en la calle y esperamos que eso sea un testimonio de que somos una Iglesia viva. No somos una Iglesia de gente mayor, es una Iglesia con muchísima juventud y muy comprometida con la sociedad.
Y después, estará el Congreso en la parte cúltica, que es importante, de buscar a Dios también, de nuestra forma más desenfadada y menos rigurosa. Y luego, una parte con autoridades; van a venir evangélicos de Europa y de Latinoamérica también.
Es un encuentro en el que esperamos que también haya esa presencia institucional que avale el hecho del protestantismo español, que hace 500 años fue perseguido y la gente o murió o fue exiliada. Aunque siempre ha habido un hilo de continuidad y, de hecho, en cuanto ha habido libertad, aquí hemos estado.
JB.- Hablábamos de esa vuelta a la raíces de la Biblia que intentó Lutero. De ahí también viene la catolicidad del movimiento de la Reforma. Esa catolicidad, no deja de ser un ansia de aquel pasaje evangélico que siempre utilizamos en la Semana de Oración por la Unidad, de que "todos sean uno para que el mundo crea".
¿Es posible pensar en eso, y cómo es posible pensar en esa unidad? Entiendo que ya no estamos en una fase en la que tengamos que hablar de absorción por parte de Roma o al revés, ni de la desaparición de las distintas denominaciones.
PT.- Hay un ecumenismo entre evangélicos; lo practicamos con sus tensiones internas, pero es un ecumenismo ágil, vivo y que existe, entre posturas y visiones que coinciden en lo esencial, pero que, a veces, difieren en aspectos secundarios que cada cual considera importantes.
Con la Iglesia Católica, y sobre todo con el Papa Francisco, se han establecido a nivel mundial muchísimos debates y actos públicos. Francisco es una figura que ha cambiado el talante de la Iglesia Católica y, evidentemente, eso ha destensado la relación y ha favorecido una cordialidad y una cercanía.
Ahora bien, a veces la gente se queda en la superficie: el que no haya tensión y que incluso haya cierta empatía y valoración del otro en aspectos como que compartimos la misma Biblia y tenemos valores éticos que coinciden. Pero después, en lo esencial, no ha cambiado nada.
JB.- Sí que es cierto que, aunque no ha habido una rehabilitación formal de Lutero (quién sabe si es otra de las sorpresas que nos esperan en este pontificado) ,llevamos un año y medio en el que el Papa, cuando sale el tema de la Reforma, sí que da la sensación de dar unos pasos muy hacia adelante, de reconocer que lo que hizo Lutero fue poner, negro sobre blanco, la miseria de la propia Iglesia, y que habría que aprender de ello. Eso, sí lo ha dicho.
PT.- También nosotros tenemos nuestras miserias; el ser humano es así. Pero es que si Lutero fuera rehabilitado, el Papa dejaría de existir como tal. Entonces, ese paso lo veo muy complicado.
JB.- Lo que pasa es, que al principio (no sé si será una discusión que tendremos otro día), Lutero no quería una ruptura con Roma, ni siquiera que se acabara el papado. Cuando planta esas tesis, lo que quería era una vuelta y una renovación profunda de lo que era la Iglesia, una lucha contra la corrupción y, en ese sentido, Francisco es muy luterano. Una de las bases de su pontificado es esa lucha fratricida contra la corrupción, especialmente en el interior de la propia Iglesia.
PT.- En el papel de la Escritura como base de fe, sí que lo pretendía. No acabar con el papado, pero que el papado no podía ser como se entendía entonces, ni como se entiende hoy. Tenía que ser una figura totalmente diferente. Y eso, me parece imposible porque sería acabar con los sacramentos, la confesión, en fin, muchos aspectos que desde luego, si se produjeran, abiertos al diálogo estamos.
JB.- Pero, podía pensarse una comunión sin absorción.
PT.- Hablar de comunión es decir común unión. Eso, hoy en día, lo veo imposible salvo en alguna denominación evangélica muy superficial, a la que no le importe el trasfondo. Yo diría que el 90% de los evangélicos o protestantes en el mundo entero, no solo en España, serían absolutamente contrarios por las grandes diferencias. Sería como decir que el PP y Podemos, como tienen la misma constitución podrían unirse en un mismo partido.
JB.- Yo no hablo de unirse en un mismo partido, pero sí, de participar del mismo juego democrático con plan de igualdad.
Es lo que sí podría enseñarnos esta legislatura, si hablamos políticamente. Porque al final, estamos obligados a entendernos para llegar a acuerdos.
PT.- Eso es lo que se llama la co-beligerancia dentro de una buena relación. Yo pienso que eso, no solo es deseable, sino que es un imperativo. Pero de ahí a la comunión como tal, veo todavía muchos aspectos, como institución, difíciles de casar. Después están las personas; yo no puedo juzgar: ni puedo decir que todos los evangélicos sean verdaderos creyentes ni que todos los católicos no lo sean, en el sentido de ser un verdadero cristiano.
Pero como verdades fundamentales de la fe, creo que ahora mismo hay una separación demasiado grande como para pensar en una unión.
JB.- No te veo muy optimista entonces, respecto a este tema.
PT.- No, pero tampoco pesimista. Cada cual tiene su identidad y sobre todo, la Reforma no solo fue Lutero, fueron después Zwinglio, Calvino, Melanchthon, Knox... mucha gente. Lo que al final se defiende no es tanto un dogma o una doctrina, sino una experiencia personal con Jesús. A veces parece que dependemos para eso mucho de una institución.
Nosotros creemos que Jesús fue un hombre real, que creemos que era Dios y que creemos que murió (es una evidencia que lo dicen los historiadores de aquel tiempo). Y que resucitó y está vivo.
Esa experiencia con Jesús, es la que a mí me hizo ser protestante sin saber que estaba abrazando esta fe. Y creo que esa es la esencia. A veces discutimos mucho los dogmas y nos olvidamos del propio Jesús. Y a partir de ahí, para esa relación con Jesús, el "solo fe", "solo gracia" y el "Jesús del Evangelio", eso, sí que es fundamental. Pero lo va a ser la relación con Jesús, no pelearnos como religiones o como Iglesias.
JB.- Tal vez, en lugar de esa frase de "todos sean un uno para que el mundo crea", sea mejor aquella de Jesús de "cuando dos o tres estén reunidos en mi nombre, ahí estaré yo entre vosotros".
PT.- Sí. O como cuando Jesús resucitó y le dijo a Tomás: "toca la herida de mi costado", y cuando vio que aquel Jesús era el mismo en el que él decía no creer porque le daba por muerto, se puso de rodillas y dijo: "Señor mío, Dios mío". Yo creo que es la experiencia básica, y que debe ser una experiencia diaria también, de la vida cristiana.
JB.- Hay una web del 500 aniversario. Ahí están todas las actividades y todos los actos.
Esperamos que sea todo un éxito. Lo contaremos y esperamos que tú también, a través de Protestante Digital, nuestra página hermana.
PT.- Sí. Estamos muy involucrados. Decir, aunque es obvio, que si hay un medio que nos da normalidad y nos sentimos cercanos, que hay una clara empatía y un trato justo, es con Religión Digital. Os apreciamos y os agradecemos muchísimo poder estar.
JB.- Lo mismo por nuestra parte. Pero sobre todo y aunque no existiera. Porque entendemos que en la información religiosa hay dos puntos: "información" y "religiosa", y tenemos que hablar de todas las confesiones. Y aparte, tenemos un camino en común que recorrer, que se antoja apasionante 500 años después, y lo que queda.
PT.- Y después, también, poder convivir en Religión Digital todos los blogs que hay, con tantas tendencias. Estamos ahí todos y, de momento, no nos hemos pegado nunca.
JB.- Bueno, alguna vez hay que poner orden, pero eso también forma parte de la vida y de la normalidad.
Pedro, ha sido un auténtico placer, que sea un éxito y que sirva para que podamos encontrar puntos en común, creyentes y no creyentes. Y poner de manifiesto que el mensaje de Jesús sigue vivo y ofreciendo respuestas a esta sociedad y a las que vienen. De que somos corresponsables de construir el mundo desde nuestra fe. Conmemoremos juntos la Reforma, porque sí que hay algo que conmemorar.
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