Falleció Lidia Vila

Lidia Vila Campderrós ha fallecido este domingo 2 de marzo de 2014, a la edad de cien años.

Fue fundadora de Editorial Clie junto a su esposo Samuel Vila. "Su larga vida fue un ejemplo de oración, entrega y servicio a los demás, un testimonio permanente de la fe y la esperanza cristiana en el Cristo resucitado", recordaba la editorial en sus redes sociales esta mañana.

Hace pocos días, Pablo Martínez Vila publicaba en Protestante Digital una semblanza sobre Lidia Vila, aprovechando la celebración de su 100 cumpleaños.

Lidia Vila nació en Rubí (Barcelona) en 1914 en el seno de una de las primeras familias protestantes de Cataluña. Fue la cuarta de una familia de siete hermanos. Se educó en las Escuelas Metodistas de Rubí bajo la tutela de Magdalena Pascual de Capó, quien estimuló su innata capacidad para la música y la enseñanza, así como su amor por la literatura.

Contrajo matrimonio en 1931 con Samuel Vila, pastor, escritor y conocido líder evangélico en España, uno de los mayores luchadores por la libertad religiosa en la dictadura franquista. Como esposa de pastor dedicó el resto de su vida a la música y el ministerio cristiano. Juntos levantaron con mucho esfuerzo lo que hoy es la Editorial CLIE.

Excelente comunicadora y pedagoga, sus clases de Escuela Dominical son recordadas como un auténtico tesoro por sus alumnos y alumnas que reconocieron en Dª Lidia a un modelo de maestra en su sentido más profundo: con sus clases enseñaba lecciones de la Biblia, pero con su ejemplo impartía lecciones de vida. Fue, sin duda, una “carta viva” en la que han podido leer y aprender varias generaciones de creyentes.

Eficiente y fiel secretaria, por sus manos pasaron todos los libros de su marido y la mayor parte de los publicados por CLIE. También fueron muy apreciadas sus predicaciones, tan prácticas y llenas de anécdotas que permanecen en el recuerdo de muchos como una forma inolvidable de instruir deleitando. Algunos de estos sermones han quedado recogidos en el libro “Temas Homiléticos Selectos” (CLIE, 1983).

Decía Pablo Martínez que pasaba estos últimos días en tranquilidad en su hogar. "Su capacidad para la música no se ha apagado ni siquiera al filo de los 100 años: aún hoy sigue tocando ocasionalmente un pequeño órgano portátil. Con la cabeza bien lúcida, se muestra ávida de hablar y escuchar sobre la Palabra de Dios. Conoce de memoria numerosos pasajes de la Biblia, en especial los salmos. Ésta es probablemente la actitud que mejor resume su vida: es una mujer de la Palabra. Por ello, porque las Escrituras se han hecho vivas en su persona", expresaba en su semblanza. "La recordamos como un ejemplo de servicio, de humildad y de generosidad".