Tras la celebración este encuentro del 25 al 27 de mayo pasado en Madrid, en el Palacio de Congresos,
el diario de mayor presencia del protestantismo español valora en un Editorial su contenido como de “matiz católico” aunque considere positivo
que se valore la familia tradicional o natural y que
los organizadores hayan invitado a representantes de otras confesiones, como varios destacados evangélicos.
Esta valoración, añaden, es mayor ante “
voces “ultras” católicas encienden alarmas ante la presencia protestante en el Congreso “avisando” acerca de que la visión evangélica y la católica tradicional difieren en aspectos teológicos y prácticos importantes, aunque secundarios desde la visión global del tema del Congreso; como son el papel de la mujer, el divorcio, el matrimonio como sacramento, y la planificación familiar”.
Sin embargo, opina el diario, el sesgo enormemente católico del encuentro hace que “lo que podría ser muy positivo se quede en un nivel mucho menor”.
El quid de la cuestión, enfatiza el Editorial es que se ha convertido en un encuentro católico que apoyan representantes de otras confesiones, lo que debería haber sido un encuentro de apoyo a la familia tradicional con consenso desde diferentes sectores sociales en cuanto a su valor y defensa, ya que “tal y como se ha planteado el Congreso ha sido más bien para reafirmación de un sector social estrictamente vinculado a la Iglesia Católica”, es decir, “un Congreso en términos de reafirmación de identidad de grupo”.
Piensa el Editorial de Protestante Digital que hubiese sido más “creativo e impactante una propuesta ambiciosa mucho más abierta, que estableciese un verdadero diálogo sin temor con otras opciones `no católicas”; en vez de una
presencia de algunos representantes aislados de otras confesiones que aunque aparece como una apertura “se queda más en la imagen, porque el meollo del programa se dedica a una defensa y reafirmación de los valores propios de la institución católica”.
Se pone como ejemplo que una sesión de contenido científico se dedique a la defensa de los métodos "naturales" de anticoncepción frente a los demás, algo "chocante", que para nada supone un beneficio para la familia, y que en definitiva "es tan sólo una defensa específica de la postura de una iglesia concreta, la Católica".
Este congreso responde, opinan,“a una particular cosmovisión católica, que busca la notoriedad de las manifestaciones masivas para defender lo propio, algo que choca a una mentalidad protestante, permanentemente abierta al diálogo con posturas diferentes”. Esro lleva a que
la defensa de la familia “sólo por sectores católicos y de la derecha tradicional no impresiona a la sociedad española; lo que le habría impresionado y calado habría sido ver manifestar esta defensa a otros sectores de la sociedad”. Por ello lo ven como “una oportunidad perdida para persuadir al resto de la sociedad de que la familia es fundamental en el tejido social por muchas más razones que las que vienen del Vaticano”.
En cuanto a aspectos prácticos que se derivan de esta falta de participación evangélica o protestante más allá de estar como invitados pero sin más opciones en cuanto al contenido del Congreso ven “
cuestiones importantes que afectan a la familia que no se han abordado o se han hecho de manera muy sesgada”.
Por ejemplo, ha existido una total ausencia de autocrítica. “La familia de Walt Disney es imperfecta al lado del concepto que se da a entender. Y la familia tradicional es el ideal, pero lo ideal no significa que en la práctica esté exenta de problemas. Por ello, hubiese sido saludable y realista un análisis de la crisis de la familia tradicional”.
Otro aspecto que entiende que se debiera haber incluido es “haber abordado el maltrato de la mujer en la familia (
sólo existe al respecto en castellano una pastoral cristiana, de la Alianza Evangélica Española)”. Y también crtician que se haya ha tratado
la planificación familiar sólo contemplando el uso de anticonceptivos naturales, una perspectiva netamente católica conm la que no coincide el protestantismo ni la sociedad en su conjunto.
También, expresan, “
se ha echado en falta la atención a familias rotas (separación, divorcio, viudedad) o afectadas por la crisis económica. ¿Por qué no una declaración contra el peligro y abuso de políticos y bancos de la estructura familiar y de la sociedad en su conjunto?”
Por último, el Editorial protestante ve que se siguen los caminos recorridos por el catolicismo en España, con un “
vacío de diálogo y búsqueda de vías de consenso con quienes no opinan como los organizadores del Congreso”.
Todo lo cual “indica que falta mucho para que este tipo de encuentros sea abierto, realmente plural, y sobre todo que llegue a convencer a la sociedad y a las confesiones no católicas de que se cuenta con ellas más allá de una cierta presencia y participación”.
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