La Alianza Evangélica preocupada con la Ley de Igualdad de Trato y No Discriminación

La Alianza Evangélica pide “equiparación e igualdad de trato, no privilegios” ante el Proyecto de Ley sobre Igualdad de Trato y No Discriminación aprobado por el Consejo de Ministros el pasado viernes 27 de mayo, en un comunicado de prensa.

La AEE considera esencial que esta ley no se consiga “a costa de la pérdida de derechos fundamentales como son la libertad de expresión, la libertad de conciencia, etc”. Para la Alianza, no se debe confundir “la crítica, el desacuerdo y la divergencia lícita de opiniones con un maltrato”, explicando a continuación que “no es una incitación al odio el hecho de que otros ciudadanos puedan opinar negativamente de nuestras actividades y creencias y lo hagan en público, de forma respetuosa, en un entorno de libre concurrencia de ideas”.

ASPECTOS POSITIVOS
El Proyecto de Ley que se ha remitido al Parlamento se considera “necesario” en su intención de desarrollar “los artículos 9 y 14 de la Constitución Española”. De hecho, la Alianza piensa que “como colectivo que ha sufrido persecución durante cinco siglos en nuestro país por cuestiones de opinión, expresión, reunión, falta de libertad de cultos, etc. tenemos una larga experiencia de desigualdad en el trato, de fomento del odio hacia nuestro colectivo, que a día de hoy aún se refleja en muchos aspectos vinculados a la imagen pública y el trato que recibimos”.

Aunque reconocen no ser el único colectivo que ha sufrido esta discriminación histórica, sí considera “injusto” que el pueblo evangélico haya quedado “fuera del proceso de elaboración de esta nueva ley”. Esta actitud del Gobierno “supone consumar un trato discriminatorio hacia los protestantes españoles en una actuación y una ley que persigue exactamente lo contrario, que los derechos de todos sean respetados y e incluso reparados desde una perspectiva de la memoria histórica”, afirma el comunicado.

La Alianza Evangélica se expresa “a favor” de que se tomen medidas “para fomentar la igualdad de oportunidades en el terreno de la presencia en la vida pública y la asignación de recursos públicos para los colectivos que han sufrido discriminación. Los evangélicos no pedimos privilegios, reclamamos equiparación e igualdad de trato”.

Esta equiparación pasa por luchar contra “una de las peores formas de exclusión de un colectivo”, que es la “invisibilidad” ante la sociedad y el hecho de que “cuando se hable de él, sea mayormente para denostar, denigrar o desinformar”. Es por eso que la AEE estima necesario que “toda la sociedad, y muy especialmente los medios de comunicación, hagan un esfuerzo de visibilización del colectivo evangélico en España”.

DERECHOS INDIVIDUALES Y COLECTIVOS
La Alianza expresa su malestar ante el probable deterioro de “una de las bases de la democracia: la libertad de expresión” que se camufla tras esta ley, ya que puede dar pie “a que cualquier colectivo aduzca que sufre 'lenguaje agresivo' o 'incitación al odio' como un subterfugio para blindarse ante la crítica de los demás hacia sus propias ideas”, lo que sería una discriminación hacia aquel que critica en un ejercicio básico de su libertad.

También consideran “de gran importancia” que la Ley contemple “los derechos de instituciones y organizaciones, y sus empresas vinculadas, que estén basadas en valores éticos, políticos, religiosos o filosóficos; en el sentido de poder incluir en los contratos de sus empleados una normativa coherente con el código de valores básicos de la entidad. La Corte Europea de Derechos Humanos así lo respalda, por ejemplo en su reciente sentencia del 23 de septiembre de 2010”.

Además, se muestra preocupación por la “inversión de la carga de la prueba, que crearía indefensión en aquel que fuera acusado de discriminación”. La Alianza mantiene que es “imposible” probar el no haber discriminado, o el no haber apreciado, en cambio “es factible demostrar que se ha discriminado u odiado”. Así, concluye que “si se produjese la inversión de la carga de la prueba, además de derribar el concepto de presunción de inocencia, podría iniciarse una 'caza de brujas' en la sociedad española del siglo XXI que supondría una regresión en derechos fundamentales reconocidos por nuestra Constitución”.

Finalmente, la Alianza Evangélica Española ofrece su “colaboración para cooperar en el desarrollo y aplicación de una Ley que se ajuste a los puntos vitales” señalados.