La publicación contiene en forma de documento las conclusiones del diálogo de Steve Bradbury, Director Internacional de Desafío Miqueas, con profesionales de desarrollo sostemible, políticos de diversos países en todo el mundo, economistas y académicos reconocidos.Explica por qué y cómo Desafío Miqueas, como movimiento cristiano internacional planea seguir movilizando a los cristianos durante estos últimos cinco años de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Desafío Miqueas es una campaña mundial para movilizar a los cristianos contra la pobreza. La iniciativa sigue intentando profundizar en la participación cristiana con las comunidades empobrecidas y marginalizadas, y tener influencia sobre los líderes de naciones ricas y pobres para que cumplan su promesa de lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). En septiembre 2000, 189 líderes mundiales hicieron un compromiso solemne en la Cumbre del Milenio de la ONU con el fin de liberar a sus ciudadanos de la indignidad de la pobreza extrema y alcanzar estos objetivos.
“Tenemos que recordar a nuestros líderes que romper una promesa es pecado, pero romper una promesa a las personas más pobres del mundo es nada menos que un crimen. Si la pérdida de casi medio millón de vidas de mujeres durante el parto cada año (casi todas completamente evitables) no es un crimen, entonces ¿qué es?”, expresa el documento dado a conocer por Desafío Miqueas a nivel internacional.
Esta exhortación se fundamenta en el concepto de que nadie está mejor situado para enfrentarse al poder con la verdad que los millones de personas y líderes que forman el movimiento Miqueas. Esto es, los miles de líderes de iglesias que pasan sus vidas en pueblos aislados y barrios bajos con quienes experimentan la miseria absoluta, proveyéndoles de alimentación espiritual. “Ellos verdaderamente entienden la gran influencia positiva que el conseguir los ODM puede tener sobre los que no tienen casi nada en forma de recursos materiales”, señala.
RESPONSABILIDAD DE LOS GOBIERNOS
Desafío Miqueas destaca que en muchos lugares, los diferentes grupos de fe y las ONGs están haciendo un esfuerzo heroico contra viento y marea para proveer directamente apoyo educativo y sanitario, y también medios de vida a los pobres. “Sin embargo, los esfuerzos colectivos de todas las entidades privadas para proveer directamente los servicios a través de proyectos locales, solamente pueden alcanzar una proporción muy pequeña de quienes los necesitan. Al final, son principalmente los gobiernos los que pueden y deberían asegurar el éxito de los ODM. Después de todo, son los gobiernos los que se encargan de recoger los impuestos y de recibir la mayor parte de la ayuda de la comunidad internacional. Lo más importante es que son los gobiernos, a los que los ciudadanos eligen como guardianes de los recursos públicos, los que, por lo tanto, tienen que ser responsables de cara a sus votantes”.
En este sentido,
se destaca la importancia de la Buena Gobernanza: “La gente a la vanguardia de las iglesias evangélicas sabe que si los recursos públicos se administran de una manera transparente y responsable, no hay nada que pueda impedir que el mundo logre los ODM para 2015”. El ejemplo de Ruanda ilustra cómo algunos países van progresando bien, simplemente porque el liderazgo al nivel más alto ha priorizado la lucha contra la mala administración de fondos públicos y ha demostrado tolerancia cero a la corrupción a través del ejemplo personal.
Desafío Miqueas tiene la legitimidad única de levantar su voz para con los que están al poder, no solamente por su contacto diario con millones de personas que viven en pobreza, y no solamente porque en muchos países sus líderes son voces que se han ganado la confianza de la gente y de los medios de comunicación, sino también porque su convicción se construye sobre los valores fundamentales de los derechos humanos universales, la justicia y la ética para todos.
BUENA GOBERNANZA
Preparados para servirdestaca que las descripciones que encontramos en la Biblia, en el libro de Miqueas, sobre la opresión, son tan significativas ahora como lo eran antes. El abuso de poder y privilegio sigue negando a los pobres la oportunidad de crear un futuro mejor, negándoles acceso a lo que de pleno derecho les corresponde, hasta derechos básicos tal como un jornal justo por una jornada de trabajo honesto. Lo que es claro, es que no es solamente una cuestión de deficiencia en política lo que falla a los pobres. “La pregunta profética dirigida hace muchos años a los que están en el gobierno, trágicamente y urgentemente sigue pertinente hoy en día: “¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente, y aceptaréis las personas de los impíos?” Además, las exhortaciones divinamente inspiradas todavía tienen razón de ser: ‘Defended al débil y al huérfano; haced justicia al afligido y al menesteroso. Librad al afligido y al necesitado; libradlo de mano de los impíos’”, expresa.
Esta es una demanda por una buena gobernanza, para una gobernanza piadosa. “Es la insistencia divina, que los asuntos de las naciones se gobiernen según los principios fundamentales que aseguran que los débiles y los que no tienen fuerzas se traten con la dignidad que merecen como personas que Dios creó a su propia imagen. Es por eso que Desafío Miqueas pide que la buena gobernanza esté en el centro de su trabajo”, afirma
Steve Bradbury Director de la Junta Internacional de Desafío Miqueas.
El documento analiza qué constituye la “buena” gobernanza. Destaca en primer lugar que, comúnmente, la gobernanza se considera referida a los procesos o los medios por los cuales la toma de decisiones tiene lugar y se implementa. “Sin embargo, la ‘buena gobernanza’, en nuestra opinión, se refiere tanto a los ‘medios justos’ como a los ‘fines justos’”, aclara.
Puntualiza a continuación que los “medios justos” se cumplen cuando las reglas que estructuran la toma de decisiones en el gobierno son justas, transparentes y responsables, y cuando los que están encomendados a implementar las reglas lo hacen transparentemente y con integridad y eficiencia. Y que los “fines justos” se cumplen cuando el resultado final de la formación de política es justa y fomenta el bienestar de todos; en particular, cuando las decisiones y la implementación de la política resultan en niveles decrecientes de la pobreza y sufrimiento humano, y niveles crecientes de la prosperidad humana.
El documento enumera y explica ocho de las características identificadas comúnmente con la buena gobernanza que entran en la categoría de los “medios justos”: Responsabilidad - Participación – Imperio de la ley – Transparencia – Capacidad de respuesta – Orientado al consenso - Equidad e inclusión – Efectividad y eficiencia.
Es la opinión de Desafío Miqueas Internacional que estas ocho comúnmente identificadas características de la buena gobernanza son principios útiles. “Sin embargo, hay más que decir en cuanto a la conducta correcta y justa en el área internacional –sobre todo, en el caso de las
naciones ricas y poderosas cuyas acciones más pequeñas pueden afectar drásticamente el bienestar de millones de personas que no son ciudadanos y que no pueden responsabilizar tan fácilmente a tales gobiernos de sus acciones o inacciones”, puntualiza la Introducción del documento.
MISIÓN INTEGRAL
En uno de los preámbulos de Desafío Miqueas, la Declaración Miqueas dice “la Misión Integral o la transformación holística es la proclamación y la demostración del Evangelio no es simplemente que la evangelización y la participación social tengan que desarrollarse juntos. Más bien, en la misión integral, nuestra proclamación tiene consecuencias sociales desdeque llamamos a la gente a que ame y se arrepienta en todas las áreas de su vida, y nuestra participación social tiene consecuencias evangelísticas cuando damos testimonio de la gracia transformadora de Jesucristo”.
El documento recalca que a través de facultar a la iglesia a comprometerse con el Evangelio en toda su plenitud, los cristianos y las iglesias promoverán las políticas gubernamentales que faculten a los pobres, que fomenten un sector privado productivo y que cuiden del medio ambiente.
“Durante algún tiempo, la comunidad cristiana parece haber abandonado su rol de usar las voces de sus miembros para responsabilizar a nuestros líderes de sus promesas y acciones. El trabajo con que la Iglesia se ha asociado tradicionalmente e históricamente –esdecir, el discipulado de los miembros y el trabajo en servicio social y moral a la gente– no es de menor importancia, pero nosotros, como cristianos, tenemos otra responsabilidad fundamental. Esta es nuestra llamada de clarín al cuerpo de Cristo para movilizarnos y ponernos el manto de ser la consciencia de nuestra comunidad, de nuestros gobiernosy de nuestro mundo”, declara el documento.
Preparados para Servir – Abogacía para una Buena Gobernanzatrata de animar a una discusión abierta sobre la participación cristiana en el apoyo profético que promueve la buena gobernanza.
“Abrimos este diálogo en particular con un reconocimiento claro de que a todo aquel a quien se haya dado mucho, también mucho se le demandará, y que tal discusión también implicará plenamente a la iglesia cristiana a revisar sus propios procesos y responsabilidad. Nuestra intención es que por medio de nuestro servicio e identificación con los pobres, nosotros mismos nos hagamos ciudadanos y testigos fiables que inciten a la buena gobernanza en nuestros gobiernos locales y nacionales”, finaliza.
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