Lidia Martín está publicando en Protestante Digital una serie de artículos acerca de las relaciones de la fe cristiana y la Psicología. Materias que durante mucho tiempo algunos han visto como «enemigas», pero que de acuerdo a su visión son «complementarias y necesarias». En la
entrevista concedida por Lidia Martín desarrolla este conflicto y explica su perspectiva acerca del trabajo común que pueden realizar pastores y psicólogos cristianos en la ayuda a las personas necesitadas.
Para esta psicóloga cristiana, ambas cosas son compatibles. Porque «el hombre tiene la capacidad de estudiar su entorno» y por tanto usar de las herramientas científicas para entender y tratar los problemas. Sin embargo, admite que la psicología, al afectar «lo más íntimo del ser humano», ha creado algunos conflictos para los cristianos. «El miedo a lo desconocido y las malas praxis han condicionado que se demonizara la psicología (…) Igual que ha pasado con la ciencia que pretende ser como Dios. Ahí el mal no está en la materia, sino en las intenciones del corazón del hombre, que es donde reside el mal», explica Martín.
En cuanto a la función de la psicología, Martín explica que nunca debe suplantar lo que un pastor puede realizar. Por eso, ella aconseja que en las consultas no se intenten resolver «crisis de fe», ya que este es un ámbito que debe ser tratado «por un pastor». «El psicólogo se encarga de otras áreas. La psicología aborda temas y aspectos que la fe no trata, y las cuestiones de fe deben abordarse en la iglesia y no en la consulta», agrega.
Sin embargo, hay casos en los que se pueden producir conflictos entrelazados. «A veces la persona a partir de una problemática de salud mental nota que como consecuencia haya una mengua en la inclinación espiritual. Por ejemplo, en muchos casos el pastor deriva a la persona hacia un profesional, como un trastorno depresivo grave. Puede hacer falta que se trate la depresión primero, y haya un andar paralelo de pastor a psicólogo», reflexiona Martín, que defiende esta forma de trabajo «paralelo» entre el pastorado y los profesionales de la psicología.
Por otra parte, Lidia Martín advierte que «el pastor no es un psicólogo» aunque las áreas que pueda abordar en una consulta pastoral sean semejantes a las que trate un psicólogo. Por eso, aconseja que el psicólogo y el pastor encuentren en cada caso «cuál es su área de actuación... En esos casos donde la línea se difumina es bueno ser prudentes y consultar al otro». Ella admite que «tengo pastores de referencia a los que a veces consulto, y sé de pastores que cuentan conmigo también en cualquier caso que consideren que puedan necesitar un tratamiento distinto».
Por otra parte, el psicólogo cristiano, para Martín, tampoco debe intervenir en el cuidado pastoral directamente. «El pastorado implica un llamamiento al que no todos somos llamados», por lo tanto debe cuidarse de afrontar aquellos aspectos que desde su formación profesional pueda tratar.
FORMACIÓN BÁSICA
Martín apuntó además que la formación de los pastores en aspectos psicológicos resulta ventajosa siempre que se utilice con prudencia. «A veces se atribuyen dimensiones espirituales a cuestiones que están estudiadas de forma científica y médica. Creo que en los seminarios está bien que se aborde en profundidad la psicología. Es un acierto», agrega, aunque advierte que en las iglesias puede caerse en la tentación de realizar una consejería basada en «pseudo-formación psicológica» que al final puede hacer más daño que bien a la persona.
Es por eso que «debe haber una formación seria para realizar ciertos acercamientos. Para ejercer la psicología se debe estar colegiado, esto no es una cuestión menor», advirtió Martín. La clave es ser prudente, teniendo «una precaución máxima porque son personas con quienes trabajamos».
COLABORACIÓN PSICÓLOGO-PASTOR
Uno de los aspectos que más enfatizó Martín fue el de avanzar en la colaboración entre pastores y psicólogos cristianos. «Debemos sopesar qué recursos podemos poner al alcance de la persona. Si el pastor detecta que tiene un caso que le desborda, que tiene que ver con aspectos psicológicos, es bueno que empiece a intervenir un psicólogo para que pueda haber una colaboración, no una exclusividad». Esta situación de colaboración debe fomentarse porque «es lo mejor para la resolución de las situaciones».
Además, explicó que siempre un psicólogo cristiano puede tratar mejor a aquellos que comparten su misma fe que uno que no lo sea. «Al paciente le puede costar contarle un problema espiritual al psicólogo secular. Aunque no se deba tocar el tema espiritual en la consulta, se acortan distancias cuando ambos comparten la misma fe», explica la psicóloga.
Uno de los avances que se están dando en cuanto a la atención pastoral es la que pueden dar éstos ante grandes tragedias o catástrofes. «Me parece fantástico», exclama Martín, que sostiene que estas intervenciones «deben estar bien coordinadas para que el psicólogo y el pastor tengan una buena comunicación». Necesaria, no sólo ante las catástrofes, sino también en cada situación que el psicólogo o el pastor deba atender.
MULTIMEDIA
Pueden escuchar aquí la
entrevista de Esperanza Suárez a Lidia Martín sobre fe cristiana y psicología
Pueden también leer la
serie de Lidia Martín sobre El papel del psicólogo: mitos y verdades
LIDIA MARTÍN
Lidia Martín Torralba es Licenciada en Psicología y Máster en Psicología Clínica y de la Salud por la Universidad Complutense de Madrid. Es miembro de una iglesia evangélica de Madrid.
Desarrolla desde hace años su profesión en la atención psicológica desde la clínica privada, combinando estas labores con otras facetas como la docente y escritora.
Colabora habitualmente con entidades como la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), la Universidad Complutense de Madrid (en el Curso de Verano «Intervención en Catástrofes y Emergencias») y otras varias, como la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid. especialmente en programas de prevención y elaboración de materiales.
Ha participado como psicóloga en la redacción de un libro de la reconocida colección de Psicología Clínica de la Editorial Síntesis, “Primeros Auxilios Psicológicos”, incluido dentro de la sección de guías técnicas. El otro coautor es Manuel Muñoz, profesor titular de la Universidad Complutense de Madrid.
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