La pugna se dirime en suelo español, en un momento en el que Marruecos ha vuelto a poner sobre la mesa la reivindicación de Ceuta y Melilla y se atisban algunas medidas de presión. Por ello, el control religioso y político de las mezquitas y, por ende, de la comunidad musulmana, resulta fundamental para Rabat.
La facción que apoya al régimen marroquí, que encabeza Mohamed Ali, presidente de facto de la FEERI y dirigente musulmán muy conocido en Ceuta, mantiene, al menos de momento, la representación oficial de la entidad.
La otra facción pretende la instauración de una república en ese país, al estilo de Irán, con la implantación de la Ley Islámica en su interpretación más radical (la llamada Sharia).
El control que pretende ejercer Rabat se orienta, según fuentes que informaron al diario La Razón, a que la FEERI se mantenga dentro de la ortodoxia del régimen mediante el apoyo a la monarquía y a las iniciativas que se puedan promover, entre ellas la de la anexión de Ceuta y Melilla. La subvención, superior al millón y medio de euros, que recibe de la administración española, es algo que, lógicamente, pretende mantener en manos de sus incondicionales. Como suele ocurrir en este tipo de situaciones, la larga mano de los servicios secretos marroquíes no ha debido permanecer quieta ante un asunto tan relevante, aunque, por el propio funcionamiento de dichos servicios, su actividad sea difícil de detectar.
ANTECEDENTES
En noviembre del año pasado, en una asamblea celebrada por la FEERI en la mezquita Al Shunna de Fuenlabrada, en Madrid, varias de la entidades federadas, encabezadas por Mounir Benjelum el Andalussi, que está al frente de los más radicales, impusieron el cambio del orden del día para destituir a la junta directiva.
Ali, junto con 12 representantes, abandonó la sesión tras llamar a la Policía para que desalojara el templo (lo que no logró), en el que se quedó Benjelloun. Con posterioridad, en febrero de este año, Benjelloun convocó una asamblea general de la FEERI en la mezquita Assalan de Murcia, en la que fue nombrado presidente. Dos españoles conversos, Uzman Jiménez y Félix Herrero, figuran en la directiva, que los partidarios de Ali no reconocen.
Ali nunca ha ocultado su adhesión al régimen de Mohamed VI. Entre los que le apoyan dentro de la FEERI, está Mustafá Bakkach, vicepresidente de la Federación, que ha promovido en Granada el Partido Renacimiento y Unión de España (PRUNE), que tienen vocación de implantarse en toda España. Al parecer, presentará candidaturas en las ciudades con cierta implantación islámica en las elecciones municipales del año que viene. Marruecos tampoco parece ajeno a esta iniciativa.
ACCIONES SOBRE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Además del control de las mezquitas, Rabat planea, según las citadas fuentes, lanzar, cuando le convenga, “acciones de influencia” sobre la sociedad española. Lo ocurrido recientemente en la población madrileña de Pozuelo, en torno a la utilización del velo por una niña dentro de un centro escolar, podría ser un ejemplo de este tipo de actuaciones, que tantas horas y páginas ocuparon en los medios de comunicación, con la consiguiente polémica.
Por lo que respecta a Mounir Benjelloum, afincado en Murcia, donde tiene una tienda, el Gobierno le acaba de denegar la nacionalidad española que había solicitado ya que, según algunos informes, está vinculado al grupo islámico radical marroquí Justicia y Caridad.
Según las fuentes consultadas por La Razón, la denegación está basada en criterios relacionados con la integración de los musulmanes en la sociedad española, que la actuación del referido grupo no favorecería.
En los mismos medios se recuerda que Justicia y Caridad persigue como objetivo primordial la instauración en Marruecos de un régimen fundamentalista regido por la Ley Islámica. Los servicios de información españoles siguen de cerca sus actividades y las posibles labores de proselitismo y captación de dinero.
La pugna de carácter ideológico y religioso dentro de la FEERI, que es real, no debe hacer olvidar en estos momentos la otra lucha por el control político de las mezquitas, subrayaron las fuentes consultadas.
La FEERI no es la única entidad en la que están agrupadas las comunidades islámicas implantadas en nuestro país. La UCIDE, que preside Riay Tatary, que también encabeza la Comisión Islámica de España, cuenta con una gran influencia. Asimismo, hay otras federaciones independientes a nivel de todo el territorio nacional o en comunidades autónomas. A todo ello, hay que sumar las actividades que se realizan en mezquitas no controladas.
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