Este documento, que estaba ya redactado, se ha decidido que salga a la luz ante este último suceso que podría superar el desastre por el vertido del Exxon Valdezm, que chocó contra un arrecife en el estuario de Prince William Sound (Alaska), y vertió al agua 42 millones de litros de petróleo, causando una marea negra de 6.000 kilómetros cuadrados y el mayor desastre ecológico en la historia de EEUU hasta el momento.
ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN
Refiere la Alianza Evangélica Española, en un documento que firman su Vicepresidente X. Manuel Suárez y su Secretario general Jaume Llenas, que su perspectiva ecológica se asienta en los siguientes principios:
1. No somos dueños absolutos de la tierra; somos sólo administradores y tenemos que responder acerca de la forma en la que la administramos. Nuestra ruptura con el orden de la naturaleza es una de las consecuencias de nuestra ruptura con su Creador; Dios va a producir, en un momento de la historia, la restauración plena e integral de nuestro planeta.
2. Los seres humanos
tenemos diferentes creencias y opiniones pero debemos entender que compartimos el planeta en el que estamos y somos responsables de su cuidado. Es preciso que asumamos una responsabilidad como generación de transmitir el entorno a las siguientes generaciones mejor que lo recibimos.
3. Somos responsables de tomar medidas que eviten, mitiguen y restauren el deterioro de la Tierra y en su caso facilitar mecanismos de adaptación a los cambios producidos por la acción del ser humano.
4. Los países desarrollados tienen un protagonismo claro en la degradación del ambiente, pero es igualmente evidente la irresponsabilidad de muchos países subdesarrollados.
5. No es fácil conseguir desarrollo económico sin aumentar los niveles de contaminación y no es justo conseguir limpieza ecológica a base de restringir seriamente la producción en los países en desarrollo:
la peor contaminación es el hambre. Se hace necesario un crecimiento sostenible que compatibilice desarrollo y ecología.
MEDIDAS QUE PROPONEN
La AEE entiende que el protocolo de Kyoto ha sido una herramienta positiva pero limitada. Consideran por este motivo que es necesario implicar a los países, y conseguir instrumentos que sean de obligado cumplimiento para los gobiernos. Consideran que para lograr esta línea de compromiso real
sería necesario que, además de la ONU, se realizase una participación de los países a través de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Propone la AEE en esta línea de actuación, una serie de actuaciones prácticas que pudiesen servir como vías de solución que les resumimos a continuación en siete puntos.
1. El debate entre medidas proteccionistas y apertura de mercados que se inició en la Ronda Uruguay debe tamizarse a la luz de este objetivo, con
más protección arancelaria a los países que más respeten el ambiente en su producción nacional, introduciendo elementos de “impuesto ecológico”.
2. Hay países que contienen amplias reservas de valor ecológico estratégico; su conservación no sólo les beneficia a ellos, sino a todos nosotros. Hay que establecer mecanismos de ayuda para preservarlas, con financiación internacional en un compromiso de co-responsabilidad. En reciprocidad, esos países deben abrir el control de sus actuaciones preservadoras de las reservas ecológicas a la comunidad internacional.
3. Desde la OMC, el FMI y el Banco Mundial y desde los propios países desarrollados se debe ofrecer a los demás ayuda al desarrollo sostenible, especialmente técnica.
4. Hay que fomentar la adaptación de los sistemas productivos a estos objetivos,
progresando especialmente en la diversificación de las fuentes de energía y en la potenciación de las renovables.
5. Reclamar realismo a las organizaciones defensoras del medio: el alarmismo puede ser eficaz a corto plazo, pero quita credibilidad a medio plazo. Decir las cosas como son, es de por sí suficiente para sensibilizar.
7. El protagonismo de los ciudadanos es relevante; ya que son responsables de la forma en que se consume. Por ello
se anima a los consumidores a que compren con responsabilidad, rechazando selectivamente los productos fabricados en países en los que no se respeta la naturaleza y se conculcan los derechos de los trabajadores.
Finalmente, la AEE entiende que no es posible una solución eficaz del problema ecológico “sin un cambio antropológico” que logre que no se conciba el progreso humano sólo en términos sólo cuantitativos, “interpretando el ideal de bienestar humano como abundancia de bienes, sin distinguir entre el ser del hombre y el tener bienes materiales”. Por ello, la naturaleza se verá muy amenazada ante un ser humano con gran potencial tecnológico, “mientras éste no acepte que el consumismo irracional debe ser sustituido por la sencillez; y que el simple crecimiento rápido, en nombre del progreso, debe someterse a la sostenibilidad”, concluye la AEE.
MÁS INFORMACIÓN
Pueden leer o descargar aquí el
texto completo del Comunicado de la Alianza Evangélica Española sobre responsabilidad ecológica.
Y escuchar aquí la entrevista en audio de Daniel Oval a
X. Manuel Suárez sobre "Cristianismo y ecología".
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