Hace tan solo unas semanas, todos los voluntarios que pisaron la tierra y actuaron directamente sobre el terreno, en Burkina, se reencontraban en Barcelona. Especialistas médicos, enfermeros, farmacéuticos, estudiantes y voluntarios de otras profesiones pasaron una tarde reviviendo la forma en la que habían estrenado juntos el 2009, a muchos kilómetros de casa.
Cada participante tenía sus propias imágenes del último viaje grabadas en la retina. Desde pies de niños infectados, a clases improvisadas sobre higiene alimentaria, desde abrazos en una cárcel a la tristeza de chicas sin ningún tipo de recursos.
El impacto, sin duda, fue mayor en los que habían ido a Burkina Faso por primera vez. Habían participado en cambiar muchas cosas, se habían identificado con niños y mayores allí y habían recibido una dosis de realidad que cambia la forma de ver la propia vida.
Durante el acto, varios voluntarios explicaron y mostraron con imágenes lo que
el equipo de Emsimision ha podido hacer durante su último viaje. Decenas de intervenciones oftalmológicas contra las cataratas, más de 20 adaptaciones de audífonos a niños con sordera severa, trabajos de ginecología, odontología, pediatría, medicina general, otorrinolaringología, cirugía general y diagnóstico de malaria.
Por otro lado, un equipo de la ONG pudo hacer una impactante visita de cooperación sanitaria a la cárcel de Kaya, donde decenas de presos viven en condiciones muy precarias, a la vez que hubo la oportunidad, también, de ver avances en las condiciones de vida de las personas, regalando 300 mochilas con material escolar a otros tantos niños burkinabeses. Se impartieron seminarios relacionados con diferentes áreas sanitarias y cursos básicos de higiene para prevenir enfermedades. A ello se añadía la donación de todo tipo de materiales necesarios como vehículos para el transporte, un ecógrafo, un sillón odontológico, una torre de anestesia, y otras herramientas para que los médicos locales puedan ir mejorando su atención a los pacientes.
“EL QUE TIENE OÍDOS PARA OÍR”
Este último viaje también ha sido clave para aumentar los contactos con médicos locales y directores de hospitales públicos.
Entre estas nuevas conexiones está Madame Kafando, directora de una escuela (centro Cefise) dirigida especialmente a niños sordos. Ha sido un contacto muy importante para poner en marcha uno de los proyectos prioritarios para Emsimision: un plan de acción para devolver la capacidad de oír a los niños de esa escuela, y ofrecerles así la posibilidad de valerse por sí mismos, en un país en el que la sordera muchas veces es sinónimo de exclusión social.
El proyecto se ha denominado “El que tiene oídos para oír, oiga”, y cuenta con la importante colaboración de Gaes Solidaria. En un plan que se extiende hasta 2012, se participará activamente en el “Programme National de Lutte contra la Surdite de Burkina Faso”, una estrategia estatal. Mediante el estrecho trabajo con el profesor Kampadilemba Ouoba (uno de los 7 médicos otorrinolaringólogos de un país de 15 millones de habitantes), se pondrán en marcha acciones para combatir la sordera infantil, y de forma especial, entre los alumnos de la escuela Cefise. Se actuará mediante la puesta en marcha de diversas áreas, una de ellas, la adaptación audioprotésica a niños con déficit de sordera.
El objetivo es dar continuidad al proyecto, formando a estudiantes de medicina burkinabeses para que puedan ir asumiendo responsabilidades, con el fin de disminuir el nivel de dependencia y garantizar la autosostenibilidad.
Emsimision ha decidido impulsar “El que tiene oídos para oír, oiga” como un programa de “apadrinamiento educacional”, es decir, con el apoyo de personas que se decidan a aportar una ayuda económica para que un estudiante pueda recibir el tratamiento contra la sordera, y también una educación integral. “El impacto de este proyecto, pues, abarca no sólo el ámbito sanitario sino también el educativo, ya que garantiza el acceso a la educación de la infancia con ‘handicaps’ auditivos”, remarca Ángel Olmo, médico otorrinolaringólogo y presidente de Emsimision.
TRES PATAS PARA UN TRÍPODE
“No es suficiente con dar. Si nos limitamos únicamente a enviar audífonos, por ejemplo, no tardaremos mucho en comprobar que éstos dejan de tener utilidad por la imposibilidad de solucionar pequeños desperfectos o por la ausencia de pilas de recambio”, sigue el Dr. Olmo.
Por ello, en los años que el equipo de Emsimision lleva trabajando en cooperación internacional, han comprobado que
no es suficiente con enviar ayuda humanitaria a una región afectada. Explica el Dr. Olmo que hay “tres condiciones que todos los proyectos deben cumplir: donación, capacitación y puesta en práctica”. Junto al envío a un país de “todos aquellos recursos tecnológicos que damos”, debe ir un pack formado por un “programa de formación de los estudiantes [de medicina] y profesionales del país así como de la puesta en práctica, en coordinación con equipos de voluntarios”. Solo así se puede garantizar, cree, algo central en cualquier proyecto de cooperación: “la continuidad y aplicación directa de la ayuda a los habitantes más necesitados”.
Así, añadiendo a las donaciones la debida formación a personas del propio país y la puesta en práctica de los planes, Emsimision quiere que el trabajo sea realmente “eficiente” en la mejora de las condiciones de vida de las personas, y “autosostenible” en el tiempo.
INVERTIR DECISIVAMENTE EN LA EDUCACIÓN
Además del proyecto contra la sordera, la ONG con sede en Barcelona tiene dos otros proyectos prioritarios en Burkina Faso, que también se sostienen gracias al apadrinamiento. El primero está en plena sintonía con una de las ideas más repetidas por la gran mayoría de organizaciones humanitarias que trabajan en África: “el desarrollo en el continente depende mucho de la educación de las chicas adolescentes”. En esta línea, Emsimision ha empezado a trabajar en un proyecto de apadrinamiento para la educación de niñas de secundaria en la aldea de Yacma, en colaboración con una asociación local.
Por otro lado, está la puesta en marcha de un
plan de apadrinamiento educativo para estudiantes de medicina, ayudándoles económicamente en el pago de sus estudios, para que cuando sean profesionales pongan sus capacidades al servicio de los habitantes del país.
LA MOTIVACIÓN QUE LO MUEVE TODO
Todos estos objetivos tienen una inspiración que da alas al equipo. Emsimision (que trabaja muy de cerca con la organización Ágape y de la Fundación del nuevo Hospital Evangélico de Barcelona) quiere que el trabajo que se lleva a cabo en Burkina “muestre a la sociedad que el amor de Dios es una realidad y que la Iglesia necesita concentrar su energía en mostrar el verdadero carácter de Jesús al mundo”, opina el Dr. Olmo.
Según la visión de la organización, se trata de trabajar para reducir la mortalidad pero también la morbilidad (afecciones graves en las personas causadas por diversas enfermedades). Y esto se consigue al “abrir los ojos y extender las manos a los necesitados, pobres y desterrados, víctimas de la miseria y la injusticia”. Preguntado por el sentido de la existencia de la ONG, su presidente es contundente: “Emsimision debe existir porque permite, tanto a creyentes como a no creyentes, acercarse y
experimentar de forma muy intensa y genuina, la realidad de la existencia de Jesús en medio de las víctimas del hambre, la enfermedad y la miseria”.
Puede visitar
la página web de Emsimision aquí.
Puede ver un
vídeo explicativo del proyecto de Emsimision centrado en el Agua en Burkina Faso.
Puede ver un resumen del trabajo de los últimos meses en el
informe del primer semestre de la ONG.
Si quieres comentar o