Las respuestas y valoraciones muestran, una vez más, la pluralidad de puntos de vista que hay en la comunidad protestante. Éstos son los análisis de Mariano Blázquez, Jaume Llenas, César Vidal, José Antonio Cuenca y Pedro Tarquis. Coincidentes en parte, complementarios en algunos aspectos, y en puntos concretos con visiones muy dispares.
BLÁZQUEZ APUESTA POR UN “DIÁLOGO CONSTRUCTIVO”
Para el secretario ejecutivo de la Ferede (Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España) Mariano Blázquez, en esta nueva legislatura hay que seguir trabajando en “los asuntos pendientes”. La institución que representa a los evangélicos ante el Gobierno trabajará, pues, por mantener un “diálogo constructivo”.
Blázquez destaca que la relación de la Ferede con el gobierno (en democracia) “ha sido correcta tanto con PSOE como con PP”, aunque a la comunidad protestante muchas veces “no se le ha hecho demasiado caso”. Por ello, Blázquez cree que aún hay un importante margen para mejorar, para que se tenga mucho más en cuenta a los evangélicos en “la articulación de política religiosa en el país”.
Un problema que el secretario ejecutivo de Ferede resalta, es la “excepcional politización de algunas instituciones evangélicas” en los últimos meses. Blázquez opina que muchos líderes evangélicos, denominaciones e incluso medios de comunicación dirigidos por evangélicos se han decantado excesivamente hacia unas u otras opciones políticas. Según su opinión, quien quiera hacer política “puede hacerla en los partidos políticos”, pero sin mezclar política y fe.
LLENAS ESPERA UN GOBIERNO MÁS SENSIBLE A LAS MINORÍAS
“Lo más positivo” del 9-M para el secretario general de la Alianza Evangélica Española (AEE), Jaume Llenas, ha sido la alta participación, y que los “ciudadanos se han involucrado” en la elecciones. Considera que es “resaltable la igualdad y el apoyo muy estable” que tienen los dos partidos mayoritarios, después de unos años de “clima político muy crispado”. Dado esto, pese a que cree que el PSOE no hará un pacto de gobierno, Llenas considera importante la presencia de las fuerzas minoritarias en el Parlamento, para que ejerzan una función “higiénica" dentro del sistema político español.
En lo que atañe a las políticas religiosas del gobierno, según Llenas, es previsible que “las virtudes y los defectos sean los mismos”. “Si analizamos las relaciones históricas entre la comunidad protestante y los gobiernos del Estado, el pasado gobierno ha establecido unas líneas de comunicación más abiertas que ningún otro”, afirma, y destaca iniciativas como la Fundación Pluralismo y Convivencia –aunque matiza que aún no es “el ideal” al que se aspira-.
El secretario general de la AEE considera positivas las leyes sociales que se han ido implantando en la primera etapa socialista, entre las que destaca “la ley de dependencia y aquellas que han mejorado la igualdad de la mujer en la sociedad”. En cambio, cree que hay que mejorar en las medidas para frenar la violencia sexista y hace un especial énfasis en que hace falta “una mayor sensibilidad” hacia el problema de las mujeres traficadas para la prostitución en España. Aún en el terreno de lo social, a Llenas le “preocupa que se apruebe una ley regresiva en el tema del aborto” que va “contra la vida de seres humanos no nacidos”.
Sobre el enfrentamiento entre Iglesia Católica y Gobierno, cree que no ha sido “ni inteligente ni deseable”. El conflicto se puede leer en términos de que “ayuda a tensar la situación, y eso despierta a algunos votantes socialistas”. Llenas espera “un gobierno más sensible a las diferentes sensibilidades”, también de las minorías, aún cuando choquen con los planteamientos del partido en el poder.
C. VIDAL SE MUESTRA “MUY PESIMISTA”
Para César Vidal, historiador y periodista, el balance después de las elecciones es “muy pesimista”. El locutor radiofónico considera que las elecciones ayudarán a Zapatero a seguir extendiendo “su adoctrinamiento social”, que “incluirá la legalización de la eutanasia, la ampliación del aborto y el control de las confesiones religiosas”.
Según Vidal, el futuro para las iglesias evangélicas puede ser peligroso porque “las que no se dejen comprar o no se sometan en silencio tendrán problemas”. Su punto de vista es que Zapatero intenta ganarse el apoyo de las minorías religiosas con subvenciones, con el objetivo de “controlarlas”. Un ejemplo de esto sería la ley de culto en Cataluña, que califica de “precedente muy preocupante”.
Vidal considera que “los planes supuestamente sociales han fracasado estrepitosamente” porque han costado dinero a los contribuyentes y en cambio, no han tenido una buena aplicación práctica.
En cuanto al enfrentamiento entre Gobierno e Iglesia Católica en esta última legislatura, Vidal cree que se debe sólo a que el presidente español la considera “la única iglesia de cierto peso social”. En cuanto a la relación Gobierno-Comunidades protestantes, César Vidal concluye: “Si en algún momento [Zapatero] llega a la conclusión de que pueden resultar molestas porque, por ejemplo, denuncian la cultura de la muerte que él propugna y no se dejan comprar, actuará contra ellas”.
CUENCA APUESTA POR “UN ESTADO MÁS LAICO”
En una dirección muy diferente se sitúa la valoración de José A. Cuenca, presidente de la Unión de Iglesias Bautistas de Catalunya (UEBC). El resultado de las elecciones, desde su punto de vista, es “muy positivo” porque ayudará a “difuminar la pretendida trama de conspiración articulada por el PP”. Cuenca cree que “afectará positivamente a todos” y que la segunda legislatura de Zapatero llevará a un “Estado más laico -que no beligerante, fanático y religiosamente laicista-” y que “se seguirá avanzando en políticas sociales” en materias como economía, trabajo, ley de dependencia, y terrorismo, entre otras cuestiones.
En cuanto a la relación confesiones-estado, José A. Cuenca remarca la “separación total entre iglesia y Estado”, aunque “el poder fáctico de la Iglesia Católica Romana va a poner palos en las ruedas en este tema”. Cuenca opina que el problema también está en que los evangélicos sigan siendo “invisibles” y critica cuando “nuestro evangelicalismo se reduce a un neognosticismo importado, sectario, populista y de derechas”.
En cuanto a las leyes sociales del último gobierno, Cuenca cree que son “un gran avance”, pese a que “hay que seguir siendo críticos y tener voz profética”. Considera que la ética y la moral del Estado no puede ser impuesta por la ética y la moral de la iglesia, “ya que hay que gobernar para todos, y fundamentados en los Derechos Humanos”. Por parte de los evangélicos, no ha de haber una “hiper-alteración” ante leyes como la despenalización de la eutanasia, porque serían síntoma “de que no tenemos convicciones bien argumentadas”.
Por último, Cuenca remarca que muchas veces la sociedad sigue identificando cristianismo con catolicismo. Y a eso se añade, según su opinión, que los evangélicos no son capaces de “visibilizarse”, ya que muchas veces se toman “posturas anacrónicas”, “de derechas” y “se hace una ética del miedo, de la culpabilización y del no”. Si hay esta actitud, Cuenca concluye que “lógicamente tendrían toda la razón [la sociedad] en identificarnos con la Iglesia Católica Romana y relegarnos por irrelevantes”.
TARQUIS PIDE CONSENSO EN TEMAS CRUCIALES
El portavoz del Observatorio Cívico Independiente (OCI) y director de Protestante Digital, Pedro Tarquis, por su lado, llega a la conclusión que “tanto PSOE como PP salen consolidados en sus posiciones de gobierno y oposición, respectivamente” después del 9 de marzo. Por eso, según su opinión, es necesario llegar en esta legislatura a un nuevo consenso en materias como la política antiterrorista o la libertad religiosa.
Tarquis considera que después de los duros enfrentamientos en la última legislatura “ya es hora de que en vez de condenar todo lo que venga del otro partido, los dos grandes grupos políticos aprendan a dar la razón y apoyar a lo bueno que haga el otro, cuando así sea”.
En cuanto a las relaciones entre minorías religiosas y gobierno, el portavoz del OCI considera que “hay dos profundos errores en todos los partidos políticos, en mayor o menor grado”. La primera sería “considerar a las minorías en base a su poder cuantitativo (votos) o cualitativo (influencia social)”. La segunda, según Tarquis, es “creer que el enfoque de relación y prioridades con las minorías es similar al de la Iglesia católica, lo que creo que genera un mimetismo que es difícil de reconducir desde las propias minorías”.
Tarquis cree que “el protestantismo es contrario al concepto de jerarquía y a la imposición moral y doctrinal por encima de las convicciones y razonamientos”. Sobre la tensión entre la Iglesia Católica y el gobierno socialista, pues, opina que pese a que sea un situación en que muchos consideran “se pone a la Iglesia Católica Romana en su sitio”, también lleva consigo el “peligro de relegar cada vez más el derecho a la expresión pública de los valores éticos de las confesiones y del hecho religioso en general”.
Por ello, Tarquis afirma que es importante que se mantengan en la actividad política dos “principios fundamentales” de los protestantes, “el de la libertad de expresión y de conciencia; y el de la separación en respeto mutuo de Iglesia y Estado”. Tarquis, pues, pide equilibrio en estos aspectos para que “España sea realmente una sociedad plural y democrática a corto y medio plazo”.
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