«¿Se acaban los pastores?» un artículo de Monroy promueve el debate

Ante este problema, que ha generado muchas reacciones, en general favorables a la pregunta y el problema que plantea Monroy, este semanario ha preguntado a diferentes responsables y lideres de iglesia para que den su opinión sobre el asunto.

El pastor y profesor de Teología Pastoral en el Seminario Teológico Bautista de Madrid, Roberto Velert, coincide con Monroy en que hay una escasez y una falta de vocación en el ministerio pastoral. Velert afirma que “el ministerio pastoral actual presenta una visión poco gozosa”; en su opinión hay una enseñanza equivocada hacia los jóvenes porque “solamente se les presentan conciertos musicales, campamentos divertidos, etc. que, aunque no tienen nada de malo, no representa la realidad ministerial que encierra años de estudio, sacrificio y esfuerzo, como lo puede haber también en la carrera de medicina o cualquier otra” –arguye.

Otros de los elementos que influyen según Velert son la inseguridad económica que se deriva de una implicación en la formación ministerial. “Difícilmente hay una visión de sostener al candidato en un modo de vida económicamente digno, lo cual sería muy coherente en cualquier otro campo de estudio” –afirma Velert. El profesor también destaca que se gastan muchos recursos en ayuda social pero hay una gran carencia de enseñanza de la mayordomía en las iglesias. “En definitiva –dice-, hay poco aliciente”.

El decano del Instituto Bíblico y Seminario Teológico de España (IBSTE), Eugenio Fernández, ha explicado a Protestante Digital que “sí hay vocaciones pero el problema es si las iglesias están dispuestas a asumir su sostenimiento”. El decano afirma que “la mayoría de congregaciones evangélicas son de un número reducido y deben afrontar muchos gastos lo cual hace difícil el sostenimiento económico de un pastor”.

Eugenio Fernández coincide en que es una ocupación poco atractiva y desvalorada por muchas familias, llegando al “born-out” o síndrome del quemado”: “No están dispuestos a pasar el trato que hoy se da a los pastores y muchos de los que comienzan acaban abandonando porque se queman”. Según el decano, “en los últimos años, el pastor ha pasado de ser el primero con una autoridad reconocida a ser el último y, muchas veces, se encuentra en una posición de menosprecio por su misma congregación”.

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Puede leer aquí el artículo de Monroy sobre «¿Se acaban los pastores?»

También puede participar en el interesante debate generado en “Cartas al Director”