España: ¿Estado no confesional?

“La libertad de creencias exige que el espacio institucional esté libre de simbología religiosa”. Así inicia uno de sus Editoriales el diario EL PAÍS, que a continuación les extractamos.

31 DE AGOSTO DE 2009 22:00 h

Nada hemos modificado de lo que aquí se publica, con cuyo contenido coincidimos, aunque sí hemos quitado comentarios que -al margen de estar de acuerdo o no con ellos- entraban en debates y opiniones políticas que consideramos que deben estar fuera de este espacio que intenta ser políticamente neutral, sin que ello nos quite la libertad de apoyar o cuestionar a cualquier partido o actividad política cuando lo consideremos necesario, como siempre hemos hecho y haremos; pero no con palabras u opiniones ajenas, sino con nuestros propios razonamientos (como pueden escuchar en el audio al final de este Editorial, en una entrevista a Jaume Llenas, abogado y Secretario general de la Alianza Evangélica Española).

EDITORIAL DE "EL PAÍS"
El Gobierno de Zapatero trabaja en algunas reformas legales que sin conocer todavía su alcance, pero por afectar al tema siempre sensible de la religión, comienzan a suscitar reticencias en sectores sociales y políticos influenciados por la Iglesia católica. Son reformas que en la mayoría de los países de la Unión Europa fueron abordadas en su momento incluso por partidos conservadores.

La reforma de mayor alcance es la que afecta a la Ley de Libertad Religiosa que rige en España desde 1980. El Gobierno se ha inclinado, de manera poco justificada, por modificar esta norma y mantener intactos, en cambio, los acuerdos con la Santa Sede de 1979, que son los que han ofrecido hasta ahora una base jurídica a las posiciones confesionales. Desde la entrada en vigor de la ley, y gracias a esos acuerdos, el modelo de relaciones ha estado escorado de manera ostensible, y a veces jactanciosa, a favor de la Iglesia católica, hasta consolidarla en una situación de privilegio que no se justifica dada la presencia de otros credos.

La otra reforma afecta al Reglamento de Honores Militares y pretende que los miembros de las Fuerzas Armadas que formen parte de comisiones, escoltas o piquetes de acompañamiento de procesiones y otros actos religiosos lo hagan de forma voluntaria y no en contra de su voluntad. Esta reforma era un paso indispensable, y lo que sorprende es que haya tardado tanto, pues esa constricción de la libertad de conciencia de sus miembros no tenía encaje en las Fuerzas Armadas españolas, plenamente adaptadas desde hace tiempo, tanto en su organización interna como en sus objetivos y misiones, a lo que establece la Constitución.

No hace falta entrar en el debate un tanto absurdo e interesado de si el Estado aconfesional es o no también laico para convenir en que el actual Estado español no tiene religión oficial y que, por tanto, debe ser religiosamente neutral.

Y aunque pueda aceptarse, como ha dicho el cardenal Rouco Varela, que “el crucifijo pertenece a la historia y a la cultura de España”, sin olvidar su imposición en largos periodos por la fuerza e incluso la persecución, ello no autoriza a convertirlo de manera encubierta en símbolo confesional de un Estado que, constitucionalmente, está obligado a respetar todas las simbologías religiosas y a no tener ninguna.

MÁS INFORMACIÓN
- ENTREVISTA en audio a Jaume Llenas: Símbolos religiosos y libertad de conciencia en España.

- ENCUESTA; ¿Quitar símbolos religiosos de escuela pública?

- VIDEO: Gobierno español retirará símbolos religiosos de escuela pública (declaraciones del Ministro de Justicia, Francisco Caamaño).

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