Y pasamos a explicar lo dicho.
En primer lugar, salvo que es una cierta novedad, nada tiene de particular que un colectivo como el ateo (o cualquier otro) exponga, divulgue y anuncie sus ideas. Coincidimos con el
Comunicado de la Alianza Evangélica Española en que no supone nada terrible, ni la intención es atacar a quienes no son ateos.
Si llevar la contraria a alguien, incluso decir que está equivocado y que esto le traerá consecuencias negativas (caso de la falta de felicidad –según la publicidad atea- de quienes creen en Dios), ¿qué decir de las religiones en general (incluyendo el cristianismo) que clasifican determinados actos y estilos de vida como inmorales, alejados de Dios y que caminan por la senda del error, con consecuencias presentes y futuras?
O defendemos la libertad de todos, o todos nos callamos, o alguien decide lo que se puede y no se puede expresar. Las dos segundas opciones están más que alejadas de lo que enseñan la Biblia y el sentido común, y especialmente de las enseñanzas de Jesús, que hasta donde recordamos no prohibió hablar a nadie a la hora de expresar sus ideas, aunque tampoco dejó de exponer las suyas.
Así pues, desde esta normalidad, analizamos un segundo aspecto: la “guerra publicitaria” de ateos y cristianos (católicos y evangélicos). Por la misma razón antes expuesta, es un derecho incuestionable para todos, sin olvidar que el hablar de “guerra” es la típica exageración de los titulares que quieren llamar la atención.
Pero
¿es lo más acertado entrar en este campo de confrontación publicitaria? ¿es el mejor camino competir al ateismo con
slogans que proclaman la fe en Dios?
No vamos ni a apoyarlo ni a cuestionarlo. Pero pensamos que entrar en esta línea queda lejos del meollo de la cuestión, que es mucho más profundo: son valores e ideales que van más allá de una frase pública o un anuncio.
La Biblia llama (¡con perdón!) necios a los ateos (
“dice el necio en su corazón: no hay Dios”,
Salmo 53:1), pero ni les discute el tema, ni les acusa de generar ningún mal. Pero sí denuncia con contundencia y claridad que
“raíz de todos los males es el amor al dinero” (
1 Timoteo 6:10).
De hecho, una de
las mayores campañas publicitarias que margina a Dios en nuestro tiempo se llama Navidad. Consumo desaforado, gastos sin sentido, superficialidad desbordada de sentimientos vacíos, y todo en el nombre teórico de Jesús pero convirtiéndole en una disculpa para vivir en su nombre pero sin El ¿hay mayor ateismo que éste, convertir el pesebre con Jesús en un palacio sin Dios –salvo como simple adorno- y con el ídolo dinero como columna central?
Y esos valores materialistas de la Navidad son la punta del iceberg del resto del año, valores que han llevado a la crisis económica global que vivimos, que por cierto nada tiene que ver con el cumplimiento de la promesa que anuncia la campaña atea de los autobuses: “Probablemente Dios no existe. Disfruta de la vida”.
Pero ¿y los cristianos? Ahí si podemos proclamar a quienes conviven con nosotros que no buscamos comer, vivir y vestir con lujo, que las vacaciones no son el sentido último de nuestra existencia, que cambiar de modelo de coche y de casa no son nuestra meta ni nuestra felicidad, y que nos importa más lo que ocurre a nuestro alrededor para anunciar las buenas noticias del Evangelio a los pobres de espíritu, a los necesitados -en cuerpo, alma y espíritu- de pan, afecto y vida espiritual: justicia, honradez, fe, esperanza, sencillez, autocrítica, perdón, amor… Y proclamar sin complejos que estos valores que vivimos (desde nuestra imperfección) se fundamentan en la confianza en Dios y en su Palabra.
Esa es la verdadera campaña en la que debemos comprometernos. Viviéndola. Practicándola. Como carteles vivos. Pero esa campaña, a pesar de ser muy barata, casi gratuita, nos cuesta entregar toda nuesta vida. Y eso no está de moda. Es más, mucho más, sencillo poner carteles en los autobuses.
MULTIMEDIA
Pueden escuchar aquí una entrevista en audio (6 Mb) de Esperanza Suárez a Jaume Llenas, abogado y Secretario general de la Alianza Evangélica Española, sobre la
campaña publicitaria iniciada en Inglaterra y España por grupos ateos.
También pueden ver aquí en video (5 Mb) una noticia-reportaje con el título de
Publicidad atea y cristiana en buses españoles.
Si quieres comentar o