Daniel Jándula Martín construye, desde recuerdos de tebeo y viajes, una Texas fascinante donde se desarrolla una historia de venganza. Lágrimas por un muerto, su segunda novela, nos presenta el conflicto que viven varios personajes masculinos que, dice, son mucho más difíciles de construir de lo que se suele pensar.
William A. Jewel es el protagonista de esta novela, un antiguo pistolero de mediana edad que vive retirado en su granja; el sheriff de un pueblo vecino le informa de que un tipo que responde al apodo de Errante acaba de asesinar a su hermano Norman. A su expedición por el estado de Texas se suman el compañero de andanzas de Norman, Jacopus Finch; y un extravagante predicador llamado Thomas Socrate Elliott. En este viaje de cinco libros ambientados en el primer año del siglo XX, los tres personajes se cruzarán con toda clase de individuos y peripecias, mientras ven cómo el mundo que creían conocer se degrada a una imparable velocidad y se cuestionan sus principios acerca de la masculinidad, la justicia y el sentido del deber.
Es la segunda novela que firma en solitario, después de presentarse con
El Reo, una novela con Bonhoeffer de protagonista que va por su tercera edición en papel. Entre una y otra también nos entregó
Pistolas al amanecer, escrita a cuatro manos con Jordi Torrents, con quien comparte una columna semanal en Protestante Digital (Preferiría no hacerlo).
Pregunta: Con Lágrimas por un muerto inicias una serie de ficción muy ambiciosa, con cinco libros por delante. ¿Cómo surgió este proyecto?
Respuesta: William A. Jewel vino después de enterrar por segunda vez un libro que estaba a punto de ser editado. Todo lo que hacía por el 2010-2011 era presuntuoso y vacío, me puse intelectualoide y espeso. Así que, para tratar de volver al buen camino se me ocurrió escribir una novela más “ligera”, centrándome en divertirme, rescatando esas novelas del oeste que mi abuelo materno tenía en su terraza, junto a los Autodefinidos y los Ducados. La idea fue creciendo, y en el primer volumen de cinco estamos.
Dices que quieres explorar temáticas y personajes distintos sobre lo que has escrito hasta ahora. ¿Qué diferencia se encuentra con Pistolas al amanecer, donde ya aparecía de alguna forma el tema de la venganza?
Bueno, el tema central en
Pistolas…, al menos en mi parte, tenía más relación con el perdón… en
Lágrimas por un muerto se parte de una historia de venganza para hablar finalmente de la idea de la masculinidad… Esto viene de la idea que tenía sobre mis personajes. Pensaba que no era capaz de crear personajes femeninos interesantes, lo que en realidad no es tan difícil; lo difícil es escribir sobre un hombre interesante.
Por otra parte, cada tomo tiene su propio tema (en este primero aparecen discusiones sobre la vida eterna o incluso el capitalismo). Por supuesto, con el avance de la serie, veremos a nuevos personajes.
Desde la portada, el libro nos hace pensar en western… ¿Es influencia de ese Texas que parece habitar en el recuerdo de nuestra generación, ese que hemos visto en películas rodadas en Almería? ¿Qué importancia le das a ese contexto (sin duda atractivo para la imaginación) en la novela?
Me fascina Texas desde que pasé allí unos meses en el año 2000. De allí proceden muchos de los músicos de blues históricos, aparte de la interesante literatura chicana (Rolando Hinojosa es otro escritor central en mi investigación); y claro, es un lugar idóneo para situar un western como el de William A. Jewel: hay prácticamente de todo en su geografía (en parte por su extensión), desde el salvaje desierto a los bosques frondosos y los largos ríos, y una riqueza en fauna… y en mosquitos, también hay que decirlo…
Como bien retrató Paul Thomas Anderson en su película
There Will Be Blood, el sureste del estado constituye un lugar clave dentro de aquella fiebre del petróleo de inicios del siglo XX. Es curioso porque Texas tardó en formar parte de la Unión, en 1845, poco antes de la firma del Tratado de Guadalupe - Hidalgo, tan conflictivo con el vecino México… un dato que poca gente conoce: España fue el primer reino europeo que quiso apoderarse del territorio. Es un estado que parece inamovible, pero tiene mucho que ver con grandes acontecimientos de la historia norteamericana.
En fin, son muchas las cosas que me han llevado a fijarme en Texas… además de esa referencia que haces al spaguetti-western almeriense… en Cataluña hubo un pueblo del oeste donde se rodaron muchos westerns de serie B y Z, que por desgracia ha desaparecido.
Colaboras con la ilustradora Pilar Barrios. ¿Qué crees que aportan al conjunto sus ilustraciones?
Lo cierto es que Pilar ha entendido muy bien el tono de la novela. El tono sepia, el fondo como envejecido y el trazo cruzo de sus ilustraciones dan un primer y eficaz aviso al lector sobre el contenido de la historia. El resto de historias irán también ilustradas por ella.
Has optado por lanzarlo exclusivamente por plataformas digitales. ¿Decisión propia o circunstancias del sector editorial?
Lo cierto es que envié el manuscrito a una agencia, porque no sabía muy bien qué hacer con él una vez completé el primer tomo; huelga decir que jamás recibí respuesta. Leyendo un artículo “de ficción” sobre la situación actual del eBook, pensé que sería un buen experimento intentar moverlo por mi cuenta, por medio de Amazon y otras plataformas. Quiero comprobar qué hay de verdad y de mentira en todo esto, con un proyecto lo suficientemente longevo para poder extraer alguna conclusión válida. Sobre el debate entre papel y digital, solo añado que creo que hay lugar para todo siempre que se haga bien y con trabajo, sea por cuenta propia en digital, o con el apoyo de una editorial, digamos “tradicional” (voy a seguir publicando por este medio). No hay una circunstancia mejor o peor para la autoedición, sencillamente han cambiado las herramientas y las estrategias.
¿Qué planes tienes para esta serie? ¿Llegará al papel?
Hasta 2015 no aparecerá el segundo volumen, del que sí puedo adelantar su título:
Treinta monedas de plata. Tampoco descarto la edición en papel, pero no hay ofertas por el momento.
Decir que
del 1 al 5 de febrero la descarga de Lágrimas por un muerto será gratuita… y que si el lector que ha comprado el kindle lo solicita, o prefiere no entrar en Amazon, hacemos envío del texto en diferentes formatos, para que no haya problemas de lectura.
Un detalle importante es que William A. Jewel va firmado con una alteración de mi nombre: en lugar de Daniel Jándula Martín (que es mi nombre real) lo firmo como Daniel J. Martin; la razón es que esta serie de novelas es un proyecto paralelo a lo que sería mi obra central… como un satélite.
2014 se presenta lleno de actividad: a este libro hay que sumar un corto producido el año pasado que se presentará pronto, un montaje de danza para el que redacté unos textos, programas en radio, etc.
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