Donna Summer falleció este jueves tras una batalla con el cáncer.Summer, de 63 años de edad, ha sido conocida como la reina de la música disco, un género que tuvo su apogeo en la década de 1970. Estaba casada con Bruce Sudano, productor y cantante, y tenía tres hijas y cuatro nietos.
La familia de Donna Summer emitió un comunicado anunciando el fallecimiento, describiéndola como
“una mujer con muchos dones, pero el más grande ha sido su su fe”.Y agregaba que “mientras lloramos su muerte, celebramos en paz su extraordinaria vida y su perenne legado. Las palabras realmente no pueden expresar lo mucho que apreciamos sus oraciones y su amor por nuestra familia en este delicado momento”.
Summer residía en Englewood, Florida, con su marido, Bruce Sudano. Su dilatada carrera musical está salpicada de éxitos, entre ellos cinco premios Grammy, y un legado de canciones que se han ido postergando a lo largo del tiempo en versiones de otros artistas.
El periodista José de Segovia, que tuvo el privilegio de entrevistarla a principios de los 80, cuenta a Protestante Digital que su historia personal, del éxito terrenal a la pérdida de sentido y su posterior conversión al cristianismo, es un modelo similar al del hijo pródigo bíblico.
DEL GOSPEL AL DISCO
LaDonna Andrea Gaines (su verdadero nombre)
nació en los suburbios de Boston en la víspera de año nuevo de 1948.Su familia
iba regularmente a la iglesia evangélica, y eran creyentes comprometidos, algo que marcó su vida. Desde pequeña la animaron a esforzarse y completar sus estudios, mientras Donna descubría su talento para cantar en el coro de la iglesia y otras formaciones a las que se unió en su adolescencia.
“Como muchos músicos de la época –cuenta José de Segovia- Summer viene de la iglesia ”
viviendo la tensión lógica entre la fiebre del sábado noche y una herencia de educación cristiana dominical”. LaDonna da un paso definitivo para su carrera cuando
abandonó su hogar en Boston para recalar en Nueva York. Con sólo 18 años consiguió un pequeño papel en un espectáculo de Broadway, que posteriormente le permitió ir de gira por Europa.
Poco después, en el año 1972, contrajo matrimonio con el actor austríaco Helmuth Sommer, con el cual concibió en 1973 una hija llamada Mimi. Debido a problemas causados por las frecuentes ausencias de su marido, Donna se divorció de él, cambiando su apellido alemán “Sommer” al inglés “Summer”.
CANCIONES POLÉMICAS
@MULT#IZQ#51306@El éxito como intérprete en solitario no tardó en llegar. Sería bajo la producción del italiano Giorgio Moroder que grabó
“Love to Love You Baby”, una sensual canción -que por su carga erótica fue rechazada en muchas emisoras- que dio a conocer a Summer en los círculos más liberales. Poco después sus canciones se convertirían en un gran éxito en las pistas de baile.
Es entonces –cuenta José de Segovia– cuando
se convierte en una figura mundialmente conocida y “se le coloca el título de “reina del funk”, desplazando a la figura de Tina Turner.
Pero a partir de 1979 su vida cambió radicalmente tras vivir su “reconversión” al cristianismo.
UN CAMBIO RADICAL
Dice De Segovia, que pudo entrevistar a Summer poco después de su conversión en el año 1979.
Al terminar la década de los 70 muchos artistas viven experiencias similares. “Coincide con el año en que Bob Dylan y otros músicos de primer orden se interesan por un cristianismo bíblico, y se ve un impacto tremendo con el final de esta década y la absoluta desesperación de esta generación que no encuentra la salida”, apunta el periodista.
Summer refleja ese cambio radical con una serie de discos en los que busca una expresión distinta y un claro rechazo de lo anterior.
En cuanto a su primer éxito,“Love to Love You Baby”, la cantante “no vuelve a interpretarla porque ella lo asociaba a una vida pasada”.
La experiencia que cambió la vida de Summer
fue su encuentro personal con Jesús. “Fue uno de los momentos en los que tuvo conciencia de Dios y de su voluntad de forma clara – explica José de Segovia -. Se dio cuenta que Dios quería que se dedicara a él de una forma clara, que se entregara. Entonces tuvo un regreso a aquello que dice que había conocido a los 19 años.
Lo describía como la experiencia del hijo pródigo. Fue una reconversión”.
AL ABRAZO DEL PADRE
Ese mismo año,
tras su particular experiencia espiritual, Summer da un vuelco a su vida. Deja las drogas, el alcohol y el tabaco. Ella entonces “estaba convencida de haber sido arrastrada por Satanás, para llevarla lejos de Dios. Tuvo una clásica conversión evangélica, muy radical”.
Aún en aquel momento muchos dudaron de su conversión, sobre todo por su pasado. “En los 70 ella era una gran estrella, una figura que los cristianos miraban con mucha sospecha. Se le asociaba con la sexualidad y muchos dudaban de su conversión. Para mí – dice De Segovia - fue totalmente esclarecedor cómo había sido transformada”.
LUCHANDO HASTA EL FINAL
A pesar de que el género disco sufrió un gran desgaste y muchos lo rechazaron con la llegada de los 80,
Summer fue capaz de reciclarse mejor que otras voces populares de su tiempo y consiguió éxitos también en las décadas posteriores.
En cuanto a su vida personal, mantuvo altibajos y luchas con su estado de ánimo aún después de su conversión. “Summer aún pasó periodos graves de depresión y crisis emocional. Era una persona débil, tendente a la autodestrucción. Había tocado suelo. Y
la fe fue lo que la salvó y rescató hasta el final. Sólo en la iglesia y en la fe pudo salir adelante. Ahora la lucha contra el cáncer en la que se encontraba le causaba desánimo, pero aún le reforzó más en la fe. Es una muestra de como Dios se muestra en la debilidad de las personas, de forma muy clara”, afirma José de Segovia.
Aunque Donna Summer nunca destacó por grabar canciones gospel,
a lo largo de su carrera dejó excelentes interpretaciones de un género en el que se crió. Entre ellas se encuentra
una emotiva “Riding Through The Storm”, clásico de Yolanda Adams, que cantó en 2009 poco después de perder a su madre y su hermana. Antes de cantar,
Summer expresa “algo importante que me enseñó mi madre: no importa lo que hagas, no importa donde vayas, siempre tendrás un amigo en Jesús. Por eso, aún cuando estás paralizado por dentro, clama a Él”.
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