En Londres se hace cada vez más habitual ver a pequeños grupos de personas armados con revistas, folletos y libros en las bocas de entrada y salida de las principales estaciones de metro, en los centros comerciales o en los parques.
Se trata de
“una nueva estrategia de los Testigos de Jehová, que intentan captar el interés de los transeúntes en un contexto menos agresivo que el tradicional “puerta a puerta” por el que son tan conocidos”, dice Sophie Robehmed en un amplio reportaje para BBC.
Desde el año pasado,
los Testigos de Jehová han incluido este sistema entre sus estrategias proselitistas en Reino Unido. Los voluntarios acuden a estos puntos de alto tránsito en las principales ciudades, entre ellas Glasgow, Leeds, Londres, Dublin, Manchester o Belfast.
GRAN CAMPAÑA DE DIFUSIÓN
Sólo en Londres, el movimiento
dice que tiene unas 1.000 personas regalando literatura - y consiguen repartir cerca de 6.000 folletos,
20.000 libros y 100.000 revistas cada mes.
La táctica
comenzó en Nueva York hace tres años y desde entonces no ha hecho más que expandirse. En las reuniones congregacionales, se anima a los voluntarios a
dejar que los transeúntes sean quienes se interesen en lugar de tratar de detenerlos. Parece el polo opuesto del anterior enfoque, dado que la mayor parte del tiempo, los voluntarios están allí esperando con una sonrisa, sin decir demasiado.
En Oxford Circus, en el centro de Londres – donde está la cuarta estación de metro más concurrida del país - los Testigos de Jehová ven pasar a cientos de miles de personas cada semana.
Deep Singh, coordinador de la unidad, es un Testigo de Jehová que se convirtió desde el sijismo, hace 23 años. Lleva folletos con el título “¿Qué enseña realmente la Biblia?”. Su esposa, Ruth, por su parte, se sitúa detrás abastecida con copias de “¡Despertad!”, la revista insignia de los Testigos de Jehová.
“Tras una hora con los voluntarios, parece que
pocos transeúntes se detienen para hablar”, explica la periodista testigo de su actividad.
IMPACTO “POSITIVO”
El movimiento no tiene cifras de cuántos conversos ha producido esta estrategia. Hacen hincapié en que
se trata de algo que sumar a su tradicional sistema de “evangelización puerta a puerta”, pero los participantes son optimistas hacia la nueva táctica, considerando que está teniendo impacto.
Según el responsable de este grupo, la edición de mayo de la revista ¡Despertad!, cuya portada trataba el asunto del estrés laboral, tuvo una excelente aceptación. “La gente aquí en Londres aún hacía cola para obtener una copia” dice Deep Singh. “Una mujer me preguntó si era posible hacer copias para sus colegas porque según ella todos en su oficina estaban estresados”.
“Este ministerio es definitivamente mejor para las personas laicas que les gusta tomar en control”, dice Ruth. “Ellos nos pueden ignorar, hacer preguntas o simplemente tomar un libro para obtener las respuestas que están buscando. La gente está muy ocupada y este ministerio encaja convenientemente con sus agitadas agendas”, concluye.
PRESIONADOS
Scott Terry, un ex testigo de Jehová por 14 años y autor del libro autobiográfico “Cowboys, Armagedón y La Verdad: ¿Cómo un niño gay se salvó de la religión?”, cree qu
e existe una apatía generalizada hacia el ministerio de puerta en puerta.
“Muchos de los Testigos de Jehová que conozco detestan el trabajo puerta a puerta”, dice Terry. “Sin embargo, están obligados a entregar sus tarjetas de tiempo cada mes para demostrar que han pasado las horas requeridas de predicación. Sé que
algunos Testigos de Jehová hacen todo lo posible para estirar esas horas incluyendo el tiempo pasado en el coche, o viajando a los barrios más alejados”, explica Terry.
“La configuración de una estación de tren es el camino más fácil. Es
menos confrontacional que llamar a las puertas de la gente, y es
una manera más fácil de adquirir las horas necesarias para mantenerse en el buen camino en la congregación”, explica el autor,
crítico con el control que el grupo tiene sobre sus miembros.
EXPECTATIVA DEL FIN
Sin embargo, no es la primera vez que los Testigos de Jehová prueban diversas tácticas para difundir su mensaje
. El trabajo “puerta a puerta”, de hecho, surge con fuerza en los años 60. Antes, era habitual ver predicaciones en las plazas o la organización de conferencias públicas.
“Los Testigos de Jehová son una religión proselitista
y sus miembros creen que el ministerio agresivo es esencial para la toma de posesión de la Tierra Nueva” dice el Dr.
Andrew Holden, autor de “Los Testigos de Jehová: Retrato de un movimiento religioso contemporáneo”.
Los Testigos de Jehová, con una membresía de casi ocho millones de personas, cree que ahora estamos viviendo en los “últimos tiempos”, dice Holden, pero que esto sólo se cumplirá cuando “la palabra de Dios se haya extendido a todos los extremos de la tierra”.
“La unidad de la calle es, en los términos de los Testigos de Jehová, el empujón final para buscar conversos antes de que comience la era milenaria”, concluye Holden.
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