Se podría considerar un nuevo género de literatura de viajes: aquel en el que el protagonista visita un lugar especial, distinto, pero al que sólo se puede llegar después de la muerte. En los últimos años, varios ejemplos demuestran el interés de los lectores por estas experiencias en las que algunas personas dicen haber visitado el más allá.
Pero
la parte que no siempre se conoce es la de la reacción que produce estos "viajes" en la familia más cercana: esposos, hijos, familia, amigos... Y estos también comienzan a contar cómo el viaje de sus seres queridos ha cambiado totalmente su concepción sobre Dios o el cielo.
Eva Piper, por ejemplo, se consideraba una cristiana poco comprometida hasta el accidente que revitalizó su fe y llevó a su esposo, el pastor bautista Don Piper, a convertirse en el autor más vendido gracias a
90 Minutos en el Cielo.
“No fue sino hasta el accidente de Don que realmente me abrí a una relación más profunda con el Señor”, dijo Eva Piper, quien dice que se avergüenza al recordar ahora su anterior fe superficial.
Eva Piper escribe sobre la vida después de la supuesta visita de su marido al cielo en
A Walk Through the Dark (Un camino a través de la oscuridad), lanzado el 30 de julio en Estados Unidos. El libro aparece nueve años después de la publicación del libro de su marido, que pasó más de cinco años en la lista de best-sellers del
New York Times.
Las historias sobre visitas al cielo han sido una “bendición” para los editores, pero también han tenido un impacto directo sobre los cónyuges y padres.
Don Piper fue atropellado por un camión mientras conducía a casa, y los médicos lo declararon muerto en la escena. Sin embargo, 90 minutos más tarde, volvió a la vida. El libro de Eva Piper, que podría entenderse como una guía práctica para cuidadores, recuerda su frustración ante la decepción de su marido por haber “regresado” a la tierra y las largas noches pasadas al lado de las camas de hospital preguntando a Dios “¿Por qué?”.
UNA FAMILIA CAMBIADA
Destacable es también el éxito de El cielo es real, una historia que ahora se está adaptando para el cine.
Todd y Sonja Burpo, los padres del niño de 4 años de edad, Colton, tienen su propio libro,
El cielo lo cambia todo, en el que cuentan cómo la experiencia cercana a la muerte de su hijo impactó sus vidas. El libro original ha vendido más de 7,5 millones de copias después de 22 ediciones.
Otro ejemplo es el del libro escrito por
Paula Black que relata la experiencia de su marido, un piloto que sobrevivió a un accidente de avión a los 19 años, en el que pasó por una experiencia similar de visita al cielo.
Paula dice que su marido no estaba inicialmente interesado en ser “una de esas personas” que cuenta algo que no se puede probar. Sin embargo este relato y experiencia le ha servido, dice, para cambiar su perspectiva de Dios.
“Ha transformado completamente mi fe”, dice Paula, que no supo de este viaje de su marido al cielo hasta 40 años después de los hechos. Ella cuenta que ahora comprende mejor el concepto de “Dios es amor (…) Cambió mi comprensión de quién es Dios” dice.
Annette Wiese, cuyo marido Bill Wiese escribió
23 Minutos en el Infierno en 2006, dice que no había pensado mucho en el infierno antes de su publicación.
ACEPTACIÓN DEL PÚBLICO
A pesar de los enfoques positivos y renovados en las creencias de estas mujeres, muchos críticos han manifestado sus discrepancias sobre estas experiencias. La revista Esquire describía a
Eben Alexander, autor de La prueba del Cielo que fue portada en Newsweek, como un hombre que busca reinventarse a sí mismo en la estela de una carrera estancada en el campo de la neurocirugía.
Oliver Sacks, respetado neurólogo, no confía en que estas experiencias sirvan para probar nada.“Si bien es comprensible que uno podría atribuir valor o construir narrativas de estas experiencias, las alucinaciones no pueden aportar pruebas de la existencia de seres o lugares metafísicos”, escribe Sacks. “Sólo aportan pruebas del poder del cerebro para crearlos”.
Eva Piper dijo que ha recibido algunos correos electrónicos negativos “pero mucho menos de lo que imaginaba”.
La mayoría de la gente, dijo, “realmente, realmente quieren saber acerca del cielo. Ellos quieren saber que hay un lugar mejor que el que estamos viviendo ahora”.
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