Las protestas de la Plaza de Tian'anmen de 1989, también conocidas como la masacre de Tian'anmen, la revuelta de Tian'anmen o el incidente del 4 de junio, consistieron en una serie de manifestaciones lideradas por estudiantes en la República Popular China, que ocurrieron entre el 15 de abril y el 4 de junio de 1989.
La protesta recibe el nombre del lugar en que el Ejército Popular de Liberación suprimió la movilización: la plaza de Tian'anmen, en Pekín. Los manifestantes provenían de diferentes grupos, desde intelectuales que creían que el gobierno del Partido Comunista era demasiado represivo y corrupto, a trabajadores de la ciudad que creían que las reformas económicas en China habían ido demasiado lejos y que la inflación y el desempleo estaban amenazando sus formas de vida.
Tras las protestas y las llamadas del Gobierno pidiendo su disolución, se produjo en el seno del Partido Comunista una división de criterio acerca de cómo responder a los manifestantes. La decisión tomada fue suprimir las protestas por la fuerza, en lugar de acceder a sus reivindicaciones.
El 20 de mayo, el Gobierno declaró la ley marcial y en la noche del 3 de junio, envió los tanques y la infantería del ejército a la plaza de Tian'anmen para disolver la protesta. Las estimaciones de las muertes civiles varían: 400-800 (CIA), 2.600 (según fuentes no identificadas de la Cruz Roja China). El número de heridos se estima entre 7.000 y 10.000.
Tras la violencia, el Gobierno emprendió un gran número de arrestos para suprimir a los instigadores del movimiento, expulsó a la prensa extranjera y controló estrictamente la cobertura de los acontecimientos en la prensa china. La cruel represión de la protesta de la plaza de Tian'anmen causó la condena internacional de la actuación del gobierno de la República Popular China.
En uno de los últimos días de estas protestas fue tomada la famosa foto ganadora del World Press Photo de 1989, en la cual se muestra a un joven opositor parado en medio de una avenida deteniendo a una columna de tanques que circulaba por ésta.
Y 24 AÑOS DESPUÉS…
Sin embargo,
a pesar del tiempo que ha transcurrido, muchas organizaciones como Solidaridad Cristiana Mundial (CSW) continúan preocupadas por el trato que el gobierno chino da a los defensores de los derechos humanos, y a aquellos que luchan por la libertad religiosa y de expresión.
El presidente ejecutivo Mervyn Thomas de CSW, dijo, "En el aniversario de la tragedia de la Plaza de Tiananmen, hacemos un llamado al gobierno chino a respetar plenamente los derechos de sus ciudadanos, incluido el derecho a la libertad de religión o de creencias, y para liberar a todos aquellos que han sido detenidos, puestos bajo arresto domiciliario o "desaparecidos" por esforzarse a defender los derechos humanos pacíficamente. También instamos al gobierno a llevar a cabo una investigación exhaustiva e imparcial sobre los acontecimientos de junio de 1989".
DEL CAMINO DE LA REVOLUCIÓN AL DE LA FE
Aquella sangrienta represión del ejército chino en 1989 llevó a una de las líderes de la protesta, Chai Ling, no solo al exilio, sino también a la fe en Jesucristo.
Chai, que tenía entonces 23 años (47 en la actualidad) este pasado lunes dijo ante el subcomité de Salud Global para África (de Global Human Rights y a otras organizaciones internacionales) que
ella piensa que su país puede ser materialmente rico, pero es pobre espiritualmente y necesita un ancla moral para enfrentar el egoísmo y la corrupción.
Ling dijo creer que Cristo es la mejor esperanza para su país, y que ora para que la conversión de los chinos al cristianismo conduzca a “una alianza entre los Estados Unidos y China”.
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