¿Puede llegar a ser el silencio insoportable? ¿Afecta esto a las personas hasta llevarlas a enloquecer y tener que huir? La respuesta es sí. Tanto, que el silencio absoluto se convierte literalmente en un infierno.
Cero decibelios es el umbral del oído humano, pero puede considerarse un alboroto comparados con los -9,6 decibelios (*) que se registra en la cámara anecoica de los Laboratorios Orfield en Minneapolis (EEUU), considerado el punto más silencioso de la Tierra por el Libro Guinness de los Records.
La cámara está construida por paredes dobles de acero, con una envoltura de un palmo de anchura de cemento armado, y está revestida en su interior por paneles de fibra de vidrio acústicas de casi un metro de diámetro.
En este entorno ultrasilencioso, en el que el 99,99% del ruido existente es absorbido y neutralizado, se pueden escuchar los latidos del propio corazón, el fluir de la sangre circulando como un torrente por las venas, la masa del aire que recorre los pulmones e incluso los insignificantes sonidos del propio oído, que reacciona ante el silencio extremo que le rodea emitiendo sus propios sonidos.
“En la cámara anecoica tú eres el sonido”, resume Steven Orfield, propietario del estudio.
La cámara de silencio la utilizan empresas para investigar desde el sonido del timbre de un teléfono móvil hasta el de un botón en el cuadro de mandos de un coche. Entre los clientes del laboratorio se encuentran el fabricante de lavadoras Whirpool, que lo utiliza par “diseñar metáforas sobre cómo deberían sonar sus aparatos” hasta Harley-Davidson, que supuestamente pretende hacer sus motos menos ruidosas.
EL MAL DEL SILENCIO ABSOLUTO
El tiempo máximo que nadie ha logrado permanecer por propia voluntad en esta habitación de apenas 10 metros cuadrados son 45 minutos, aunque a la media hora la mayoría de la gente se ve obligada a salir, presa de alucinaciones y con síntomas de enajenación mental. La experiencia es tan desconcertante que de mantenerse podría conducir a una persona a la locura.
Precisamente por esto una cámara de efecto similar es utilizada por la NASA, en la que se entrenan sus astronautas. Se trata de un tanque lleno de agua dentro de una habitación insonorizada en la que trabajan hasta que comienzan a ver alucinaciones, acostumbrándose a ellas e incluso intentar seguir su labor a pesar de ellas.
Explica Orfield que estar en el espacio es lo mismo que entrar en una cámara anecoica gigante, por lo que es muy importante para los astronautas habituarse y ser capaces de mantener la concentración a pesar de estar en esas condiciones.
Pero hay más:
resulta imposible para una persona permanecer en el interior de la cámara anecoica de pie durante treinta minutos, por lo que tienen que sentarse antes (hay una silla para ello).
Según explica Orfield en una entrevista en Daily Mail. El motivo es que para orientarnos utilizamos (como referencia posicional) los sonidos que se producen al caminar o moverse. En la cámara no existe ninguna de estas “pistas”, así que se pierde cualquier referencia para poder desplazarse, andar, o maniobrar, y finalmente ni siquiera para estar de pie. Si permaneces media hora debes sentarte en una silla”.
(*) El sonido se mide mediante una escala logarítmica en la que el 0 representa el umbral de audición y en la que 20 decibelios no es el doble de 10, sino 10 veces más.
Fuentes: LaInformacion.com, Daily Mail, Oddity Central.
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