Bajo el impulso de la ONG World Vision se ha puesto en marcha esta semana la campaña Stop Ablación, que pretende
concienciar a la población sobre el drama de esta práctica que todavía sigue vigente en todo el mundo, principalmente en regiones de África.
La mutilación genital femenina, tal y como
explica en su web la ONG, se realiza como parte de un ritual cultural contra el que se está luchando en diferentes zonas de África principalmente, y que ha tenido efectos positivos en algunos países, pero en otros aún sigue altamente arraigado.
Habitualmente, l
a ablación o mutilación genital femenina la realizan las matronas que suelen ser mujeres mayores sin conocimientos médicos. Las herramientas que se utilizan para esta práctica son bisturís, hojas de afeitar, cuchillos y pequeños elementos cortantes, metálicos o de cristal, que las niñas suelen compartir habitualmente.
El entorno en el que se realiza la intervención es antihigiénico: puede ser sobre el piso de tierra o una piedra en la que se sienta la niña. Cuando se realiza en una habitación interior, la luz es muy poca, lo cual se combina con los problemas visuales de las mujeres mayores que habitualmente están a cargo de la intervención. La anestesia no siempre se usa.
CONSECUENCIAS
Las consecuencias de esta práctica son tanto físicas como mentales y sociales. El 83% de las mujeres que pasa por la ablación necesitan algún tipo de tratamiento farmacológico para aliviar los efectos que conlleva la práctica. Pero en muchas áreas donde se practica la mutilación genital femenina el acceso a la salud, la medicación y profesionales capacitados es limitado, por lo que
muchas veces las mujeres y las niñas sufren en silencio y en soledad.
Las consecuencias dependen del tipo de operación, de si se ha realizado en las condiciones de esterilidad óptimas, de las habilidades de la persona que la realiza y del estado de salud de la niña cuando es mutilada.
Muchas veces, las familias no saben de las repercusiones negativas que puede tener la ablación, ya que las consecuencias son atribuidas a otras causas y no se discute sobre el tema en ningún ámbito, ni dentro ni fuera de la familia.
DÍA CONTRA LA ABLACIÓN
Aprovechando que el 6 de febrero es el Día Mundial contra la Ablación, laONG World Vision ha relanzado su campaña 'Stop Ablación', en la que pide la colaboración ciudadana para continuar con sus proyectos contra esta práctica en Mali.
Este año, como novedad,
un grupo de mujeres utilizarán su cuenta de Twitter y Facebook para recaudar fondos en esta lucha. La campaña en la red cuenta con el apoyo de Isabel Llano (
@isasaweis), Mabel Lozano (
@LozanoMabel) y la Red Social de Madres CharHadas (
@CharHadas), y está teniendo un impacto visible en twitter y en los medios de comunicación digitales.
Cada una de ellas se ha comprometido a apoyar la campaña desde sus perfiles en Twitter, Facebook y en sus blogs
con el objetivo de recaudar fondos que se destinarán a una de las actividades que la ONG realiza como parte del proyecto especial de prevención de la ablación en países africanos.
Como parte de la campaña 'Stop ablación', la ONG también ha hecho un llamamiento para
recaudar donativos a través del SMS (enviando ABLACION al 28013), destinados a proyectos de prevención de la ablación en Mali y Kenia. Los detalles de la campaña se pueden consultar
en su web.
LEYES SÍ, PERO SOBRE TODO EDUCACIÓN
Desde España, la ONG World Vision ha realizado un proyecto educativo en Mali para luchar por la erradicación de la ablación. “Prevenir que más niñas sufran la mutilación genital es uno de las líneas principales del trabajo de World Vision en países como Kenia, Malí o Somalia”, explican en un comunicado. Desde la ONG agregan que “tener leyes que prohíban y persigan esta práctica es muy importante, no siempre es suficiente porque la mutilación genital femenina es una realidad muy arraigada en la cultura de muchas comunidades”.
Por ejemplo en Kenia, donde la ablación está prohibida legalmente desde 2001, sigue siendo una realidad que afecta a niñas de muchas etnias porque se cree erróneamente que una mujer que no ha sido mutilada no podrá dar a luz o no es digna de casarse. Además, al ser una práctica que se ha realizado sin cuestionarse de generación en generación, se sigue realizando aunque sea ilegal.
En Mali la mutilación genital femenina no es un delito, pero el gobierno ha prohibido que se realice en hospitales y centros de salud. Como consecuencia, las familias realicen las mutilaciones en lugares que no tienen las más mínimas condiciones higiénicas, lo que supone un grave riesgo para la vida de muchas mujeres.
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