Hace no muchos años, bajo el árbol de Navidad o en la entrada de la casa era habitual encontrar las clásicas postales felicitando las fiestas, el nuevo año o recordando que llegaba la esperada visita de los magos. Hasta el hecho de abrir el buzón cobraba una especial ilusión durante el mes de diciembre, esperando recibir esos saludos ilustrados de amigos y familiares.
Las nuevas tecnologías casi han terminado con esa “magia”, pero no con las intenciones de transmitir ilusión, compañerismo y buenos deseos para las personas que queremos. Si bien el formato de la postal parece en decadencia, no pasa lo mismo con la felicitación. Y aún quedan románticos que envían postales: son pocos, lo que les da la ventaja de sorprender.
FORMAS DE DECIR “FELICES FIESTAS”
Pero, ¿cómo felicitamos en las Fiestas? Sin duda,
las nuevas tecnologías son las que marcan la mayoría de las acciones. En las redes sociales abundan los etiquetados en clásicas estampas navideñas. Es en esas imágenes se puede apreciar cierta evolución de la estética de las fiestas. Cada vez hay más abetos, muñecos de nieve, renos o golosinas – tradiciones contemporáneas, explotadas en películas y en la publicidad - que van ganando terreno a las velas, los belenes; también a los personajes de Papá Noel o los Reyes Magos.
Lo que no ha cambiado demasiado es la popular costumbre de incluir un mensaje personal expresando los buenos deseos. De esto abunda en las redes sociales en días como Navidad o nochevieja. Aquí la tecnología trae una ventaja: la felicitación se convierte muchas veces en una conversación.
Pero también puede ocurrir lo contrario. Aunque las redes sociales pretenden fomentar un contacto más directo y cercano, hay tantos mensajes de felicitación que pierden exclusividad, lo que hace que el sentido de la felicitación quede algo desdibujado. Además, ¿cómo identificar las felicitaciones sinceras de las que son para salir del paso?
EL WHATSAPP SE “CARGA” AL SMS
¿Recuerdan cuando las líneas se saturaban al aproximarse las 12 de la noche del 25 o del 1 de enero? Los volúmenes de tráfico de SMS eran los culpables de que a esa hora fuera tan difícil hacer una llamada. No hace mucho, era habitual recibir estos mensajes cargados de buenos deseos y ganas de celebración.
Hoy, en cambio, los teléfonos móviles siguen ardiendo, pero a través de otros servicios de mensajería.
Whatsapp registra sus más altas cifras de tráfico a nivel mundial durante la celebración de Nochevieja. Miles de personas envían felicitaciones, esta vez sin limitarse al texto, ya que el sistema permite compartir fotos o vídeos del momento de forma casi instantánea. Una inmediatez casi imposible en los minutos previos y posteriores a las 12 campanadas.
LA MAGIA DE LOS DETALLES
Volvamos a pensar en las postales.
Todavía quedan personas que apuestan por esta forma de transmitir buenos deseos. Al fin y al cabo, pocas cosas están más en boga que el
do it yourself (hazlo tú mismo) – sólo hay que pasearse por Pinterest para comprobarlo -, y la Navidad es una de las ocasiones en las que más personas se lanzan a realizar sus propias creaciones estéticas.
Una enamorada de las postales es
Sarai Lagos, una diseñadora que estas fiestas ha preparado sus propias postales, como se puede ver en
su blog.Ella cree que “son una muy buena forma de expresarle a gente que tenemos cerca nuestro cariño, cuál es el significado verdadero de la Navidad, animar a los que están lejos, o que hace mucho que no vemos...”.
La magia está en que “un regalo es sólo una cosa; una tarjeta tiene sentimientos y palabras”.
Aunque las formas de transmitir una felicitación han cambiado, el contenido sigue muy ligado a las tradiciones navideñas. Ir más allá resulta complicado. Sarai cuenta que intenta “captar cosas que caracterizan estas fechas, más allá de lo típico”. Se refiere a “el tiempo con la familia, los momentos para estar en casa, las tardes de cocina, el frío... que todos compartimos, que nos tocan de cerca”.
Estas ganas de transmitir sensaciones nuevas también la han percibido en la
librería Itamar, de Vigo.
Ruth Millán, una de las libreras, cuenta que
“los clientes, cada vez más, vienen en busca de algo diferente. Nosotras hemos tenido que amoldarnos a esta demanda haciendo nuestros propios diseños y este año en concreto, contando con el privilegio de tener postales en la librería de nuevas diseñadoras”.
IMÁGENES QUE CUENTEN LA HISTORIA
El margen estético, sin embargo, no es muy amplio.
“Los elementos de la Navidad son y serán siempre los mismos, es el nacimiento de Jesús y todo lo que lo recuerda perdura”, admite Sarai. “Es difícil conseguir postales que se salgan de lo tradicional”, reconoce Ruth.
Aunque quizá aún, dentro de la temática clásica, haya posibilidades por explorar. “Para aquellos que celebramos la Navidad como el nacimiento de Jesús, nuestro Señor y Salvador (lo opuesto a un paraíso invernal de fantasía) no hay una gran cantidad de opciones a elegir”, comenta
Sarah Jane Marshall en un artículo en la
web del Instituto de Cristianismo Contemporáneo en Londres (LICC).
“La Navidad es el tiempo en el que legítimamente tenemos razones para compartir con la gente imágenes que cuenten la belleza, el gozo y la profunda esperanza de la encarnación. Es una pena conformarnos con lo que tenemos”, explica Marshall para citar a continuación al especialista en arte H.R. Rookmaker: “Si vamos a usar arte para propósitos cristianos como adornar una iglesia, o atraer a los no creyentes,
tenemos que esforzarnos en que el arte que usamos es realmente bueno. Un arte barato significa una adoración barata o un mensaje barato”.
En todo caso, sea con postales o sin ellas, ya sería un gran paso pensar que como cristianos tenemos algo más que decir a los demás que simplemente “Felices Fiestas”.
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