La salud mental de Hitler, uno de los personajes más nefastos del siglo XX, ha sido analizada en reiteradas ocasiones. El reciente hallazgo de un documento que data de abril de 1942, corrobora diagnósticos anteriores pero en una fecha muy anterior.
Los británicos consideraban hacia la mitad de la guerra que el líder nazi había caído en una red de ilusiones religiosas, de enfermedad paranoica creciente, que le estaban provocando una alarmante complejo de enviado divino frente al mal absoluto que encarnaban los judíos. Así lo demuestra
un análisis del Servicio de Inteligencia británico, el MI6, sobre un discurso de Hitler en 1942 descubierto recientemente. Aunque ahora parezca como un hecho aceptado el desequilibrio del Fuhrer, no lo era tanto entonces, cuando aún comandaba un ejército que seguía siendo temible.
El ejército alemán había sufrido serios reveses durante el anterior invierno ruso y sus tropas se hallaban desperdigadas desde las arenas de Libia hasta los confines de Europa, adentrándose en lo más profundo de Rusia. Los soviéticos a pesar de haber perdido millones de hombres, Ucrania y Bielorrusia, habían detenido a la Wehrmacht.
Por lo tanto fue escrito en un momento en el que el conflicto comenzaba a decantarse del lado de los aliados, y muestra la percepción de los analistas británicos de signos palpables de paranoia en la oratoria del dictador alemán.
EL DOCUMENTO
El documento que acaba de ver la luz fue escrito por Joseph MacCurdy, investigador de la Universidad de Cambridge, Reino Unido, y fue hallado entre unos archivos de los familiares de Mark Abrams, un científico social que trabajó para la Unidad de Análisis de la Propaganda de la cadena pública BBC y para el Panel de Guerra Psicológica durante la Segunda Guerra Mundial. A Abrams se le considera pionero de la investigación de mercado y las encuestas de opinión.
El análisis fue realizado por el Servicio de Inteligencia Británica semanas antes de que Hitler pusiese en marcha la llamada “Solución Final”, es decir, los planes para exterminar en masa a los judíos. Por lo tanto, aún no existía una manifestación palpable del grado de locura, maldad y destrucción al que se iba a llegar.
El documento demuestra que la Inteligencia inglesa fue consciente de que el dictador achacaba la culpa de la incipiente amenza de derrota al “enemigo en casa”, los judíos, lo quie iba a dar el pistoletazo de salida a la solución final, el intento de exterminio de todo el pueblo de Israel.El estudio detecta además un temor creciente por la derrota junto a la agudización del odio por los judíos.
Efectuado por Joseph McCurdy tuvo como base un discurso radiofónico del 26 de abril de 1942. Lo primero de lo que se dio cuenta es de que el “chamanismo”, esa magia que caracterizaba a sus primeros discursos en Núremberg había desaparecido, su oratoria era ahora una sombra de lo que fue. Pero McCurdy también palpó en Hitler el descorazonador sentimiento que se produce cuando las cosas no van bien, el dirigente alemán empezaba a considerar la posibilidad de la derrota de su Reich de los mil años.
Pereo lo más alarmante para Mccurdy era la paranoia creciente del dictador. El académico afirmaba que Hitler tenía un “complejo mesiánico”, y creía liderar una cruzada de la raza superior contra el mal encarnado por los judíos. El documento muestra junto al incremento de la fobia judía y que Hitler no les veía solo como una amenaza para Alemania sino que eran una “agencia del mal universal”.
Las conclusiones del agente de inteligencia son que “Hitler estaba atrapado en una telaraña de ilusiones religiosas”. “Los judíos son la encarnación del demonio, mientras que el era la encarnación del espíritu del bien. El es un Dios bajo el que la sacrificada victoria contra el mal se puede conseguir. No lo dice con estas palabras, pero esto explicaría su forma oscura de expresarse”, concluyó McCurdy.
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