Se abren dos rutas navegables en el Ártico por segunda vez en la historia

El hielo del océano Ártico está en sus mínimos históricos. Según los datos revelados por la Agencia Espacial Europea (ESA), por segunda vez en la historia se ha abierto a la navegación el Pasaje del Noroeste. La Ruta del Mar del Norte también es navegable ahora debido al deshielo.

La apertura del Pasaje del Noroeste “puede ser un atajo para la navegación entre Europa y Asia”, aunque “trae consigo potenciales reclamaciones de soberanía y la posibilidad de que especies marinas migren a través del Océano”, según los científicos de la ESA.

Se trata de la segunda vez que en el Ártico se abren ambos pasos desde que comenzaron las observaciones científicas con satélites en la década de 1970, al igual que ocurrió por primera vez en 2008.

Esto indica que “la velocidad a la que se produce el deshielo se ha acelerado” y avanza hacia niveles históricos, según los expertos de la ESA.

La situación es preocupante para el investigador del Instituto Meteorológico Danés Toudal Pedresen, según quien “estamos en una nueva etapa, con mucho menos hielo que antes del verano”. Los últimos cinco veranos se han observado “las cubiertas heladas más escasas jamás registradas”.

Los científicos temen que en pocas semanas se bata el récord de pérdida de hielo de 2007, cuando en ese océano se abrió por primera vez un paso navegable y se contabilizaron sólo 4,2 millones de kilómetros cuadrados de agua helada, la mitad que a principios de la década de 1980.

MÁS NAVEGABLE QUE NUNCA
Para poner en evidencia el deshielo progresivo en el Ártico, una expedición británica se propuso alcanzar a remo el polo Norte magnético 1996, algo que hasta ahora parecía imposible debido a las grandes capas de hielo que cubren el casco polar.

En tan sólo un mes de navegación, Jock Wishart y sus compañeros consiguieron el reto. “Es un éxito enorme y un privilegio para nuestro equipo haber participado en uno de los grandes retos mundiales”, explicó el jefe de la expedición, que la organizó para denunciar los efectos del cambio climático en el Ártico.

La tripulación utilizó un barco-trineo especialmente diseñado para este proyecto. Partieron el 29 de julio de Resolute Bay, llegaron a su objetivo a las 00.30 horas GMT del viernes 30 de agosto. El polo Norte magnético está en desplazamiento constante, pero la posición 1996 es la primera que fijó correctamente. Con ello se convirtió en objetivo preferido de las expediciones árticas.

El barco de la expedición británica, de 1,3 toneladas de peso, fue equipado con unos patines sobre el casco, de forma que permitiera desplazarlo en los tramos de hielo. La tripulación consiguió cubrir la mayoría de los últimos 80 kilómetros remando la mayoría de las veces, pero también tuvieron que desplazar la embarcación sobre un tramo de tres kilómetros de hielo.