El informe Jóvenes Españoles 2010 de la Fundación Santa María (Fundación SM) deja patente el momento de crisis que vive el país. Los jóvenes están decepcionados con los políticos, aunque no sólo con ellos. Los eclesiásticos católicos están incluso peor valorados que los parlamentarios. Iglesia, grandes empresas, Sindicatos, Corona y Parlamento del Estado son, por este orden, las instituciones que merecen menos confianza. La mejor valoración, en cambio, es para las organizaciones de voluntariado, el sistema de enseñanza, la Seguridad Social, la Policía, la ONU y la Unión Europea, por este orden.
El rosario de denuestos hacia los políticos es demoledor. «Buscan antes su propios intereses o los de su partido que el bien de los ciudadanos (71%)» y «anteponen los intereses de las multinacionales, los bancos y los grandes grupos de presión a los intereses de los ciudadanos (66,7%)». Solo el 1% e los encuestados opina que los hombres públicos tienen en cuenta sus ideas e inquietudes.
Sobre la Iglesia católica, pese a que una mayoría ha asistido a la clase de religión que imparten personas seleccionadas por los obispos, la juventud española opina que es «demasiado rica (76%)», que se «mete demasiado en política» (64%), que tiene «una postura anticuada sobre la vida sexual de la gente» (75%); «se mete demasiado en la vida personas de la gente diciéndole cómo tiene que vivir su vida» (63%) o que «dificulta con sus directrices disfrutar de la vida» (56%). Entre los aspectos positivos destaca la opinión de que las normas eclesiásticas «ayudan a vivir más moralmente» (40%) y «ofrecen al hombre un hogar espiritual y sinceramente religioso» (45%).
El informe Jóvenes españoles 2010, de 391 páginas, ha sido realizado por la Fundación SM con cuestionarios a 3.513 chicos y chicas y 503 entrevistas a jóvenes inmigrantes. Los sociólogos que lo han realizado, bajo la dirección de Leoncio Fernández, son Luis Ayuso, autor del capítulo dedicado a Juventud y familia en los comienzos del siglo XX; Juan Mª González-Anleo, sobre Los valores de los jóvenes y su integración socio-política; Gonzalo González, autor de Aproximación a los jóvenes inmigrantes; José Antonio López, sobre Ocio, consumo y medios de comunicación, y Maite Valls Iparraguirre, autora de Las creencias religiosas de los jóvenes.
Hay otras muchas consideraciones en este imponente trabajo sociológico, el octavo que elabora la Fundación SM (el anterior es de 2005). Por ejemplo, casi la mitad de los jóvenes de entre 15 y 24 años, el 46,3%, ve su futuro con pesimismo, al margen de que se supere o no la crisis económica. Estamos, por tanto, ante una generación, quizá la primera, que piensa que va a vivir peor que sus padres.
En cambio, esta generación de jóvenes de entre 15 y 24 años, «planificada, deseada y creíamos que satisfecha», se lleva «considerablemente mejor» con sus padres que otras anteriores. Es así porque el modelo democrático de familia está más extendido, el autoritario se ha estancado y el permisivo ha retrocedido «levemente». Cuando discuten padres e hijos, lo hacen, sobre todo, por no preocuparse por los trabajos de la casa, por dinero, por querer levantarse «cuando apetece», por los estudios y por la hora de llegada cuando salen de noche. Alguna vez discuten también de religión, por los amigos, «por pasarse con el alcohol» o por la hora en que llegan a casa (de media, hacia las cuatro de la madrugada).
El paro es para el 45% la principal amenaza de futuro, seguido por la droga (33%), la vivienda (28,7%), la inseguridad ciudadana (23,6%) y el terrorismo (20%).
Desde el informe anterior, de 2005, ha disminuido la conciencia ecológica, si bien ahora son más (52% frente al 38%) los que consideran que la ciencia y la tecnología evitarán que la tierra se convierta en un planeta inhabitable. El 81,9% tiene claro que «en ningún caso» está justificada la violencia de género, el 60,4% rechaza tajantemente la pena de muerte y apenas 29,3% se muestra absolutamente en contra del aborto. La eutanasia, en cambio, es vista como justificada o bastante justificada por un 62,2%, bastante por encima de la aceptación del aborto voluntario. El divorcio, la adopción de hijos por homosexuales y lesbianas, el que una mujer tenga hijos sin relación estable tienen una comprensión aún mayor.
El informe de la Fundación SM, también se centra en la edad de emancipación de los jóvenes. Lo quieren pero no tienen prisa por abandonar la casa de los padres. Los 27 años son el momento adecuado, si previamente han encontrado un trabajo. Uno de cada cinco jóvenes se declara decidido sobre el tipo de unión con su pareja por el que optará: un 55,4% elige el matrimonio, civil o religioso.
Sobre hijos, la opción es cada vez más planificada. Al 38,9% le gustaría tener dos. Lo que más valoran los jóvenes es la fidelidad en la pareja, y cada vez son más tolerantes con los homosexuales y creen mayoritariamente que «todas las formas familiares son válidas si con ello se consigue la felicidad».
En cuestiones de cultura, ocio y tiempo libre, el panorama es desolador. Los jóvenes escuchan música, ven televisión y salen con los amigos, no menos que antes de que estallara la crisis económica, y son un 66,6% los que practican deporte. En cambio, el 35,8% no lee nunca, el 34,6% lo hace entre una o dos horas a la semana y sólo un 25% tres horas o más. El porcentaje de los que salen todos o casi todos los fines de semana es ahora menor que en 2005, un 41,4% frente a un 50,1%. El 98% usa teléfono móvil y entre los menores de 20 años está más extendido el uso de redes sociales que entre los más mayores.
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