Caroline Schanakerde, miembro del equipo neurológico que ha descubierto el caso, confirmó que Rom Houben estuvo paralizado pero no en coma. En realidad, Houben era consciente de lo que ocurría a su alrededor, sólo que no podía comunicárselo a médicos ni familiares mediante gestos o palabras.
Houben sufrió un accidente de tráfico en 1983, tras el cual quedó en estado vegetativo y con la consciencia "extinguida", según diagnosticaron los médicos que le atendieron entonces en el hospital de la localidad belga de Zolder.
Un equipo de neurólogos especialistas de la unidad de investigación del coma de la Universidad de Lieja empezó a reevaluar su caso hace tres años, y mediante tratamientos experimentales pudo llegar a la conclusión de que Houben se encontraba despierto todo este tiempo.
El hecho de que la unidad liderada por el neurólogo Steve Laureys haya descubierto que el paciente estaba despierto puede beneficiar también a otros, ya que las conclusiones del estudio se utilizarán para detectar diagnósticos incorrectos en casos de coma.
UNA VIDA MEJOR
En declaraciones recogidas por la prensa alemana, Houben ha explicado gracias a su ordenador adaptado: "Todo ese tiempo sólo, literalmente, soñaba con una vida mejor. La frustración es una palabra demasiado pequeña para describir lo que sentí".
Antes de sufrir el accidente, Houben era estudiante de ingeniería y un gran aficionado a las artes marciales. Ahora que la gente sabe que no está muerto, asegura que quiere leer, hablar con sus amigos mediante el ordenador y disfrutar de la vida.
El rol que jugó su familia en todos estos años fue decisivo. Houben asegura que logró aguantar gracias a la fe que ellos tenían. Su madre, Fina, ha explicado en una entrevista a la cadena RTL que su hijo dice que logró conservar las ganas de vivir porque su familia creia en él. “Siempre le mantuvimos a nuestro lado", aseguró.
Y cuando Fina Houben dice “siempre”, no es en sentido figurado. "Cuando estaba en casa, lo teníamos en medio del salón. Nos lo llevábamos de vacaciones. Hemos estado en la Costa Azul, hemos viajado en literas de tren. La última vez que fuimos a la playa fue hace dos años", ha contado esta madre ejemplar.
"Él estaba en el meollo, como suele decirse. En la boda de su hermana, nos lo llevamos y se quedó despierto hasta las dos de la mañana", ha explicado su madre, cuya perseverancia le ha hecho dar con el experto neurólogo Steven Laureys, el primero en observar que Houben tenía actividad cerebral.
UN BOTÓN PARA DECIR ´SÍ´
El investigador del centro belga FNRS y director del Coma Science Group enel Cyclotron Research Center le sometió a un escáner que detectó actividad cerebral. Ello quedó confirmado cuando el paciente fue capaz de presionar con un pie un botón para indicar "sí", 23 años después del accidente que lo dejó paralizado.
Fina siempre defendió que Rom estaba consciente, aunque nadie más fuera capaz de percibir las señales mudas que mandaba su hijo: "Pequeñas cosas me lo demostraban. Cuando le decía que me mirara, él levantaba un poco la cabeza y me miraba un poco. Le decía ´gira la cabeza´ y él lo intentaba", ha asegurado durante la entrevista.
Tras el descubrimiento por parte del equipo médico, los profesionales diseñeñaron una técnica para que el paciente pudiera comunicar sus pensamientos gracias a la ayuda de una logopeda, como su voluntad de plantar un árbol en la tumba de su padre. Y así lo hicieron, en familia.
"También escribió una pequeña carta con la ayuda de la logopeda. Tenía necesidad de vivir su duelo y decir adiós a su padre", relató Fina Houben.
Ahora, Rom Houben ambiciona comunicarse con sus seres queridos y publicar un libro "lleno de humor", según su madre.
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