Reafirman que la TV aumenta la agresividad de los niños

El tema no es nuevo. "Los padres deberían ser más conscientes acerca del uso de la televisión", confirmó la investigadora Jennifer Manganello, de la University at Albany, a Reuters Health tras un estudio reciente.

Para llegar a esta conclusión, el equipo realizó la investigación sobre una muestra de 3.128 mujeres de 20 ciudades estadounidenses que tuvieron un hijo entre 1998 y 2000. Aunque hubo cierta diversidad de educación entre las participantes del estudio, un tercio de ellas no se había graduado de la escuela secundaria.

Dos tercios de las madres dijeron que sus hijos de 3 años veían más de dos horas de televisión al día, y la media del tiempo que los niños pasaban frente al aparato era de cerca de tres horas diarias.

En promedio, en estos hogares la televisión permanecía encendida otras cinco horas en un día normal.

"Los padres deberían limitar el tiempo que los niños pasan con la televisión, poner atención al contenido de los programas, y considerar cuál es el uso que se da a la televisión en el hogar", puntualizó Jennifer Manganello.

Sin ignorar factores que se sabe están asociados con una conducta agresiva, como vivir en un vecindario violento o tener una madre que sufre de depresión, se constató que tanto las horas frente al televisor como el tiempo que el aparato está encendido estaban significativamente asociados con una conducta agresiva, como golpear a otros, tener mal carácter, ser desobedientes, y gritar en exceso.

RECOMENDACIONES
La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda que los niños de hasta 2 años no vean televisión, y que los niños mayores sólo vean dos horas o menos al día, hicieron notar en su informe Manganello y su equipo de la Tulane University School of Public Health and Tropical Medicine.

Hay muchas maneras en las que el exceso de televisión puede contribuir al grado de conducta agresiva de un niño. Por una parte, los niños podrían ver violencia en la televisión, y por otra, las horas que pasan frente al aparato podrían significar menos tiempo destinado a actividades que los ayudan a desarrollarse positivamente, como la lectura o los juegos.

"Realmente no sabemos lo que está pasando con certeza", dijo Manganellod, agregando que se necesita investigación adicional para analizar tanto el contenido televisivo como lo que ocurre en el hogar del niño cuando la televisión está encendida.

No obstante, Manganello declaró que los hallazgos muestran que los padres deben considerar el "entorno global de la televisión" en el hogar, así como cuánto tiempo pasan viéndola los niños.