El estrés de irse de vacaciones

«Uno tiene la sensación de que no llega, y encima no para de pensar en todo lo que hay que preparar, las compras de última hora, las maletas, qué hacer con la mascota o con las plantas», comenta Borda. La psicóloga del Hospital Ruber Internacional advierte que no se trata de un «síndrome» como tal, pues «no es un problema serio», sino una «etiqueta» sencilla con la que circula por la red y por las conversaciones entre amigos: «Si escribo en Google «síndrome prevacacional» aparecen en 0,23 segundos un montón de resultados que responden a él. Existe, y ya la gente lo empieza a mencionar como algo habitual que le pasa previo a un viaje», apunta Borda.

Afecta sobre todo a personas con un perfil de ansiedad y activación más alto y muy exigentes consigo mismas. Por lo general, son las mujeres las que comentan con más naturalidad padecerlo. «Cuando se acercan las esperadas vacaciones todo parece cambiar de ritmo, se vuelve más pausado. Hay más prisa por cerrar temas antes de irse y pereza por abordar asuntos nuevos y avanzar con los que están pendientes. Empiezas a sentirte cansado, sólo quieres que llegue el momento de partir», menciona Beatriz Borda.

Y es que el trabajo es sinónimo de rutina, la mejor de las fórmulas inconscientes de funcionar. «Nuestra vida gira en torno a nuestra actividad laboral. Establecemos nuestros horarios en función suya, de nuestra familia y de los acontecimientos sociales y de ocio».

Una seguridad que parece desvanecerse en verano, cuando no hay programas establecidos. Cada jornada, un mundo. Por eso, muchos se resisten a romper con los hábitos adquiridos. Quizás, la mayoría de ellos «es feliz en el desempeño de su profesión, y hacer un parón no les supone un cambio apetecible».

Sin embargo, lo peor es idealizar este periodo de descanso. «Conviene ajustar expectativas, no pensar que tanto esfuerzo debe tener su recompensa y que será lo mejor que nos pasará en el año», recomienda la psicóloga.

¿Playa o montaña? ¿Con la familia política o con amigos? ¿Viaje organizado o por libre? ¿España o extranjero? ¿Cultural o por simple interés turístico? Demasiadas decisiones que tomar pueden resultar agotador. Y se supone que los preparativos han de ser divertidos.

FELICES EN EL «CURRO»
Según una encuesta realizada por la empresa de recursos humanos Randstad, uno de cada cuatro empleados españoles no desconecta durante sus días de asueto. Castellano-manchegos, gallegos y murcianos son los que encabezan la lista de adictos al trabajo. Y las mujeres de entre 30 y 45 años son las que más «enganchadas» a su empresa se muestran.