“El problema es que el menor no tiene quién le forme en el uso de una herramienta muy potente. Puede ser una ayuda o una amenaza. Dársela sin formarle es lo mismo que entregarle el coche sin que sepa conducir. Internet puede actuar en beneficio de tu hijo si lo controlas”, asegura Guillermo Cánovas, presidente de la asociación Protégeles.
Paulino Castells, psiquiatra infantil, enfoca más el problema, que es “que la pantalla no es capaz de detectar al frágil y, por lo tanto, se debe proteger a todos. La tecnología es maravillosa, pero hay que dosificarla para evitar problemas, como en todos los ámbitos de la vida”.
Las amenazas no son exclusivas del menor, aunque esté más expuesto porque “domina la herramienta y actúa ante ella sin temor. La comunicación (mensajería, chat, foros...) que lo pone al alcance de los que mienten sobre su identidad para contactarles; la publicación de datos personales de forma incontrolada en las redes sociales y el spam generado por sus contactos, en quienes confía, son los principales riesgos”, considera Emilio Castellote, director de marketing del antivirus Panda.
POCA PROTECCIÓN ANTE CONTENIDOS INADECUADOS
Si bien la mayoría de familias establece normas de uso y el 95% de los ordenadores domésticos llevan protección contra malware (virus, troyanos...), sólo el 2,7% tienen instalado sistemas de control parental o filtros de contenidos. El dato aparece en el Estudio sobre “Hábitos seguros en el uso de las TIC por niños y adolescentes y e-confianza de sus padres”, del Instituto Nacional de las Tecnologías de la Comunicación.
Estos sistemas vienen con el programa de seguridad, “pero se tienen que activar y definir sus parámetros”, cuenta Javier Ildefonso, director de marketing de Symantec. La compañía trabaja para que “informen de la actividad del menor sin que se tenga que programar previamente”.
Páginas como Protégeles.com, Menorenlared.com, Protegeatushijos.com, Chaval.es o norton.com.es/familias los ofrecen. Estos sitios también facilitan información y recursos para padres, niños y educadores.
“La mayoría de sistemas son binarios: autorizan o impiden el acceso a un sitio, pero no controlan lo que se sube a la Red. Vista la necesidad de inspeccionar los uploads, se les está dotando de más inteligencia”, cuenta José María Hidalgo, de la compañía de seguridad Optonet. “El filtrado”, añade, “sólo es de la Web”, así que “P2P, mensajería instantánea, correo electrónico, mundos virtuales y otras herramientas son más difíciles de controlar”.
NO SE TRATA DE PROHIBIR INTERNET
Los expertos coinciden en que prohibir Internet al menor no es el camino. Si no se le deja navegar en casa, lo hará en otro sitio. Todos recomiendan colocar el ordenador en espacios compartidos e instalar sistemas de control parental, pero sobre todo enseñar a navegar de forma segura. “Es una cuestión de confianza. Si los padres sospechan, que actúen: nadie conoce mejor a sus hijos. Pero como hobby no deben violar su privacidad. Más que controlar hay que informar para que adquieran sus criterios, sin olvidar que ellos ostentan la patria potestad”, opina Castells.
“No somos partidarios de controlar ni de la intromisión en su entorno. La clave es enseñar”, dice Castellote.
Hidalgo considera que se debe actuar en función de la edad. “Primero hay que filtrar, después monitorizar y, finalmente, abrir a la libre navegación, cuando haya adquirido un espíritu crítico y conozca los riesgos”.
Su empresa ha creado Telemaco, un sistema que detecta charlas con componentes de acoso sexual en español. “Si sospecha, envía alertas al tutor”. Para “adelantarse al pederasta” ultiman un “avatar infantil para entornos virtuales”. Su misión será interactuar con sus habitantes. “De estas conversaciones se obtienen evidencias de que otro avatar podría ser un pederasta. Como no es 100% fiable, debe ser revisado por un humano”, dice Hidalgo.
“Hay que dar aplicaciones de gestión, pero no de fiscalización”, opina Luis Miguel García, director de seguridad y privacidad de Microsoft Ibérica.
MÁS COMUNICACIÓN PADRES-HIJOS
Windows Live Care Protección Infantil gestiona el acceso a la navegación y mensajería instantánea. “Se accede desde un navegador, de manera que el padre gestiona lo que hace su hijo de forma remota”. El sistema define la protección y los contactos autorizados según la edad. Si el menor quiere ampliar el abanico deberá pedírselo a su progenitor. Ambos deberán dialogar. Norton, Panda u Optonet tienen aplicaciones similares.
“Si los padres no escuchan las conversaciones en el patio del colegio, tampoco lo deben hacer online. Una cosa es espiar y otra muy distinta impedir que entre en un chat sexual. Es lo que permiten los sistemas de control parental”, sostiene Cánovas.
TÉCNICAS DE LAS EMPRESAS
Las empresas que operan en Internet deben salvaguardar los derechos del ciudadano. Por ejemplo, retirar y denunciar contenidos como la pornografía. Tradicionalmente, han utilizado sistemas de etiquetaje por palabras clave. Cualquier referencia considerada inadecuada es eliminada. Como el sistema no es del todo fiable (¿cómo se sabe si sexo se usa en contexto médico, literario o pornográfico?), también lo revisan manualmente. “Es una tarea ingente y actúan bajo demanda, cuando reciben el aviso”, dice Hidalgo.
Otro método es la elaboración de listas negras de web. Ahora se empiezan a aplicar sistemas de análisis inteligente que ayudan al catalogador a revisar. “Lo rastrean todo y si detectan contenidos ilícitos alertan al administrador”. Algunos son capaces de detectar imágenes pornográficas basándose en su forma, posición, color, textura y sin fijarse en el texto que le rodea. “Son programas de inteligencia artificial, pero nunca darán el 100% de efectividad. Al final siempre hay una verificación manual”, admite Hidalgo.
NO AL SOFTWARE-CANGURO
La ayuda técnica siempre es buena, pero los padres no deberían delegar en el software la educación de sus hijos, sostienen los expertos. “Los menores deben aprender a usar Internet de una forma autónoma, eficaz y reflexiva. Generalmente, padres y maestros saben menos que ellos. Esta realidad tiene una lectura positiva en el aula. El profesor, supervisando siempre, puede dar más protagonismo al alumno aventajado para convertirlo puntualmente en el transmisor de información”, considera Josep María Silva, maestro y profesor universitario de tecnología educativa.
Tampoco se debe subestimar al menor. A Lisa le gustan Fotolog y Facebook, donde cuelga fotos suyas y de sus amigos. La niña, de 13 años, sabe que no debe dar datos sobre sí misma. “Si lo hago, me lo invento”. Según el segundo Norton Online Living Report, un 25% de menores como Lisa admite a sus padres entre sus contactos de redes sociales, cosa que según los expertos es una muestra de buena comunicación entre unos y otros.
Si quieres comentar o