La crisis económica lleva a una moral conservadora, dice el sociólogo inglés Weeks

El autor de varios libros sobre el influjo social en la sexualidad, cree que ante la inestabilidad financiera, las personas buscan "una certidumbre" y las posturas "más fundamentalistas" en materia sexual cobran fuerza.

Weeks, que ha participado en un ciclo organizado por la Obra Social "la Caixa" sobre la construcción social de la identidad, ha expresado su deseo personal que la escasez de recursos no provoque "retrocesos" en la apertura de las mentalidades registrada en los últimos treinta años.

Según sus estudios, las épocas de bonanza económica conllevan una relajación en las costumbres que permiten una mayor permisividad hacia comportamientos sexuales distintos de los tradicionales y formas alternativas de convivencia familiar.

El sociólogo cree que la aceptación de las diversas tendencias sexuales está "profundamente imbricada en la vida cotidiana" actual, por lo que espera que la crisis no derive en una “involución social”, según su punto de vista. Opina que la gente entiende ahora nuevos modelos de familia distintos al matrimonio heterosexual defendido por la generalidad de las grandes religiones monoteistas, y espera que estos modelos no pierdan ahora fuerza.

Weeks considera que "el moralismo es el mayor enemigo" de una sexualidad sana, en la que lo importante no es el tipo de actos que se practiquen, sino la asunción de la responsabilidad que estos conllevan.

El sociólogo defiende que el sexo se convierte en algo controvertido "cuando lo negamos" o "se rechaza", y por eso "cuánto más se adoctrina más se invita a las personas a rebelarse", ha esgrimido.

Para el experto, lo importante en estos momentos "no es lo que haces, sino cómo lo haces", en el sentido de que cualquier acto sexual es válido siempre que se actúe con responsabilidad, en su opinión. "La moral, más que en los hechos, está basada en el contexto", ha argüido Weeks, y pone como ejemplo que “en el pasado” el matrimonio entre un hombre y una mujer se observaba como superior a una relación homosexual.

El profesor considera que la concepción que tenemos de la sexualidad está determinada por el ‘adoctrinamiento religioso y político’, que marcan lo correcto o incorrecto en detrimento de la libertad de elección.

El sociólogo no ve con buenos ojos que en las dos últimas décadas “sectores conservadores” de las sociedad hayan emprendido una defensa de los valores familiares frente a las reivindicaciones feministas y homosexuales.