Dos de cada tres internautas no distinguen entre un bulo y una noticia

Falsas cadenas de solidaridad, spam, anuncios con regalos inverosímiles, alertas sobre peligros ficticios de determinados productos, rumores o calumnias circulan libremente por la red, alimentados muy a menudo, por ciberdelincuentes. El negocio del bulo es “uno de los más lucrativos en el mundo”, subrayó Ofelia Tejerina, de la Asociación de Internautas.

Detrás de estos mensajes suele haber intereses comerciales y la búsqueda de un beneficio económico. Los ‘hoax’ son falsedades transmitidas a conciencia, en forma de cadena y con un llamamiento para el reenvío a otras direcciones, bajo amenaza de castigo o algún tipo de desgracia. Se trata de un gancho para generar bases de datos de usuarios que luego se comercializan para bombardearlos con envíos masivos de publicidad (‘spam’). También son el primer paso para tratar de acceder a los datos bancarios (‘phising’), para estafas cibernéticas (‘scam’) o la transmisión de virus.

Argentina es el origen de casi el 80 por ciento de los bulos lanzados con fines de ‘spam’.

Los bulos de última hornada más populares en España son la amenaza de cancelación de la cuenta de correo de Hotmail si no se reenvía el mensaje o alertas sobre la supuesta toxicidad de la bebida Red Bull. Hay otros que desafían las modas y el paso del tiempo, como el del supuesto niño o niña enfermo que espera en un hospital una transfusión de sangre que no llega. “Ese lleva circulando 7 u 8 años”, explicó Víctor Domingo, presidente de la Asociación de Internautas. Ningún hospital solicita sangre o donaciones de órganos por esta vía, nunca.

Según la encuesta, los foros (57,5 por ciento) y los blogs (22,5 por ciento) son los principales mentideros de la red.

El 64 por ciento de los internautas españoles borra los ‘hoax’ sin abrir; un tercio lo lee primero. El 86 por ciento los borra finalmente, pero un 11,28 por ciento lo reenvía a sus conocidos.

Pese a estos datos, la Asociación de Internautas no es partidaria de un endurecimiento de la legislación.

También ha habido casos de cadenas de e-mail de contenido real por una causa también real, como la orquestada por Amnistía Internacional contra la lapidación de Amina Lawal en Nigeria, o la comunicación cívica y espontánea que sacó a millones de personas a la calle en todo el mundo contra la guerra de Irak.