`Ya que ha venido a la clínica, apriétala para que aborte´

El máximo responsable de tres de estos centros de este trama organizada dedicada al aborto ilegal, el cirujano Carlos Morín, su esposa y una trabajadora de sus clínicas se encuentran en prisión provisional. Las otras tres personas -médicos- que también fueron detenidas están en libertad bajo fianza.

Como han denunciado muchas entidades, la legislación sobre el aborto en España tiene muchas grietas, como es permitir abortar si existe riesgo para la salud psíquica de la madre. Con este supuesto, no hay límite de semanas para la interrupción legal del embarazo, lo que propicia que se interrumpan gestaciones de hasta ocho meses o más tiempo.

Para acogerse al supuesto de riesgo para la salud psíquica de la embarazada, el expediente de la paciente debe incluir un informe hecho por un psiquiatra. El problema es que dichos exámenes se convierten en trámites poco rigurosos ya que los responsables de las clínicas privadas, que llegan a cobrar entre 3.000 y 6.000 euros por este tipo de abortos.

En el caso de las clínicas ahora investigadas en Barcelona, algunas de las clientas han declarado que en sus expedientes médicos se incluía el preceptivo informe psiquiátrico, pese a que ningún especialista de esta materia las había visitado.

SIETE MESES DE PESADILLA
Jaime Cañellas es un psiquiatra que trabajó siete meses, entre 2004 y 2005, en una clínica abortista de Gerona y se fue horrorizado de lo que vio.

Según explicó los psiquiatras a sueldo del centro, recibían coacciones y presiones de los propietarios de la clínica para que avalaran con sus informes los abortos.

Relata como un día una mujer embarazada de siete meses fue a su consulta. Quería abortar porque su marido la presionaba a que lo hiciera o la dejaba. Cañellas le comentó que lo meditara o incluso que si no sería mejor que dejara a su marido. Finalmente, la mujer se marchó a casa y a Cañellas recibió duras críticas de sus superiores. Uno de los propietarios de la clínica le llegó a decir: "Ya que ha venido, apriétala para que aborte". Y a renglón seguido otras lindezas como "pues algo tiene qué tener la mujer" o "algo podrás encontrar, está deprimida".

LA GENERALITAT NO VIO NADA
Sus críticas sí llegaron a oídos de la Generalitat. Le citaron a declarar ante unos inspectores del Departamento de Salud, que le sometieron a un interrogatorio. Posteriormente la Generalitat le respondió que habían inspeccionado la clínica y no habían hallado ninguna irregularidad.