El tráfico de esclavas sexuales sigue siendo un negocio en Reino Unido

Numerosas jóvenes llegan a suelo británico engañadas, a veces por sus propios novios, para convertirse contra su voluntad en esclavas sexuales. Las jóvenes son vendidas muchas veces en subastas en las cafeterías del propio aeropuerto al que llegan, según ha averiguado la emisora pública británica BBC.

Según fuentes del Ministerio británico, en el 2003 alrededor de 4.000 mujeres extranjeras fueron introducidas en este país por los modernos traficantes de esclavas, y se cree que la cifra es hoy superior.

La mayoría de las víctimas de la esclavitud son jóvenes de la Europa del Este que llegan a este país creyendo que van a trabajar en tareas de limpieza o como chicas 'au pair' con familias inglesas, pero a las que se obliga a prostituirse.

Fuentes de ONG de Manchester expresaron su creencia de que hay también víctimas británicas que han sido vendidas a proxenetas de otros países porque debían dinero a los de aquí.

Organizaciones que se dedican a la protección de la infancia y grupos de defensa de los derechos humanos creen que hay también miles de esclavos infantiles en el Reino Unido.

La fundación Helen Bamber, que presta ayuda a las víctimas de las torturas y otras violaciones de los derechos humanos, ha denunciado la violencia y las torturas físicas y psíquicas a que son sometidas las esclavas del sexo en este país.

Según fuentes del Reino Unido, hasta un 85% de las mujeres que trabajan en burdeles de este país son extranjeras mientras que en los años 90 en su inmensa mayoría eran británicas.