Tres divorcios por cada cuatro bodas en España

Exprés, sin periodos de reflexión y sin alegación de causas. La modificación de la ley del divorcio, hace poco más de un año, ha causado estragos para según quiénes (163.444 rupturas durante los primeros 365 días). El Instituto de Política Familiar (IPF) ha elaborado un informe que revela unos datos «preocupantes» para la estabilidad de la institución de la familia.

Los divorcios aumentan. Las separaciones decrecen. Y las rupturas, en global, sufren una escalada imparable. En el primer semestre de 2006 se produjeron 85.633 rupturas frente a las 70.689 del mismo periodo del año anterior. Un 21,1 por ciento más.

La eliminación de barreras legales y de trámites burocráticos ha hecho que la mayoría de las parejas en conflicto se decante por la solución más radical, la que ataja el problema de raíz: el divorcio. Antes las separaciones suponían el 60 por ciento, ahora se quedan en un escaso 10 por ciento. Y las cuentas cuadran: el 90 por ciento de los matrimonios rotos durante el último año y medio ha preferido el divorcio.

PERIODO DE REFLEXIÓN
Los datos, según Eduardo Hertfelder, presidente del IPF, han propiciado que desde esta institución se pida una modificación de una norma «nefasta» y que no da oportunidad a las parejas «a pensar si lo que realmente quieren es romper para siempre.

Parece que eliminados los obstáculos, la necesidad de alegaciones, todo el mundo prefiere acabar, de una vez por todas, con una relación que no funciona. En España se producen 469 rupturas al día, una cada tres minutos, prácticamente. En 2010 habrá igual número de bodas que rupturas. Según revela el estudio, desde el año pasado las separaciones -y divorcios- no consensuados han pasado del 35 al 40 por ciento.

La tasa de nupcialidad (número de matrimonios por cada 1.000 habitantes) ha descendido en 25 años de 5,88 hasta los 4,82.

En Canarias y Baleares, las que las rupturas han superado las celebraciones. Pero, lejos de casos extremos, hallamos autonomías en las que siguen celebrándose muchas bodas, pero también se firman muchos divorcios. Es el caso de Cataluña, Andalucía, Madrid y la Comunidad Valenciana. En el lado opuesto se situarían Castilla y León, Extremadura, Castilla-La Mancha, Navarra y Aragón.