«Incesante incremento» del maltrato, psíquico y físico, de hijos a padres

El absentismo escolar se ha convertido en los últimos años en un problema que va mucho más allá del mero «hacer novillos» del colegio. Los menores que hacen de la ausencia de las aulas su norma habitual terminan en un alto porcentaje abocados a la delincuencia. En concreto, algunos informes lo sitúan en el 90 por ciento.

La voz de alarma la han dado distintas fiscalías en sus informes recogidos en la Memoria de la Fiscalía General del Estado, donde se aboga por una reforma legal que pueda incluso permitir actuar contra los padres que, de una u otra forma, favorezcan de forma premeditada ese absentismo.

INTERVENIR PARA ATAJAR
Teresa Gisbert, coordinadora de la fiscalía de menores del TSJ de Valencia, afirmó que un «altísimo porcentaje» de los delitos cometidos por menores tiene relación con el absentismo escolar, por lo que considera imprescindible «intervenir para atajar tanto en este absentismo como en el fracaso escolar ».

Esta actitud de los menores puede deberse, señala al respecto la coordinadora de la Sección de Menores de la Fiscalía de Valencia, bien a que presentan un gran retraso escolar «o, simplemente, viven de noche y durante el día duermen o porque consideran que no es necesario y que ningún beneficio van a obtener de estudiar».

Entre las soluciones que se plantean para atajar y poner freno a estas situaciones, destaca la formulada por la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Valencia, la cual propone que se tipifique de forma específica la conducta de aquellos padres que no adoptan las medidas necesarias para escolarizar a sus hijos. Sin embargo, se reconoce que es muy difícil conseguir condenas por el delito de abandono de familia.

En todo caso, para poder abordar con un mínimo de garantías este problema se considera también imprescindible la cooperación de los centros escolares.

INCESANTE INCREMENTO» DEL MALTRATO DE HIJOS A PADRES
Uno de los aspectos preocupantes en lo que se refiere a los menores es el «incesante incremento» del maltrato, tanto psíquico como físico, de hijos a padres.

Hay dos tipos de situaciones que originan esa circunstancia. En primer lugar, la de hijos jóvenes que se enfrentan a sus padres, negando la autoridad de éstos en el ámbito familiar, y, derivado de ello, la imposibilidad de los padres de dar respuesta a esas situaciones de violencia, sin que la Administración competente en materia de protección de menores parezca tener recursos o desarrollar auxilios eficaces para este tipo de situaciones.

En segundo lugar está la de hijos con problemas de drogodependencia o alcoholismo, que coaccionan constantemente a sus padres para la obtención de medios económicos para sufragar su adicción.

Este tipo de comportamientos, de acuerdo con la Fiscalía, pocas veces son objeto de una persecución penal «efectiva». De hecho, la mayoría de los padres que acuden a la Justicia rechazan esa posibilidad y lo que buscan es una solución a los graves problemas de convivencia que el comportamiento de sus hijos conlleva y, en muchos casos, una intervención terapéutica adecuada que cure a sus hijos y evite la reiteración del as conductas.

Estas situaciones ponen de manifiesto la dificultad para atender esas peticiones, dada la escasez de centros adecuados de asistencia y tratamiento.