Más de 10.000 niños fabrican pelotas de fútbol en la India

Uma, una niña india de ocho años, nunca jugó al fútbol ni escuchó hablar del Mundial de Alemania, no obstante, pasa la mayor parte de la jornada cosiendo balones junto a su madre y sus tres hermanos.

La costura de los balones de fútbol se ha convertido en la principal ocupación de la población de Jerki, al norte de Nueva Delhi.

Uma y su familia producen unos 10 balones por día, o sea unos 20 dólares por mes, que ayudan a completar los ingresos que provienen del trabajo en el campo.

Uma es una de los 10.000 niños que fabrican balones de fútbol en India, segundo país productor de esféricos por detrás de Pakistán.

REGIDOS POR LA LEY
Los defensores de Derechos Humanos afirman que esta actividad priva a los niños de su infancia y que las largas horas de actividad les daña la vista, sin contar con que no cuentan con el más mínimo seguro si se lastiman trabajando y no les pagan ni siquiera el salario mínimo.

La ley india prohíbe el trabajo de los niños de menos de 14 años en sectores considerados peligrosos, como la tapicería, las fábricas de vidrio, de pirotecnia y la costura de balones, pero su aplicación es difícil puesto que tanto los reclutamientos como los salarios no son declarados, y el Gobierno actúa sólo en raras oportunidades, según los activistas.

EL PROBLEMA ES OTRO
Sin embargo, la mayoría de ellos considera que el problema real es la falta de educación y de medios de susbsistencia. Los empleadores se defienden diciendo que dan trabajo a las familias y no a los niños en particular.

Sin embargo, reconoce facilitar el trabajo de éstos y que hace unos 10 años, se cortaba y perforaba el cuero sintético a mano. Actualmente se hace con máquinas como para que un niño de seis años pueda coser fácilmente.

SIN SALIDA
Los pobladores explican que solicitan la ayuda de sus hijos porque no hay otros empleos en estas aldeas, en las que viven esencialmente musulmanes y dalits (parias intocables) en un país de una gran mayoría hindú.

Los niños no tienen forzosamente la misma opinión. Shabnam, de 10 años, afirma que si no cosiera balones de fútbol, tendría que limpiar la casa o cortar hierba para el ganado. Aunque le gustaría poder estudiar un poco más.