La inquietud ha llegado al Ministerio de Sanidad que esta semana presentará un informe sobre las consecuencias médicas del abuso de este estupefaciente.
En los últimos 10 años, el consumo de esta sustancia se ha duplicado entre los 14 y 18 años. Entre un 36% y un 43% de los estudiantes españoles reconoce haber tenido contacto con ella alguna vez y un 25% en el último mes, según la Encuesta sobre Drogas a Población Escolar y el ESTUDES, realizados en 2002 y 2004.
En la mayoría de los casos se trata de consumos experimentales y esporádicos y se estima que sólo el 10% llegará a ser un consumidor habitual.
CEREBRO VULNERABLE
Los estudios recientes indican, que las consecuencias pueden ser muy distintas para el cerebro de un adolescente, que se encuentra todavía en pleno desarrollo y maduración (hasta las 22 ó 24 años) que para un adulto.
La primera 'luz roja' fue a raíz de un estudio sueco que tras seguir a un grupo de 50.000 jóvenes durante 15 años comprobó que el riesgo de desarrollar esquizofrenia se multiplicaba por seis entre los que fumaban cannabis de forma regular a los 18 años.
Posteriormente, otros trabajos han confirmado la relación entre el uso habitual de la droga y un riesgo de dos a tres veces superior de sufrir esta grave dolencia psiquiátrica, así como otros trastornos psicóticos.
Los efectos neurotóxicos del cannabis son más acusados cuanto más precoz es el inicio en el consumo y cuanto mayor sea la cantidad que se fuma.
EDAD Y CANTIDAD
Los estudios que han seguido la evolución de los jóvenes habituales al cannabis han identificado ciertos rasgos que predisponen a sufrir trastornos mentales. Estos son más frecuentes en los que han manifestado de antemano síntomas psicóticos, asociados o no a los porros, y en aquellos con antecedentes psiquiátricos familiares.
Otro dato apoya la teoría de que existe una susceptibilidad individual que puede verse precipitada por el uso del estupefaciente. Se ha comprobado que los fumadores que portan una variante genética específica del gen COMT, que regula las concentraciones de un neurotransmisor implicado en el desarrollo de la esquizofrenia, tienen un riesgo 10 veces superior de sufrir la dolencia respecto a otros consumidores que no presentan esa alteración.
El cannabis puede interferir sobre este sistema de conexión celular al modificar el funcionamiento de ciertos neurotransmisores, como la dopamina y el glutamato, directamente implicados en el desarrollo de la esquizofrenia.
La acción del cannabis sobre un tercer neurotransmisor, la serotonina, también se ha vinculado con un mayor riesgo de trastornos depresivos y de ansiedad.
Al psiquiatra José Carlos Pérez de los Cobos, presidente de la Sociedad Española de Toxicomanías, le inquietan otros efectos como los fracasos escolares: problemas de memoria, tristeza, apatía o depresión, dificultades para estudiar o trabajar, absentismo escolar, trastornos físicos y conflictos con sus padres y hermanos.
FRACASO ESCOLAR
La falta de percepción de peligro es una de las razones que esgrimen los expertos para explicar el alto nivel de consumo de la droga entre los más jóvenes y también uno de los principales motivos de alarma. Las encuestas escolares revelan que una cuarta parte de los alumnos considera que fumar de forma regular no produce problemas y muchos piensan que el riesgo es similar o inferior al del tabaco.
LAS DEMANDAS DE TERAPIA TAMBIÉN AUMENTAN
La creciente demanda de tratamiento por abuso de esta sustancia da idea de la dureza de la droga 'blanda': se ha triplicado entre 1996 y 2001. Tras entre seis (como mínimo) y 18 meses de psicoterapia, un 40% logra mantener la abstinencia pasados dos años.
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