Los casos de gonorrea y sífilis se dispararon por encima del 27% en España entre 2001 y 2003

Las enfermedades de transmisión sexual son un importante problema de salud pública, tanto por su morbilidad, complicaciones y secuelas (patología pélvica inflamatoria, infertilidad, embarazo ectópico y cáncer de cuello de útero), como por su relación con el VIH. Vienen a sumarse a la proliferación de herpes, clamidia y verrugas genitales.

En el año 2003, 1.069 españoles padecieron gonorrea, es decir, casi tres personas por 100.00 habitantes, y 917 sífilis, que implica una tasa media de dos personas por 100.000 habitantes, datos que se traducen en «un rebrote» de estas enfermedades, según apuntan los autores de este estudio. Durante el período de 1995 a 2003 se detectó un notable descenso de nuevos casos en ambas enfermedades, que disminuyó en un 78 por ciento en la gonorrea y un 15 por ciento en el caso de la sífilis. Sin embargo, entre 2001 y 2003, la incidencia de la primera aumentó en un 29 por ciento, mientras que los casos de sífilis crecieron un 27 por ciento.

El desafío al que se enfrentan ahora los especialistas es confirmar si el aumento observado durante 2003 es «puntual» o estamos asistiendo a un «resurgimiento» de estas infecciones.

Rosa Cano-Portero, una de las autoras del estudio, destaca la necesidad de renovar el sistema de vigilancia y que ellos sólo reciben los casos declarados de los centros que están integrados dentro de la Red de Vigilancia, pero desde hace un tiempo han surgido muchos otros centros, que son más rápidos en el diagnóstico y confidenciales a los que estos pacientes acuden. En algunas comunidades, estas instituciones ya declaran los casos, pero en otras no.

Un factor determinante que impide su erradicación, indica Oteo, es la inmigración. Los niveles de ésta en ciertos países, como África o Sudamérica, y también los países del Este, son mucho mayores de los que tenemos en el sur de Europa. A pesar de ello, aclara que no debemos olvidarnos de que las bacterias y los virus viajan hoy en avión y que el turismo sexual es importante, los lugares donde es más fácil practicar el sexo se convierten en focos para traer enfermedades.

El perfil de los pacientes que atiende el doctor Oteo responde a personas que han mantenido relaciones sexuales sin protección, principalmente prostitutas y usuarios de prostitución. El colectivo de los homosexuales, explica, es más proclive a contraer estas infecciones ya que son promiscuos y son un grupo de riesgo que acude con una mayor frecuencia a los servicios habilitados de enfermedades de transmisión sexual.

El uso del preservativo es una de las medidas para evitar el contagio, sin embargo, el médico defiende que «lo ideal es no tener prácticas de riesgo, sino tener una pareja estable.