Reporteros sin Fronteras detecta retrocesos en la libertad de prensa en países occidentales

Reporteros sin Fronteras (RsF) ha publicado este jueves la cuarta clasificación mundial de la libertad de prensa que realiza cada año. El informe califica a Corea del Norte, Eritrea y Turkmenistán como auténticos agujeros negros de la información.

En estos países, “los periodistas de los medios de comunicación oficiales no hacen otra cosa que reproducir la propaganda del Estado”, señala el informe.

Por el lado positivo, destacan varios países africanos y latinoamericanos que mejoran sus posiciones con respecto al informe de 2004, como Benín, Namibia, El Salvador, Cabo Verde, Mali, Costa Rica o Bolivia.

Los países occidentales presentan algunos retrocesos importantes, provocados principalmente por la violación del secreto de las fuentes.

Es el caso de Estados Unidos, que pierde más de 20 puestos debido, entre otras razones, al encarcelamiento de la reportera del New York Times, Judith Miller, y Canadá, donde también ha habido decisiones que debilitan el secreto de las fuentes.

La Unión Europea se sitúa a la cabeza de esta clasificación, con diez países copando los diez primeros puestos, pero también aumentan las diferencias entre los Estados miembros.

Así, Francia está en claro retroceso debido a arrestos de periodistas y la creación de nuevos delitos de prensa, y Polonia retrocede 20 puestos a causa de la condena de un periodista por “declaraciones ofensivas” sobre el Papa.

RsF continúa situando a España en puesto bastante bajo, el 40. La razón principal que ofrece esta organización es que los periodistas continúan recibiendo amenazas de ETA.

El desarrollo económico no es condición previa para la democratización

RsF detecta que algunos Estados que han adquirido recientemente su independencia se muestran muy respetuosos con la libertad de prensa. Es el caso de ¯entre paréntesis, el puesto en la clasificación- Eslovenia (9), Estonia (11), Letonia (16), Lituania (21), Namibia (25), Bosnia-Herzegovina (33), Macedonia (43), Croacia (56) y Timor-Este (58).

Este dato rebate, según RsF, dos argumentos que a menudo están ligados a la falta de libertad de expresión. Por un lado, que se necesiten décadas desde la creación de un Estado hasta la instalación de la democracia y, por otro, que el desarrollo económico sea condición previa indispensable para la democratización y el respeto de los derechos humanos.