Uno de los efectos de la pandemia de la Covid-19 ha sido el aumento de la extrema pobreza en el mundo. Algo que, según la ONU, no ocurría desde hacía 20 años. El organismo internacional llegó a considerar que la crisis sanitaria había dejado a 120 millones de personas en esta situación en 2020, alcanzando la cifra total de los 224 millones en todo el mundo.

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Ahora, la organización cristiana World Relief ha publicado un informe propio en el que analiza el impacto de la pandemia en la población mundial. Según la entidad, 97 millones de personas más “han sido empujadas” a niveles inferiores al del umbral de la pobreza como consecuencia de la Covid-19.

“La pandemia ha golpeado a los más vulnerables del mundo […] de forma feroz y a nivel de una devastación que no habíamos visto en nuestra vida”, ha asegurado la presidenta y directora ejecutiva de World Relief, Myal Green. “La pandemia se ha convertido en una de las mayores crisis humanitarias que se recuerdan en la historia”, ha añadido. 

Hasta cuatro años de lucha contra la pobreza que se han perdido

Según World Relief, el trabajo para la erradicación de la pobreza había logrado una disminución del 36% al 10% de personas viviendo con menos de dos dólares al día entre 1990 y 2015. Sin embargo, la pandemia representa una reversión en esta tendencia positiva. 

“Se estima que se han perdido entre tres y cuatro años de progreso para la erradicación de la pobreza extrema”, subrayan desde la organización. 

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En concreto, ponen el foco en cuestiones como la inseguridad alimentaria, la salud o la escolarización. World Relief asegura que hasta 265 millones de personas se encuentran sin garantías para acceder a la adquisición de alimentos de primera necesidad. También aseguran que la Covid-19 ha afectado negativamente al trabajo sanitario y a la lucha que desde hace años se lleva a cabo contra enfermedades como la malaria o el VIH. En cuanto a la escolarización, en su informe alertan de que se han perdido cerca de 1,8 billones de horas lectivas y que hasta 773 millones de estudiantes perdieron tres cuartas partes de su educación presencial entre marzo de 2020 y septiembre de 2021. Además, hablan de un aumento del 90% de los casos de orfandad asociada a la Covid-19 en los últimos seis meses.

El conflicto en Ucrania no permite mejorar las expectativas

Al impacto de la crisis sanitaria de la Covid-19 se le suma el conflicto en Ucrania. Aparte de las consecuencias internas para el país, con la ONU alertando de que hasta el 90% de la población ucraniana podría caer en la pobreza en el próximo año, la guerra también tiene su efecto a nivel global.

El Programa Mundial de Alimentos ha alertado de que la dependencia del trigo ruso y del aceite de girasol ucraniano ya están agravando la asistencia alimentaria en Yemen, Etiopía, Afganistán o Siria, que ya registraban los peores niveles de inanición. 

La institución considera que más de 283 millones de personas en todo el mundo necesitan asistencia alimentaria este 2022, a las cuales no solo hay que sumar los más de tres millones de refugiados que van ya en la guerra de Ucrania, país que junto con Rusia exporta el 30% del trigo que se consume en todo el planeta, sino la parálisis de mercancías esenciales en los puertos como consecuencia del conflicto y las sanciones.